Vamos a jugar.

116 12 2
                                    

Fuimos a comer pizza a un restaurante cercano de la empresa, pedimos una pizza para ambos pero casi no probé bocado, cuando yo iba por la mitad de una rebanada Chris ya iba por dos pedazo de ella.
-Oye come bien, no estas en mi casa. - dije codeandolo.
-Que gracioso eres, mejor no te respondo... Todo porque tú vas a pagar. - respondió.
-Pero al menos dejame un pedazo.-seguí.
-Que espeso eres. - respondió haciendo pucheros. No nos quedamos mucho tiempo en el lugar, a Christopher le empezó a doler <<La panza>> como él le dice.
-Joe ya vengo, voy al baño.-dijo corriendo.
-Iré pagando la cuenta. - grité. Espere por unos largos minutos hasta que por fin salió del baño. - Ya era hora, vámonos.
-Está bien, pero vamos a tu casa para que tu abuelita me prepare un té. - dijo adolorido.
-Que conchudo eres, anda a tu casa. - dije caminando.
-¿Piensas dejarme aquí, solo y con dolor de panza? - reclamó.
-¡Ahh! Vamos, mi abuelita te preparará lo que le pidas. - dije haciendo muecas estúpidas.
-Gracias. - respondió.
Pensaba irnos en bus pero mi amigo no soportaría tantas paradas así que llamé a un taxi y en minutos estábamos llegando a mi casa, claro, quien pagó fui yo.
Mi mejor amigo no esperó a que le dijera que tocara la puerta, cuando termine de pagarle al taxista ya la puerta de mi casa estaba abierta.
-Hey, al meno.... - no termine de reclamarle a Chris, apenas entré lo vi sentado en uno de los sofás junto a mi prima, Erick estaba muy arreglado y reía a carcajadas con ella.
-¡Joe! - gritó mi primito que también se encontraba ahí.
-Hola pequeño. - lo abracé. - Jess... Erick. - fue mi modo de saludar.
Christopher entró en escena. - Vamos Joe, busquemos a tu abuelita que necesito el té urgente. - dijo sacándome de la sala.
-Si vamos. - dije sin más.
-La abu está en su dormitorio. - me indicó Jess.
-Gracias. - respondió Chris apretando los dientes.
Me dirigí a mi dormitorio solo y me tiré en mi cama, esta vez no lloré solo miré al techo y recordé las cosas que viví con él y aunque no fueron muchas, fueron suficientes para destrozar mi alma.
-¿Puedo pasar? - Era la primera vez que Chris no se mete a mi cuarto sin avisar.
-Entra. - respondí decaído. Se sentó a la orilla de mi cama.
-Hey, vamos a jugar. - dijo señalando los mandos que tenía sobre la mesa de noche.
-No tengo ganas de nada. - respondí encogiendome.
-No señorito, yo no acepto un no por respuesta. - dijo tirando de mi brazo derecho logrando sentarme en la cama.
-Te quiero y no me gusta verte así, demuestra le a ese idiota que no provoca nada en ti, hace todo esto tratando de celarte. - dijo abalanzandose sobre mi.-Anímate. - me alcanzó el mando.
-Está bien. - sonreí con esfuerzo.-Voy a demostrar que no me afecta, vamos a jugar.

Amor en Verano. (Joerick)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora