Capítulo 66 "El mejor día"

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Maddison pov

Aquel, que había comenzado como un día espantoso gracias a que la alarma de mi celular no sonó y llegué tarde a la clase de literatura, a la que no pude entrar y que me volvió la persona con el video más viral de la tierra en donde se veía como el profesor me cerraba la puerta en la cara obligándome a retroceder y caer de culo al piso, fue pronto mejorado con ayuda de la única persona en el mundo capaz de hacerlo.

Mi novio Alonso Villalpando, sí, el chico más guapo de la escuela, que tenía pinta de ser actor de televisión y/o cantante famoso, era quien siempre aparecía frente a mí en mis peores momentos para convertirlos en los mejores del siglo. Y, ese día no fue la excepción, pues justo unos minutos después de que me fui a la cafetería y él apareció tras de mí, mi mente dio una rápida voltereta para imaginarnos a ambos juntos saliendo de la escuela hacia cualquier lugar en donde pudiéramos estar solos y pasarla genial.

Y, cuando Alonso me siguió la corriente, dejándose dirigir por mí hasta su auto y me ayudó a subir en él, mi emoción no cabía dentro de mí misma, me encantaba que él fuera mi cómplice de aventuras, sin duda, no podía pensar en nadie más que en él cuando se trataba de alegrar mis malos momentos.

Una hora más tarde nos encontrábamos subiendo y bajando de los juegos mecánicos del parque de diversiones más grandes de la ciudad, mismo al cual hace muchísimo tiempo que no asistía, quizá desde que era una niña, por eso, creo, me divertí mucho más. Corriendo de un lado al otro, Alonso me guiaba como si aquella fuera su casa, lo que me hizo pensar que él, a diferencia mía, había estado más veces allí antes y, aunque mi mente me quiso jugar una mala pasada al hacerme pensar que quizá él antes había traído a sus exnovias a aquel lugar, mis celos fueron pronto opacados por su sonrisa malévola cuando veía los juegos mecánicos que más le gustaban y que insistía en abordar.

Unas horas más tarde, nos encontrábamos en mi casa, acostados en mi cama mientras veíamos una película abrazados el uno al otro y comiendo palomitas, por fortuna nuestra, mis padres no se encontraban y, por ello, la comodidad e que ambos nos encontrábamos era notoria, a Alonso le veía tan relajado como horas antes en el parque y eso, me encantó.

Después de discutir por media hora sobre lo que debíamos encargar para cenar, la votación quedó sujeta a un piedra, papel o tijeras, en donde yo gané 2 partidas de 3, siendo la que al final decidió que nuestra cena sería una deliciosa pizza hawaiana acompañada de té helado de kiwi-fresa y, aunque Alonso había dicho que prefería una orden de tacos al pastor, finalmente tuvo que aceptar mi decisión e incluso pagar por la cena, pues yo le había dicho que las bebidas las ponía yo, segura de que mi refrigerador tenía ya el té helado que me gustaba dentro, por lo cual no tuve que poner ni un centavo, claro que esto él no lo supo sino hasta que se le ocurrió ir a la heladera por hielos, entonces me reclamó.

Alonso: ¡Eres una tramposa!

Yo: ¿Disculpa?

Alonso: ¡No fuiste a comprar el té helado como dijiste! ¡Ya lo tenías!

Yo: ¡Ja, ja, ja! Yo dije que pondría las bebidas, no que iba a comprarlas.

Alonso: ¡Y eso es trampa!

Yo: ¡Ja, ja, ja! ¡NO! Se llama ser precavida

Alonso: ¡Tramposa!

Yo: ¡Ja, ja, ja! ¡Así me amas!

Lo vi sonreír y negar con la cabeza, divertido, mientras yo moría de risa, la verdad sí había hecho trampa, pero en mi defensa, estábamos en mí casa, en donde yo sabía qué había y qué no dentro del refrigerador. Tras aquella discusión divertida, Alonso y yo cenamos sentados en mi cama, viendo la película de Jurassic Park II, misma que Alonso escogió, insistiendo en que yo había elegido la cena y, dado que tenía razón, me vi obligada a aceptar.

Una vez que se terminó la película o quizá poco antes de que eso pasara, me quedé dormida y es que estaba tan cansada por aquel gran día que viví al lado de Alonso, que perdí la noción del tiempo y del espacio y, olvidando por completo que me encontraba en mi cama abrazada a él, mis ojos se cerraron y me sumí en un profundo sueño en donde el protagonista era mi novio, ese chico perfecto de ojos turquesa al que tanto amaba y que me hacía olvidar todos mis problemas con una simple mirada y una sonrisa suyas.

Quédate conmigo.... (Alonso Villalpando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora