Maddison pov
Me encontraba sentada sobre la cama dudando entre abrir la puerta o no, escuchando cómo Alonso se tomaba un tiempo innecesario entre un número y otro mientras los decía en voz alta, seguramente esperando y confiando en que yo abriría enseguida y le diría que podía entrar a mi cuarto y fingir que entre nosotros todo estaba bien.
Sin embargo, mi orgullo me obligaba a permanecer sentada sobre la cama y dando vueltas en mi cabeza a las mil y un frases que podía decirle a él para que me dejara tranquila, mismas que tampoco me atrevía a pronunciar, pues realmente no estaba segura de querer que él se fuera, pues en serio que lo había extrañado más de lo que mi mente me permitía aceptar.
Cerré los ojos un segundo y mi corazón alborotado se hizo presente, sabía que la cuenta estaba por terminar y que realmente no deseaba que él se fuera, pero tampoco quería que él pensara que podía tenerme para él cuando se le diera la gana, mi dignidad debía estar primero, eso lo tenía tan claro que, una vez que le escuché llegar al número diez y suspirar derrotado, no pude más y fui a su encuentro.
Abrí la puerta en el mismo momento en que él comenzaba a caminar hacia las escaleras. Entonces lo llamé por su nombre, corriendo y literalmente caí a sus pies de bruces contra el suelo, deseando que me tragara la tierra por tremendo oso que acababa de cargarme encima, vi su mano posarse frente a mí y le escuché preguntarme si me encontraba bien. Acepté entonces su ayuda y me incorporé al tiempo que él me abrazaba ahora sí riendo con una sonora carcajada mientras aseguraba que me encantaba caerme al suelo cuando quería llamar su atención, haciendo así referencia a nuestro primer encuentro en aquel pasillo de la escuela, en donde me estrellé con él y caí al suelo.
Reí de igual forma al recordar aquella escena, rodeando su cintura con mis manos a fin de prolongar el abrazo, deseando que éste no terminara, pues me dejaba percibir el aroma de su colonia y escuchar los latidos de su acelerado corazón mientras lo tenía cerca de mí. Y así, fue como mi dignidad se fue por los suelos, pues lo mismo me daba si alguien se enteraba que le permitía ir y volver cuando se le diera la gana, ya que enserio lo quería y estaba consciente de que su ausencia se debía a que había estado tratando de ayudar a su mejor amigo a salir de un momento difícil y eso lo entendía, ya que tampoco deseaba ser el tipo de novia tóxica que no permite a su novio tener a sus amigos entre sus prioridades, por eso, fue que decidí volverlo a intentar.
Luego de unos segundos de estar en aquella posición, solté el amarre y busqué su mirada, esa que enseguida me transmitió todo el amor posible, con una mezcla de arrepentimiento y temor, sentimientos que traté de borrar de inmediato depositando un beso en su mejilla, lo que provocó que él sonriera sin apartar sus ojos celestes de los míos y provocando un cosquilleo demasiado profundo en mi estómago, segura de que él me había extrañado tanto como yo a él.
Me separé por completo y tomé una de sus manos para guiarlo de regreso a mi cuarto, él no opuso resistencia alguna a mi repentino actuar y me siguió hasta la puerta, en donde nos detuvimos, él para tomar las bolsas que había dejado a un costado y yo para tomar el pomo de la puerta y abrirla para permitirnos entrar.
Fue hasta entonces cuando reparé en mi error, pues con solo mirar mi cama revuelta y la computadora suspendida, recordé lo que había estado haciendo antes de su llegada, tragué en seco y me miré en el espejo que se encontraba a un lado de mi cama, solo para reprenderme a mi misma por el pésimo aspecto con el que había recibido a mi novio y comprendí el porqué mi madre me había mirado con desaprobación momentos antes.
Me quedé congelada mirando mi reflejo sin saber qué hacer y escuchando a Alonso preguntarme qué serie estaba mirando mientras se sentaba en la cama y encendía mi laptop, sacándose los zapatos y recostándose después, mirándome de reojo, supongo que esperando respuestas. Reaccioné entonces al escuchar que le ponía play a mi serie, lo cual me hizo correr hasta la computadora y cerrarla de golpe, pues no deseaba perderme ni un minuto de mi capítulo.
Fui entonces hasta el peinador en donde me debatí entre peinarme y maquillarme para ponerme un poco más decente, pero no hice ni una cosa ni otra porque enseguida él me abrazó por detrás y me cargó cual muñeca hasta la cama, diciendo una y otra vez que estaba perfecta justo como me encontraba y que más me valía no pensar en lo contrario o iba a tener problemas con él por decir que no era así.
Me tapé la cara completamente avergonzada, segura de que mis espinillas y mis marcas en la cara seguro iban a desmentir su teoría, pues mi cara no era perfecta, como al parecer la suya si. y, si a ello le sumamos el hecho de que me encontraba despeinada y en fachas, simplemente me sentía como el patito feo de nuestra relación, al menos así me sentí hasta que sentí que se posaba sobre mi y peinaba mi cabello con sus manos al tiempo que besaba sobre mis manos, buscando y logrando que yo las apartara de mi rostro sólo para mirar fijamente ese hermoso par de ojos celestes que me miraban con un dejo de diversión y deseo en ellos, haciéndome perder el control del tiempo y el espacio.
ESTÁS LEYENDO
Quédate conmigo.... (Alonso Villalpando)
FanfictionMaddison solía vivir como toda adolescente normal lo hace en su día a día hasta que conoció a un guapo....pfff que digo guapo.... guapísimo chico de ojos turquesa y cabello castaño llamado Alonso Villalpando... Está novela ha sido escrita por petici...