¡Perdóname Joel!

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-No seas miedoso y métete al agua de una vez. - reí lanzandole chorros de agua a mi cobarde amigo.
-Espera... No me da tanta confianza Joel, las olas han crecido desde la última vez que vine con mi familia. - tragó saliba.
-¡Ven! - grité.
-Está bien pero si me pasa algo en tu consciencia quedará. - entró.
-Nada te va a pasar.... Solo que te voy a mojar. - dije haciendo lo advertido.
Jugueteamos por unas horas en el mar  hasta que empezamos a sentir hambre y salimos en busca de comida.
Compramos unas hamburguesas enormes y bebidas, nos sentamos encima de nuestras toallas que estaban tendidas sobre la arena.
-Oye están sabrosas. - es lo único que logré entender de una frase enorme que dijo mi amigo.
-No hables con la boca llena. - refuté. - Pareces un niño. - Le alcancé algunas servilletas.
-¿Ves lo que me haces? - No supe como tomar eso.
-No entiendo. - mi mirada expresaba duda.
-Sin ti yo no sabría que hacer, tu me dices que esta mal y que cosas no debo hacer, yo aún me comporto como un niño.... Soy un niño atrapado en el cuerpo de un adolescente.- miraba al horizonte.
-Claro pero para algunas cosas ya no eres un niño. - Murmuré.
-Te escuché. - se inclinó hacia mi. - Como decía, tú eres mi estabilidad, sin ti yo me voy de picada al subsuelo.
-No exageres. - agregué.
-Sabes que es verdad. - se entristeció. Lo abracé. - Pero tú sabes que no me voy a ir tranquilo por eso, además, no dejaré de llamarte todos los días, estaré pendiente a ti.... Te lo juro. - le hablé al oído. - el abrazó duró más de lo que esperaba, sin embargo no me incomodaba esa muestra de afecto.
-Joe... - murmuró con un tono de asombro.
-Christopher... - murmuré con el mismo tono. - ¿Que pasó? Ya sé, seguro te sientes incómodo con esto, es raro que dos hombres estén abrazados por mucho tiempo y más si están solo con una prenda diminuta.
-Eso no idiota. - contestó.
-¿Entonces qué? - pregunté sin soltarlo.
-Te están buscando. - se apartó, señaló detrás de mi.
-¿Podemos hablar? - se escuchó una suave voz.
-¿Que haces aquí? - la idea de tenerlo cerca me atormentaba.
-¿Podemos hablar a solas? - volvió a insistir.
-Los dejo para que hablen. - mi amigo se levantó sacudiendo la arena de sus shorts.
-¿Como sabias que estaba acá? - pregunté.
-Isra me lo dijo. - me miraba, yo me sentí incómodo.
-¿Y a que viniste? - pregunté nervioso.
- ¿Es cierto que te vas?
- Si. - suspiré.
- ¿Por qué lo haces?.... Si es por mi yo te juro que me alejó de tu familia pero por favor no te va..
-Ya no sigas, ¡Estoy harto! - lo miré y trate de seguir hablando aunque ya había cometido el error de permitir que su mirada penetrara mi alma. - Estoy harto de que siempre terminemos peleando y no lleguemos a una solución, estoy harto de que creas de que todo lo que me pasa o hago es por ti y para ti, estoy harto.
-Dilo, dime mirándome a los ojos que no es así, que me equivoco. - insistió. - ¿Por qué agachas la mirada? ¿Acaso no puedes?
-Te odio.- se impactó. - Si, te odio porque con solo una palabra mueves todo en mí.
-Yo no, ¿Sabes por qué?..... Porque te amo, porque eres lo único que le da sentido a esta vida de mierda que tengo, te amo porque te clavaste en cada centímetro de mi ser, por eso y muchas más razones te amo. - lloró, no supe que responder, no supe que pasaba con él, un día me trata bien y al otro me hace sentir que no valgo la pena.
-¿Por qué me haces esto? - sequé sus lágrimas. - Si piensas que con esto me vas a retener aquí te advierto que no lo lograrás... No podemos hablar ahora, estamos muy alterados, te parece si nos vemos en la cafetería "Dulce sabor" a las 4:30.
-Esta bien. - se levantó de la arena y corrió sin mirar atrás.
Empecé a llorar, las lágrimas no cesaban.
-No llores corazón. - Christopher se acercó al darse cuenta que él desapareció.
-No sé qué hacer. - dije entre llanto.
-Tranquilo, todo estará bien, tú ya tomaste tu decisión y yo te apoyaré pero no llores bro. - me abrazó.
-Toma mi hamburguesa, ya ni siento hambre. - quiso negarse ya que prefería consolarme pero no pudo, apenas le mencionan la comida él siente hambre.
-¿Quieres que nos vayamos a casa? - preguntó envolviendo las toallas.
Asentí.
Llegué a casa, tomé una ducha y me alisté para llegar a la cita planeada.
Quise salir sin que notarán mi ausencia pero fue algo que no se logró, apenas abrí la puerta, rechinó.
-¿Volverás a salir? - mamá estaba en la sala con mi tía viendo un programa de televisión.
-Tengo un asunto pendiente que tengo que resolver. - dije guardando las llaves en un bolsillo de mis shorts.
-¿Regresarás tarde? - preguntó al ver mi acto.
-No, lo haré lo más pronto posible. - sonreí.
Salí en dirección a la cafetería, no se encontraba muy lejos de mi casa.
-Perdón por la demora. - Erick se hallaba situado en una de las mesas externas de la cafetería.
-No te preocupes, solo fueron 5 minutos de retraso. - me senté y acomodé mi chaqueta sobre mis piernas.
-¿Chaqueta?.... Perdón si me meto pero... ¿Por qué trajiste una si estamos en verano?
-No me la pondré, no soy tan raro como estás pensando. - respondí.
-Para mi tú no eres raro, al contrario, eres lo mejor que me ha pasado. - lo miré.
-Se me antoja una torta de chocolate, ordenaré. - desvíe el tema. -Buenas tardes, quisiera una porción de torta de chocolate y un capuchino.... ¿Y tu Erick?
-Que sean dos capuchinos pero yo solo quiero un keke de naranja,por favor. - terminó de ordenar y a los pocos minutos nos hallabamos provando bocado de nuestras ordenes.
-Joel, no te vayas, ¡Por favor! - dijo sin esperarmelo.
-Ya te lo dije, ya tengo todo planeado, mi mamá ya compró los boletos.
-¿Cuándo volverás? - preguntó.
-Eso no lo sé. - respondí.
-¿No lo sabes? ¿O no quieres decírmelo? - soltó el diminuto cubierto.
No lo sé, tengo una propuesta de trabajo allá y no la puedo desperdiciar ya que de esto depende mi futuro.
-¿Tu futuro? ¿Y el nuestro que Joel? - su pregunta me hizo dudar de mi respuesta, antes de ir a la cafetería tenía planeado lo que le iba a decir pero no sabía que responder ante eso, lo miré unos segundos y respondí con dudas. - ¿Nuestro futuro? Tú y yo no tenemos un futuro juntos, me voy en busca de mis sueños y no qu...
-Joel, se que he sido un tonto y me merezco el odio que ahora me tienes pero ins...
-Te equivocas... Yo no te guardo rencor, yo-yo te amo pero aveces el amor no lo puede todo. - suspiré antes de quebrar me en llanto.
-Joel, yo te amo y admito mi error, entiendo tu enojo, los celos me cegaron... No te vayas por favor, te necesito. - Tenía claro que esta conversación no me haría bien peor corrí el riesgo de enterarme de cosas que no sabía.
-¿Los celos te cegaron?
-Si, no sabes como me sentí cuando ella me dijo todo lo que había pasado entre ustedes, traté de no darle crédito a su palabra pero tu actitud conmigo era distinta y terminé cayendo en un hueco sin fondo. - tomó mi mano que se hacía espacio en la mesa. - ¡Perdóname!
-¿Quién es ella? - la idea se volvía cada vez más confusa.
- La chica de ojos claros, cabello bonito y sonrisa cautivante... Tu pareja de baile. - dijo sin más.
-Ximena. - murmuré.
-Si, ella. - su voz se apagó, hubo unos minutos de silencio, tal vez el esperaba una respuesta favorable yo en cambio relacioné y pude atar algunos cabos sueltos que hasta la noche anterior, me atormentaban. - Ahora lo entiendo todo. - Me miró. Todo lo que nos pasó fue por las intrigas de Ximena y en el peor de los casos tú terminaste cayendo en su juego... Erick, te lo dije y te lo repetiré, no te guardo rencor ni nada por el estilo, te llevaré en mi corazón por ser el único que me ha hecho experimentar cambios repentinos como el amor, no te guardo rencor, quise verte para entregarte algo que es de suma importancia. - metí mi mano en los bolsillo de mi chaqueta buscando el sobre con el dinero obtenido en las grabaciones del comercial. - Toma. - puse sobre sus manos el sobre con el dinero.
-¿Y esto? - preguntó.
-Es el dinero que obtuve de mis grabaciones. - respondí. - aceptalo, ¡Por favor!
-No puedo hacerlo, no me lo merezco, además, es tu dinero y tú te lo ganaste. Retiró su mano.- Recibe lo, no lo veas de ese modo, velo como lo último que recibirás de mi.
-Es que eso es lo que no quiero, darles a esos tipos el recuerdo que tendré de ti.
-Erick, con esto no te faltaría mucho solo unos cuantos dolares que los consiguiera su ahorras.
-Tú me has dado tanto y yo siempre te he pagado mal... Soy una mierda. - se atacó.
-No digas eso, gracias a ti soy lo que soy. - volví a tomar su mano y a poner el sobre sobre ella. Esta vez si lo aceptó. - Gracias. - sonreí.
-No Joel, gracias a ti. - imitó mi acto. - Terminemos de comer nuestra orden y vamos.
-¿A dónde?
- Ya lo verás.

                 ****************

-¿La playa? - pregunté. - Erick, no traje ropa de cambio.
-No te preocupes por eso, tontito. - caminó, yo lo seguí. - Está playa no es cualquier playa, en esta playa pasamos un día de pinta juntos, en esta playa nos citamos para solucionar las cosas y en esta playa te daré algo para que nunca me olvides y recuerdes el porqué esta playa es especial. - se aproximó a mi al punto que visualicé todo su hermoso rostro, su nariz chocaba con la mía, mis manos temblaban ya que ese hombre extremecía mi ser. - No tiembles, cariño... Yo estoy contigo. - murmuró antes de probar mis labios.
Tenía razón, el beso que me dió nunca se borrará de mis labios, con ese beso nos despedimos, no quería irme de su lado pero llegó el momento de hacerlo, después de ese beso cada quien se fue por su lado.




*Lamento la demora, creo que pasó como un mes pero no tenía mis ideas claras, además de la falta de tiempo pero ahí está.
Esta hostotia llega a su final, muchas gracias por leer mi historia y espero les llegue a gustar, si llegan a tener alguna duda con lo que pueda llegar a pasar pueden consultarmelo.
    ¡Gracias por el apoyo!

Amor en Verano. (Joerick)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora