Maddison pov
Un mes, fue el que tuvimos que fingir que no nos conocíamos en la escuela, para evitar nuevos rumores, pero al llegar a casa, no podíamos dejar de hablar. Se sentía realmente genial estar hablando con un chico que me entendiera casi como lo hacían mis amigas y que además me hacía sentir linda y muy especial.
El día en que casi cumplíamos un mes de habernos estrellado por primera vez, me lo encontré exactamente en el mismo pasillo en que lo conocí. Era lunes por la mañana y como era mi costumbre, me levanté tarde, por eso iba apresurada corriendo por el pasillo hasta antes de estrellarme una vez más en la misma esquina de ese día.
Me estrellé con su nariz una vez más, eso de ser más baja de estatura que él, siendo que él realmente era bajo de estatura, me hacía sentir como un gnomo. Aún así, en esta ocasión, al contrario de lo que pasó antes, ambos reímos sin dejar de mirarnos. Ese par de hoyuelos que estaban a ambos costados de sus mejillas me volvían tan loca como su sonrisa y esos labios perfectos que dibujaban una línea perfecta de alegría.
Elevé un poco la mirada para dejar de pensar en las locas ganas que tenía de besarlo tan sólo para ver sus ojos, ese par de asombrosos ojos azules me dejaron enajenada mientras los veía brillar, sin darme cuenta de que nuestras respiraciones estaban sincronizadas y el también me miraba de la misma manera en que lo hacía yo.
Cuando me di cuenta de lo que estaba sucediendo, desvíe de inmediato la mirada, mientras retrocedía unos pasos y me sonrojaba mordiendo mis labios completamente nerviosa de pies a cabeza. Lo escuché reír suavemente y acercarse a mi una vez más, elevé la mirada extrañada por su actuar y a cambio recibí un inesperado beso en los labios que acompañó con una suave caricia de sus manos sobre mis mejillas y no supe la razón pero sin despegarme de él, me dejé llevar.
Cerré los ojos, mientras mis manos temblorosas se posaban sobre su pecho y mi corazón emocionado por el sin fin de sensaciones que ese beso me trasmitía, se aceleró de un segundo al otro deteniendo mi respiración. Segundos después nos separamos, los dos sonreíamos y sus mejillas incluso estaban coloradas, cosa que me enterneció pero no tanto como lo hizo su mirada brillante cuando de sus labios tres palabras fueron pronunciadas.
Al: Me gustas Maddi
Mordí mis labios y baje la mirada al suelo, siendo entonces atrapada por aquel par de brazos que me rodearon con suavidad, deposité mi cabeza sobre su pecho y abracé su espalda con especial cariño susurrando entre dientes algo que él también escuchó y que lo hizo sonreír.
Yo: Me gustas también
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Quédate conmigo.... (Alonso Villalpando)
Hayran KurguMaddison solía vivir como toda adolescente normal lo hace en su día a día hasta que conoció a un guapo....pfff que digo guapo.... guapísimo chico de ojos turquesa y cabello castaño llamado Alonso Villalpando... Está novela ha sido escrita por petici...