Acomodé mi corbata azul frente al espejo, y no pude evitar verme increíblemente bien con mi traje gris oscuro y camisa blanca que hacía el contraste ideal. Para finalizar, deslicé mi mano por mi cabellera todavía húmeda para peinarla.
—Qué hermoso soy. Oh, Dios, pusiste mucho empeño en mí cuando me creaste. Gracias por eso.
Me apresuré a tomar las llaves y a guardar el móvil en mi bolsillo cuando me percaté de la hora. Seguidamente salí de mi recámara, bajé las escaleras y fui hasta la puerta para abrirla y poder encontrarme con mi auto.
Cuando estuve adentro, lo puse en marcha para llegar a la iglesia cuanto antes y me fijé que el vehículo de mis padres estaba avanzando delante de mí.
Al cabo de unos minutos logré llegar a mi destino. Mike estaba detenido al lado de papá y mamá, e intentaba acomodar la corbata naranja que hacía combinación con su traje negro. James también vestía de la misma forma, sólo que con corbata verde oliva y Mary con un bonito vestido azul rey potente que le hacía lucir elegante.
—James —mi madre alzó las cejas efusivamente al percatarse de mi presencia—, creí que no vendrías más.
—Soy caja de sorpresas, mamá.
—¡Y sí que lo eres! —espetó mi padre, descargando la mano sobre mi hombro—. Creímos que eras niña y cuando naciste nos diste la sorpresa del siglo. ¡Compramos todo rosa!
Mike me señaló con el dedo índice mientras se reía a carcajadas.
—Ya cállate, imbécil —le dije—. Yo doy sorpresas, pero tú lo único que das es mal olor y ganas de vomitar.
—Sí, qué hijo tan puerco tengo —mi padre negó con la cabeza—. Ayer no se quiso bañar.
—¡Porque estaba resfriado, papá!
—Igual eres cochino. Tu olor a culo estaba por toda la casa y...
Mi madre lo interrumpió golpeando su hombro con la cartera de cuero; aquella acción hizo que mi padre se riera.
—¡No digas esas cosas en la iglesia, James!
Aún en medio de risas, mi padre rodeó el cuello de Mike y le dio un beso en su cabello ondulado.
—Agh, qué asco. Huele feo y tiene caspa.
—¡Papá!
No pude evitar reírme a carcajadas al escuchar eso. Incluso, de camino hacia la iglesia mi papá y yo estuvimos riéndonos, pero mi risa se esfumó al ver a John hablando a lo lejos con Stuart. Estaban muy animados hablando, como si estuviesen contando el mejor chiste del universo.
Ambos vestían las típicas prendas negras y el alzacuello que los convertían en un religioso católico. Aunque Stuart parecía más mierda seca que ser humano.
Me adentré a la iglesia estando ligeramente molesto, y de igual forma me senté en el lugar de siempre: la banca cerca de la puerta. Tuve que sentarme al lado de Mike y soportar su olor a culo con caspa.
Al poco tiempo llegó el turno de levantarse para recibir al sacerdote con mayor pecado pero que era santo; después de la persignación y de todo el protocolo, volvimos a tomar asiento.
Aunque, a decir verdad, yo nunca me levantaba.
—Hey, virgen —le di un codazo, haciendo que me mirara—, ¿cuándo piensas tener sexo?
Mi madre logró escuchar y se escandalizó enseguida; me lanzó una mirada fea que hizo reír a mi padre en voz baja.
Luego de unos segundos, Mike susurró—: Cuando te declares homosexual.
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Forgive us ➳ McLennon
Fanfiction"Padre, he pecado contra el cielo y contra ti." Nota: No pretendo hacer burla a la iglesia católica, ni mucho menos ofender a los creyentes. Está prohibida y penada la reproducción total o parcial de esta obra (texto, ilustraciones, diagramación)...