Capítulo 49 "Extremos"

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Alonso pov

Los días pasaban y la neta, me encantaba estar cerca de Maddison todo el tiempo, conforme más la conocía más adoraba su forma de ser, siempre tan natural y tan auténtica. Era una chica muy inteligente y centrada en lo que quería y lo que debía hacer. 

Además, me fascinaba besarla y abrazarla siempre que podía, sus labios rosados me llamaban con insistencia con tan solo verla y mi cuerpo entero pedía a gritos abrazarla y sentirla cerca de mí. Ella, siempre respondía con ánimo a mis besos y caricias y eso, me enloquecía, era como si en verdad ella anhelara estar cerca de mi tanto como yo lo hacía. 

Mi noviazgo con Maddison, a pesar de no ser el primero, sí era el que sentía más real y por eso me enfoqué tanto en ella, que mis padres, hermanos y mis amigos comenzaron a reclamarme por la ausencia que sentían de mí, o al menos eso era lo que ellos decían, motivo por el cual me vi en la necesidad de alejarme de ella un poco, sin esperar que eso, me traería problemas con ella y no solucionaría lo que sucedía con mis seres queridos en realidad. 

Especialmente en la escuela, darme cuenta de que mis amigos tenían chistes locales y hablaban sobre eventos que yo desconocía por haber sucedido durante las semanas posteriores a mi declaración hacia Maddison, lo que me puso en estado de alerta y todo comenzó con la invitación de Alan para que Bryan, Freddy y Jos fueran a su casa una tarde para ir a jugar un torneo con el x-box y, aunque yo era el mejor de los 5 en la mayoría de los juegos, el hecho de que no me hubieran invitado decía demasiado. 

Por primera vez, fui yo quien tuvo que ir a preguntar de qué se trataba el torneo a fin de tratar de obtener una invitación.

Yo: ¡Hey! ¿El torneo de FiFA comienza hoy, cierto? 

Bryan: Si Alón, empieza hoy.

Yo: ¡Dale! ¿Van a participar desde sus casas?

Bryan: No, iremos a casa de Alan

Yo: Oh... ¿Iremos?

Bryan: Freddo, Yoshi y yo... Si quieres puedes unirte...

Yo: ¿En serio?

Bryan: Simón, eso sí. Por ningún motivo puedes llevar a Maddison...

Yo: ¿Por?

Bryan: Te va a distraer, obvio.

Aunque no lo dijo directamente, a partir de aquella tarde me di cuenta de que a mis amigos les molestaba mi lejanía por haberme puesto de novio con Maddison y, aunque ninguno me criticaba por ello y tampoco me decían que la dejara, entendí perfectamente lo que sucedía cuando volví a salir con ellos sólo porque tenía ganas de hacerlo y me di cuenta de la falta que me hacía tener esos momentos llenos de diversión y buena onda, salir a jugar futbol o jugar con el x-box e incluso platicar con ellos de cualquier bobada, todo eso me hizo sentir bien.

Lamentablemente, me fui de un extremo al otro; y de ser ellos quienes me hacían falta, fue ahora Maddison la que se alejó de mí o quizá fui yo quien se alejó de ella y por eso, pasadas unas semanas en las que, nos veíamos únicamente en la escuela, la besaba y abrazaba poco y hablábamos casi nada por teléfono, llegué a la conclusión de que ella debía de odiarme, así que empecé a sentirme demasiado temeroso.

Pasados unos días más, dudé más de lo que debería, en acercarme a ella o no. Pero al fin, decidí hacerlo, por eso la esperé afuera de la escuela, ansiando a que apareciera por la puerta de salida, estuve casi 2 horas en la acera de la escuela y cuando finalmente ella salió, pasó de largo e incluso caminó bastante rápido a la parada de autobuses, ignorandome por completo mientras la llamaba.

La seguí varios minutos y cuando por fin le di alcance ella giró para verme con cara de odio, con unos ojos de pistola que más parecían estar a punto de disparar que de guiñar. Tragué saliva y me armé de valor entonces y, comencé la conversación, a sabiendas de que no me esperaba nada bueno. 

Yo: Hola Maddi, Maddi espera... Maddison...

Maddison: ¿Es a mi?
Alonso: Pues si nena, ¿a quién más?
Maddison: Ahhh... ¿qué quieres Alonso?
Alonso: ¿Te llevo a casa?
Maddison: No, gracias
Alonso: ¿Por qué no? ¿Estás molesta?
Maddison: Si
Alonso: ¿Por qué?
Maddison: ¿Por qué? ¿En serio vas a preguntar por qué, después de cómo me has ignorado toda la maldita semana? ¡Ah! Pero, claro que a los chicos y chicas populares no los ignoraste... ¡No! A ellos no los ignoras porque son tus súper amigos. ¿Y a mi que soy tu novia ni siquiera me saludas verdad? ¡Ah, pero qué bonito! ¿Y ahora seguro no dirás nada, verdad? Si, obvio porque no puedes negar nada de lo que dije, ¿o, si?

Okay, lo admito, me esperaba que me reclamara pero no con tanta rudeza y mucho menos con ganas de matarme. Su rencor me dolió y por eso tuve que bajar la mirada mientras le pedía disculpas, con una risa nerviosa que más me salió por temor. La escuché suspirar y la vi negar con la cabeza al tiempo que se daba la vuelta sobre su eje para caminar en dirección contraria, supe enseguida, que si le permitía irse, iba a perderla, así que no dejé que lo hiciera. 

Dio un par de pasos y yo los di de igual forma, aunque con mayor premura, la alcancé y sin pedirle permiso la abracé, esperando su rechazo, pues sabía que lo merecía. Pero, dándome cuenta de que ella se había quedado inmóvil, lo hice de igual forma, respirando sobre su cuello y besando el mismo, suplicando por su perdón. Ella no dijo nada, pero tampoco se hizo a un lado, así que supuse que mi actuar había sido el indicado y, por un instante, respiré aliviado. 

Quédate conmigo.... (Alonso Villalpando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora