Capítulo 62 "Familia política"

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Maddison pov

 Sin embargo, este lunes por la mañana, en específico, me sentí por completo aterrorizada cuando Alonso me dijo que su familia me invitaba a comer esa misma tarde. No, simplemente no entendía porqué a él se le había ocurrido tan grandiosa idea un lunes, enserio que no tendría problema alguno cualquier otro día de la semana, pero los lunes, son mi perdición. 

No sé a quién puede gustarle el lunes, es un día horrible, el peor de la semana. Te despiertas temprano después de desvelarte el fin de semana y tienes las ojeras más marcadas por eso, el cabello se le alborota demasiado y ningún conjunto de ropa se ve bien después de probarte mínimo 5 cambios para elegir el adecuado. 

Bueno, bueno, tal vez exagero que la verdad no soy una chica fashion y por tanto, no tardo más de 10 minutos en arreglarme, me peino como puedo y sólo me pongo labial rojo o brillo cuando pretendo verme un poco más bella. Y, aunque mis amigas me aseguran que debería de producirme más para gustarle más a Alonso, sé perfectamente que no es necesario, pues él se enamoró de mí un lunes por la mañana, en modo zombie, pero su familia, ¿qué pensaría su familia de mí si me veía así? No, eso no podía pasar. 

Mis amigas entendieron mi expresión y supongo que mi shock instantáneo de terror cuando Alonso me dijo de la invitación frente a ellas. Por eso, las tres nos saltamos la última hora del día para ir al baño y arreglarme un poco. Ania, la experta en maquillaje fue la encargada de hacerme lucir fabulosa con sus miles de pinturas y brochas, mientras que Mía me arregló el peinado y la ropa que llevaba ese día; jeans y una blusa muy linda que ella dobló y ajustó en las mangas y abdomen para hacer que mi figura luciera más. 

Agradecida por lo que mis amigas habían hecho por mí, prácticamente corrí, en mi mente, porque no deseaba arruinar mi look, y más bien caminé lo más rápido que pude hasta la puerta principal en donde Alonso me esperaba algo impaciente. Me recibió con una sonrisa y una mirada que me recorrió de pies a cabeza haciéndome sentir muy complacida, luego me dio un beso corto en los labios y me abrazó, tomando ésto último como pretexto para tomar mi mochila y cargarla él mismo hasta su auto. 

De camino a su casa, la verdad que me sentía super nerviosa, las manos me sudaban y las piernas me temblaban, no podía pensar en ningún escenario posible de la comida a la que me habían invitado. O, al menos, ninguno que fuera positivo y/o favorecedor para mí. Como si Alonso supiera que me encontraba a punto de bajarme de su auto por los nervios que sentía, encendió la radio y, mágicamente una de mis canciones favoritas, comenzó a sonar, sonreí y canté a todo pulmón, esperando que eso me ayudara a relajarme y, ¿sabes qué? En verdad así fue, pues al término de la canción me sentía mucho más tranquila o al menos eso creí. 

Llegando a su casa, volví a sentir un miedo inmenso, Alonso me ayudó a bajar del auto y tras ver que no me movía, me tomó de la mano y me guió hasta la puerta. Él mismo abrió la puerta con sus llaves y me permitió pasar primero. Tragué en seco al escuchar que su madre preguntaba quién había llegado y, mi sonrisa se quedó congelada cuando ella misma salió a presentarse tras escuchar a Alonso decirle que él y yo habíamos llegado. 

Su mamá me llenó de halagos e insistió en que yo no podía ayudarle a poner la mesa de ninguna manera, pues era la invitada especial. Luego, le dijo a Alonso que aguardáramos en la sala de estar mientras llegaban su padre y su hermano Diego, entonces ambos nos fuimos a la sala en donde nos aguardaba su pequeño hermano menor, quien con solo verme empezó a cuestionarme como si se tratara de un interrogatorio policial. 

Al principio fue divertido responder a sus preguntas sobre mi nombre, dirección y hasta el nombre de mis amigas, pero luego de que empezara a insistir en saber más acerca de mi relación con Alonso, éste fue quien se puso algo intenso, diciéndole a su hermano que no tenía porqué meterse en los asuntos personales de sus hermanos mayores, a lo que fue contestado con un simple gesto de molestia en el rostro por parte de Braulio, quien, por cierto, mencionó no estar conforme con mi presencia invasiva en su casa. 

Después de la eterna entrevista con el más pequeño de la familia de Alonso, esperaba que la comida con el resto de los miembros de su familia no fuera tan complicada. Y, aunque me sentía tremendamente nerviosa, sin razón aparente, según decían mis amigas, pues ellas afirmaban que mi novio era el que debía de temerle a su familia política y no yo a la suya, pues seguro sus padres eran super alivianados, así como él, mientras que los míos, ellas que los conocían, sabían que eran sobreprotectores y exigentes. 

Pensando en las palabras de mis amigas, aproveché cada momento de la comida para conocer más sobre Alonso, de quien me contaron varias historias divertidas sobre él, especialmente de sus cumpleaños, en donde él se solía poner a cantar como si no hubiera un mañana, arriba de las mesas o en la calle, aprovechando que cantaba bien y luego ponía la mano para tratar de ganar dinero, pero entonces nadie le daba ni un peso y él lloraba hasta que sus padres le ofrecían ir por un helado. 

 Reí y me divertí mucho con la familia de Alonso, todos eran encantadores, aunque no tan guapos como mi novio, quien tomó fotos para recordar aquel momento, mismas que subió una tras otra a sus redes sociales, diciendo que era importante que todos vieran lo feliz que estaba su novia entre su familia política, cosa que era más que cierta. 

Quédate conmigo.... (Alonso Villalpando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora