La Luna en tus ojos 🌕🌙🐰🐥

Cap. XXIV

Disfruten hermosas 💞

"La Luna en tus ojos " 🐰🐥🔥💞

JK

Caí sobre su cuerpo, estábamos exhaustos de placer pero en mi pecho había una alegría infinita.
Sentía mi corazón explotar y no era por haber hecho el amor...
Era por tenerlo cerca, por sentir su suave piel contra la mía, era por amarlo con toda esta pasión que me desbordaba.

Sentirlo en mi pecho, acariciando mi abdomen, aunque habíamos tenido la mejor noche de amor y placer de nuestras vidas, el sentir sus manos rozando mi piel de esa manera, me prendía y me invitaba a querer más de Jimin, porque con él nunca nada era suficiente, pero si le decía eso a él, temía que saliera corriendo.

Dormí poco, tenerlo junto a mí era tan extaciante que de la emoción se me había ido el sueño.

Al cerrar mis ojos, imágenes de Jimin satisfecho venían a mi mente, en como me hacía sentir, en querer amarlo y protegerlo de todo lo malo.
Lo dejé suavemente a mi lado y me dispuse a observarlo detenidamente.

No sé qué soñaba Park Jimin, pero debía ser un buen sueño, ya que parecía un bebé sonriendo cada 10 segundos y con sus ojitos hechos unas medias lunas maravillosas.
De vez en cuando fruncía el ceño y hasta hacía pucheros, me generaba el mismo placer verlo dormir que hacerle el amor. Y es que verle en su máximo explendor era la gloria para mí.

- Kookoo...

Una melodiosa voz me despertó del leve sueño.
... Era él, el amor de mi vida aún seguía dormido, ¡pero mencionaba mi nombre!

Sentía juegos artificiales explotando dentro de mí.

Acaricié sus mejillas, su cuello, su magestuosa espalda hasta llegar a su trasero, al cual le di un ligero apretón. Lo siento, no pude contenerme.

Soltó un gemido que me hizo revivir lo que habíamos hecho justo hace unas horas.

- Te amo, le susurré en el oído.
- Te amo, respondió mi Jimin-ssi.

Verlo abrir sus ojos con los rayos de sol al fondo, un sol que lucha por vencer a la luna, la nieve y sus ecuaces. Por ese mismo sol que haría que Jimin se apartara de mi lado.

- No quiero que te vayas, solté sin más.
-Kookoo, dijo con sus ojos entrabiertos, yo tampoco quiero irme. Dijo en un tono de voz triste.

Está vez, fue él quien buscó mi cuerpo, posó sus manos sobre mis labios, pasando por mi mandíbula y llegando hasta mi trasero.

- Te amo, me susuró.
- Te amo, dije acercándome a su boca nuevamente.

- Tengo mucha hambre Kookoo, dijo mientas hacia pucheros tiernos que no ayudaban en nada a mi tranquilidad.

- Ven,  amor, vamos a tomar una ducha y después desayunamos. Dije, mientras él se aferraba  a mi brazo para no caerse  y mi amor por él estaba a flor de piel...