ALEX
Estaba asustado y confundido; y también sentía que la rabia que me consumía por dentro quería explotar y a la única que quería en medio de ese infierno era a mi madre.
Pero no me movería de la casa de Iris hasta que Emily se sintiera mejor. Cuando ella se desvaneció en mis brazos sentí la angustia amenazar cada cuota de seguridad que almacenaba. Sin embargo, ésta desapareció cuando la palidez y la consciencia abandonó a Emily.
Ella reaccionó casi al instante, en mis brazos mientras la llevaba a la habitación de mis tíos para que descansara. Examiné su pulso y éste estaba bien, las pupilas parecían estar en orden. Pero no estaba tranquilo, ella se quejó de un malestar en el pecho y eso me inquietó. Le pregunté a Iris si había notado algo extraño en ella, pero no fue ella quién me respondió.
—Hace semanas que Emily no está bien —fruncí el ceño y miré a Lexington por encima de la coronilla de Mia. Ella se asustó mucho cuando Em se desmayó y después de que la dejara en la cama y la examinara, Mia se lanzó a mis brazos llorando y así se quedó dormida.
—¿Qué quieres decir? —Se sentó en la cama y tomó la mano de Emily. Estaba tan preocupado que me asustó más de la cuenta.
—Ni siquiera deberíamos estar aquí hablando. Lo que deberíamos hacer es llevar a la madre de tu hija al hospital y hacer que la examinen.
—¿Qué es lo que sabes? —Cian se levantó y me miró angustiado.
—No es la primera vez que se desmaya y cuando recobra la consciencia ni siquiera puede mover el brazo —tragué en seco y miré aterrado a Emily. Recordé la situación clínica de su padre y un escalofrió me recorrió la espalda. Comencé a negar y reaccioné casi al instante. Le entregué a Mia y él la tomó con cuidado y yo me acerqué a Emily, deslicé mis brazos por debajo del cuello y de las piernas y la tomé entre mis brazos—. ¿Qué haces?
—La llevo al hospital, no tenemos tiempo —ella aún algo adormecida me miró y esbozó una dulce sonrisa.
—Tus ojos tienen el color del cielo de la mañana —dijo en un suave murmullo aletargado.
—Y los tuyos tienen el color del chocolate —le di un beso en la cien—. No permitiré que me dejes de esta manera, Emily Evans —volvió a cerrar los ojos—. No volví a ti para sanar tu corazón a través de métodos científicos. Volví a ti para amarte de la manera adecuada, como debió ser desde el principio —murmuré con la voz quebrada.
—Te seguiré en el auto —dijo Cian y yo asentí antes de salir de la habitación.
Cuando llegamos al hospital expliqué la situación y Cian añadió detalles que me terminaron por derrumbar. Solicité que me permitieran intervenir si era necesario y ellos me pidieron que esperara en la sala. Iris llamó a Callie y ella a Jenssen, y ahora todos estaban en la sala esperando tener noticias sobre Em. Jenssen permanecía de pie apoyado en la pared mientras escribía algo en el teclado de su teléfono. Callie dormitaba apoyada en Luke y a un lado de ellos estaban Iris y Aiden. Mia dormía aferrada a mí, como si temiera despertar y no ver a su madre o a mí, y de alguna manera yo también compartía ese temor, así que también me aferraba a ella. Hundí la nariz en su cabello y rogué a todos los dioses para que nada malo le ocurriera a Emily.
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No recordé olvidarte
RomanceLa vida de Emily Evans siempre tuvo un propósito, ser feliz. Incluso cuando llevaba a cuestas un corazón roto y un pasado que pretendía olvidar. Sin embargo, la vida nunca fue justa para Emily, y cuando el pasado se entremezcla con el presente solo...