Había pasado varios días de mi accidente. Estaba recuperándome positivamente y a tiempo veloz, y eso nos alegraba a todos. Pero yo seguía sin saber nada de John.
Creí que al menos se iba aparecer en la puerta de casa preguntando cómo estaba yo, pero nada. Intentaba interrogarle a mis padres si sabían algo de él, pero tampoco supieron suministrarme información.
Así que estaba decidido a buscarlo.
Muy temprano me levanté, me di una buena ducha y me vestí con una sudadera color vinotinto, pantalón de mezclilla y zapatos negros. Hacía varios días que no salía de casa, así que tomar aire me iba a servir de mucha ayuda.
—No, papá... No salgas otra vez.
Sonreí al ver el puchero que hizo Mary cuando me vio bajar las escaleras de casa ya vestido. Yacía saliendo de la cocina con un vaso de jugos frutales en su mano. Llevaba puesta ropa cómoda y el cabello húmedo.
—Voy a estar bien, preciosa —le dije, al tiempo que me colocaba en cuclillas frente a ella. Di un ligero quejido de dolor—. Lo prometo.
—La otra vez también lo prometiste.
—Pero esta vez sí voy a cumplir esa promesa —aseguré, dándole un besito en la mejilla—. No tardaré mucho. Además, voy a estar llamándote, ¿sí? Así no te vas a preocupar.
—Está bien.
—Te traeré algo... ¿Qué quieres?
—Uh, no lo sé —encogió sus hombros. Todavía no aceptaba la idea de que yo saliera—. Lo que tú quieras.
—Está bien. —Le di otro besito y me levanté cuidadosamente.
Linda salía de la cocina envuelta en su albornoz y con la toalla en la cabeza. Ella había comenzado a trabajar, por lo que en mi reposo médico me quedaba con Mary, quien ahora debía ir a casa de mi madre para que la cuidara.
—¿Te vas?
—Sí, Linda. No tardo mucho.
—Cuídate, por favor. ¿Quieres que te acompañe?
—No, no —me apresuré a decir—. Debes ir al trabajo. Estás empezando y no sería bueno que faltaras. Oh, vamos, no faltaste durante mi reposo y lo harás ahora. No. Estaré bien, Linda.
Me dio un beso en los labios.
—Cuídate, ¿sí? Ten cuidado al conducir...
—Tranquila —carcajeé—. Me costó bastante dinero reparar mi auto, así que no creo que tenga ganas de accidentarme otra vez.
—Qué gracioso.
Volví a despedirme de Mary y me dirigí hacia la salida de casa. Aspiré aire al estar a la intemperie y de camino al auto pensé en los lugares donde John debería estar. Primero debería buscar en la iglesia donde seguramente estaba cumpliendo sus deberes de religioso.
Al subirme al vehículo, emprendí el corto trayecto hasta allá. Llegué en menos tiempo de lo pautado y, al hacerlo, me bajé inmediatamente.
Al primero que vi fue a Stuart. Estaba detenido en las afueras de la iglesia hablando por teléfono.
—¡Hey, Stuart!
El mencionado me miró con sorpresa.
—T-Te hablo luego —le dijo al o a la que estaba al otro lado de la línea—. No tardo. —Y colgó—. ¡Paul, Dios mío! ¡Qué milagro! ¿Cómo sigues? ¿Estás bien?
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Forgive us ➳ McLennon
Fanfiction"Padre, he pecado contra el cielo y contra ti." Nota: No pretendo hacer burla a la iglesia católica, ni mucho menos ofender a los creyentes. Está prohibida y penada la reproducción total o parcial de esta obra (texto, ilustraciones, diagramación)...