ALEX
La distancia que quería mantener con Emily la cumplí. Ella estuvo hospitalizada durante dos semanas y ni siquiera me acerqué al piso en el que estaba, aunque a través de sus médicos me mantenía informado de su avance. Fue bueno saber que el último día que ella estuvo en el hospital solo fue necesario un cabestrillo. Eso nadie me lo dijo, permanecí escondido en una sala mientras la veía irse con su padre y con Ian.
Sabía que ella preguntaba por mí mientras estuvo en el hospital, las enfermeras me mantenían al tanto, pero les pedí que le dijeran que estaba con mucho trabajo. Si quería mantener mi corazón intacto era mejor estar lejos, aun así, les deseaba lo mejor a ella y a Mia.
Hoy cumplía un mes sin saber de Em, Ángel estaba en el balcón de mi departamento y aún no enviaba la bicicleta a su departamento. Me repetía a mí mismo que era para mantenerla alejada de ese infernal cacharro, pero sabía que mantenía el medio de transporte conmigo aún porque era tener algo de ella en mi propio espacio.
Estaba acostado en el sillón de mi habitación mirando los mensajes que me envió en las últimas dos semanas. Extrañaba tanto su locura en mis días.
«Príncipe (Desde que escuchó el cariñoso apelativo que usaba mi madre para referirse a mí no dejó de usarlo) Ya estoy en mi departamento. Mia se va a quedar en casa de mis padres por unos días, al menos, hasta que aprenda a vivir con una mano. ¡Mia y yo te extrañamos!»
Cuando leí ese mensaje la primera vez, me hizo sonreír después de varios días. Aunque después de leer entre líneas, la sonrisa se borró. Mia no estaría en casa... tenía vía libre para hacer lo que quisiera con Ian.
«¿Sigues con mucho trabajo? Preparé tu postre favorito, aunque con una mano no sé si quedó como te gusta. Te espero esta noche a cenar.»
Está de más decir que no fui a cenar esa noche. Iba manejando a mi departamento cuando me llegó otro mensaje de Emily. Aproveché un rojo para leer, sonreí.
«¡ERES UN IDIOTA, CUNNINGTON!»
Era lógico que no iba a dejar pasar mi rechazo a su invitación, aunque cuando llegué al departamento me llegó otro mensaje.
«¿Por qué me ignoras? ¿Por qué me dejaste sola en el hospital? ¿Es por Brianne? Sé que lees mis mensajes. ¿Qué se supone que le debo decir a Mia cuando me pregunta por ti?»
Ese fue el último mensaje. Hace una semana. ¿Qué le podía responder? ¿Qué me mató en vida con su primer mensaje? ¿Que estuve más de una hora en el auto en los estacionamientos de su edificio debatiendo si subir o no para cenar con ella? Si tan solo supiera que Brianne estaba tan lejos de mis pensamientos...
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No recordé olvidarte
RomanceLa vida de Emily Evans siempre tuvo un propósito, ser feliz. Incluso cuando llevaba a cuestas un corazón roto y un pasado que pretendía olvidar. Sin embargo, la vida nunca fue justa para Emily, y cuando el pasado se entremezcla con el presente solo...