EMILY
Decidí pasar a buscar a Alex después del trabajo para darle una sorpresa. Sabía que tenía algunos temas pendientes aún, pero estaba tan ansiosa por verlo, que no me importó llegar un par de minutos antes.
Mia pasaría la noche en la casa de mis padres, Lynn y Lucas, mis sobrinos, también se quedarían en la casa familiar. Mis padres estaban dichosos de pasar tiempo con sus nietos. Les pregunté mil veces si de verdad no les importaba cuidar de tres niños, pero ellos parecían fascinados. Por dentro di mil saltos y empuñé mi mano hacia el cielo dando vítores de alegría.
—¡Emily!
—¿Cómo estás, Lily? —Lilian Wald era quién dirigía a Alex en el hospital. Ella sabía con certeza que estaba haciendo mi novio a cada minuto del día. Lilian manejaba la agenda de sus pacientes, era su mano derecha en el trabajo. Era una mujer de trato fácil y su sonrisa parecía no morir nunca. Tenía dos hijos preciosos que muy de vez en cuando lograba ver cuando su esposo la pasaba a buscar y yo me encontraba allí también. Me encantaba que yo le agradara, era una persona más dentro del círculo de Alex que sentía algún aprecio por mí.
—Feliz, el turno ya está terminando —sonreímos. En mis manos tenía dos regalos, uno era para ella y el otro era para Alex—. ¡Gracias!
—Para endulzar la vida, ¿cómo están Jim y Danny?
—Cada día más traviesos —sonrió feliz—, pero no los cambiaría por nada del mundo.
—Lo sé, terminan por robar nuestros corazones.
—¿Dónde está Mia?
—En la casa de mis padres. Hoy era noche de primos —sonreímos—. ¿Dónde está mi cirujano? —le hacía tanta gracia que llamara a Alex de esa manera.
—Está en su consulta con otro cirujano, pero no es importante. Deberías ir, se alegrará cuando te vea. Tuvo un día agotador —le guiñé un ojo y me interné por el pasillo que daba hacia su consulta. No alcancé a dar dos pasos cuando la puerta de su despacho se abrió y escuché su carcajada. Era bueno saber que no estaba tan agotado. Cinco segundos después salió, pero no me vio porque estaba entretenido mirando a la otra persona que aún no lograba ver. Sonreí al verlo tan divertido, pero cuando salió la otra persona al pasillo mi sonrisa se borró por completo.
Ella me vio por encima del hombro y también borró la sonrisa, si las miradas mataran las dos estaríamos muertas. Carraspeó incómoda, le dio un beso en la mejilla y él la abrazó. La curva derecha de su boca se alzó mientras me miraba, triunfante. Cerré los ojos y me apoyé en la pared con los brazos cruzados, tentada de lanzarle la caja que tenía en las manos. No los iba a interrumpir, además, era obvio que el único descerebrado que no sabía que estaba yo ahí era mi novio.
—Gracias por ayudarme con el caso y por el almuerzo, como en los viejos tiempos —el tono empalagoso me trituró los intestinos. Miré la pared que estaba frente a mí con el ceño fruncido. ¿Almorzaban juntos? ¿Qué demonios quería decir como en los viejos tiempos?
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No recordé olvidarte
RomanceLa vida de Emily Evans siempre tuvo un propósito, ser feliz. Incluso cuando llevaba a cuestas un corazón roto y un pasado que pretendía olvidar. Sin embargo, la vida nunca fue justa para Emily, y cuando el pasado se entremezcla con el presente solo...