Capítulo 35 "Me encantas"

39 3 2
                                    

Alonso pov 

La conexión que sentía y el deseo de besarla pudieron más conmigo que la razón y simplemente me dejé llevar. La besé entonces esperando no recibir rechazo de su parte, lo que afortunadamente no sucedió, pues ella incluso siguió el beso que yo comencé, sus labios se movían con destreza presionando los míos y sus manos habían subido a mi cuello en algún momento, mientras una de las mías sostenía su rostro suavemente para elevarlo y la otra acercaba su cuerpo al mío.

Nos separamos unos segundos después, ámbos sonriendo y mirándonos fijamente. Aproveché entonces para tomar su mano y guiarla hasta mi auto, en donde abrí la puerta para permitirle pasar. Ella subió al asiento del copiloto, cerré la puerta y corrí hasta el otro lado para subirme a toda prisa y cerré el auto mientras la escuchaba reír con dulzura mientras hablaba con un toque de diversión en su voz que me obligó a seguir la conversación. 

Maddison: Estás loco Alonso, dejame salir
Yo: No, ahora iremos a donde yo quiero ir
Maddison: Ja, ja. Muy gracioso, ¡abre ya! Enserio Alonso, debo ir a casa, mis padres se van a preocupar si no llego.
Yo: ¡Dah! Pues márcales o mándales un mensaje para avisarles
Maddison: Mmm...vale...

La vi buscar su celular en su mochila mientras encendía el auto y emprendía nuestro camino. Ella llamó un par de veces a alguien, supongo que era su madre, en su celular y tras unos segundos de no obtener respuesta, la escuché resoplar molesta, mientras buscaba el ícono de mensajes, en la pantalla, que yo miraba de reojo. 

Como habíamos llegado a un semáforo que estaba en rojo, me detuve y volteé a mirar lo que escribía en su celular, sin esperar que, a cambio recibiría nada más que reproches suyos acompañados de una conversación que al principio parecía divertida y pronto me preocupó al notar que en verdad estaba molesta. 

Maddison: ¿Qué haces Alonso Villalpando? ¿Acaso me estás espiando?

Yo: Ahhm... no...no lo hago
Maddison: Si, cómo no. ¡Estabas mirando lo que escribía!
Yo: ¡Oh vamos! Es cierto que lo hice, pero... No te molestes conmigo...por favor...

Voltee a verla haciendo pucheros, esperando que con eso ella me perdonara y olvidara su molestia, desafortunadamente no funcionó y ella continuó.

Maddison: ¡Ah, entonces admites que me estabas espiando!
Yo: Maddison... ¿enserio estas molesta? Pero si no es para tanto...
Maddison: ¡¿No es para tanto?!
Yo: No...
Maddison: Yo no te espío mientras contestas los mensajes de tus diezmil novias... Pero tú, en cambio, me espías cuando estaba mandando un mensaje a mi madre... ¿acaso desconfias de mi?
Yo: ¡Pfff! !Jajajaja! ¿Diezmil novias?
Maddison: ¡Suficiente! ¡Detén el auto Alonso, me voy a bajar!
Yo: ¿Hablas enserio? No voy a detener el...
Maddison: ¡Déten el auto!... ¡Ahora!

La miré y no pude evitar reír, pues su cara más que mostrar que estaba molesta, me dejaba ver una expresión de risa contenida, que simplemente me desarmó y me hizo hablar sin pensar. 

Yo: Por eso me encantas Maddi...

Entonces ella se sonrojó cual tomate, se encogió de hombros tratando de ocultarse, pero no lo logró, tan sólo hizo que se mirara mucho más tierna y linda de lo que ya lucía. Mientras que yo, por supuesto, no paré de sonreír, sabiendo que mis palabras le habían causado tal efecto y llenándome de alegría por saber que yo había sido el causante de las mismas. 

Quédate conmigo.... (Alonso Villalpando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora