Capítulo XVII

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   Corrí hacia la mesita de noche, y cuando sostuve el móvil entre mis manos, me senté en el borde de la cama, mientras buscaba el mensaje de John.

6:15 pm

Hola otra vez, Paul. Olvidé decirte que mañana a las cuatro y media, nos vamos a reunir en el parque para jugar futbol. Me preguntaba si querías ir.

Es todo. Que tengas buenas noches.

   Cubrí mi boca con la palma de mi mano.

   —¡Qué tierno escribe, Dios! —espeté, sin dejar de leer el mensaje y detallar cada parte de el mismo—. Escribe tan perfecto, tan lindo, tan respetuoso... ¡Este hombre vale oro! ¡Dios, gracias por crearlo y hacer que exista en mi vida! ¡Ayuda, lo amo!

   Intenté que mi mensaje fuera lo más serio posible y no tan emocionante como yo me sentía en ese momento. No quería espantarlo; quería parecer normal.

6:17 pm

Hola, John. Está bien, en cuanto salga de mi trabajo iré para allá.

   Bloqueé el móvil, lo dejé cargando sobre la mesita de noche y dejé caer mi espalda hacia la cama. Ajusté el nudo que envolvía mi cintura y esbocé una sonrisa.

   —Qué lindo es John. Es un ser precioso que merece cosas geniales como yo nada más. Es que... agh, su forma de ser, su cuerpo, su cara, su cabello, su sonrisa... ¡y las arruguitas que se le forman en las esquinas de los ojos cada vez que sonríe! Ay, no; es demasiado bello...

   Me di cuenta que me escuchaba como un idiota enamorado. Y así era como estaba: enamorado de John.

   —Okey, okey —tomé una bocanada de aire y la expulsé con cuidado—. Tranquilo, Paul... Tómalo con calma... No va a pasar nada malo, es algo normal... Enamorarse es algo normal...

   El móvil sonó, así que lo sostuve entre mis manos otra vez y entré en la conversación de John, con cuidado de no equivocarme y entrar en la de Jane, donde había veinte mensajes que ignoré a lo largo de la tarde.

6:20 pm

Perfecto. Te esperaré. Cuídate y descansa.

   —¡Me dijo que me cuidara otra vez! —bramé, acunando el móvil en mi pecho—. ¡Qué lindo es conmigo! ... Un momento, ¿será que así le dice a todos?

   No dudé en contestarle.

6:21 pm

¿Así les dices a todos o a todas las que hablan contigo?

   Sólo marcó el visto y luego aparecía que su última conexión había sigo a las seis y veintidós.

   —¡Paul, así no se conquista a alguien! —exhorté. Pensé durante varios segundos—. ¿¡Y para qué quiero yo conquistarlo!?

***

   Me sentía un poco nervioso e incómodo, todo eso se debía por el mensaje que le había enviado a John. Durante todo el día no me había escrito, y eso me afectaba bastante porque sabía que no e había gustado en lo absoluto.

   El reloj marcaba las cuatro y quince cuando mi auto se aparcó en el parquecito, justo en medio de los demás vehículos de distintos colores. Me quité el suéter de color miel, dejando ver una camisa de tela fresca de color azul verdoso, que resaltaba de mi pantalón beige y zapatillas negras.

   Salí de ahí a paso rápido, para poder llegar al lugar donde normalmente se reunían para practicar futbol. Ya estaba pensando qué decirle a John y cómo abordar una conversación.

Forgive us ➳ McLennonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora