XLII

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"Ella tiene una sonrisa que se parece a la mía, me recuerda a las memorias de la niñez. Donde todo era tan fresco como el brillante cielo azul. De vez en cuando veo su rostro, me lleva a ese lugar especial, y si miro por mucho tiempo probablemente romperé a llorar" 

Sweet child o mine / Guns N' Roses 

EMILY

—Ian —mi voz salió algo rasposa cuando hablé. No podía sacar mis ojos de los verdes de mi amigo y una sensación de pesadumbre caló hondo. Solo sentí los pasos acelerados de Callie y dos segundos después ya estaba en los brazos de Ian. Carraspeé nerviosa mientras los dos reían felices. Cian entró y luego me rodeó en un cálido abrazo. Dejé escapar un suspiro y apoyé la mejilla en su hombro.

—¿Todo bien? —susurró para que solo yo lo escuchara. Me limité a asentir, él se separó y me dio un beso en la frente—. Parece que llegué para interrumpir algo importante.

—Hace mucho tiempo que no sé nada de él.

—¿Quieres que me vaya? —preguntó en un tono preocupado.

—No —dije asustada. No me asustaba Ian, por supuesto. Pero me aterraba saber lo que quería decir. Cian se separó un poco de mí y luego rodeó mis hombros de manera protectora. Los dos se miraron, como si estuvieran evaluando cuál era el paso a seguir. Mis intestinos se retorcieron de los nervios.

—Cian Lexington —se presentó. Ian estrechó la mano mientras fruncía levemente el ceño, confundido.

—Ian Jenssen —cuando soltaron sus manos mi amigo me volvió a mirar—. Lamento venir sin avisar —negué restándole importancia, pero no salió nada de mi boca.

—Lo mejor es que ustedes hablen —sonrió Cal. La miré desorientada y ella abrió los ojos y asintió. Luego señaló a Ian y me guiñó un ojo.

—El tema pendiente lo tengo contigo —apuntó Ian, de pronto el ambiente podía cortarse con un cuchillo. Carraspeé y Callie soltó una risita nerviosa. Cian me apretó el hombro con cariño.

—Créeme que lo de ustedes —nos señaló a Ian y a mí sin el más mínimo dejo de discreción—. Es mucho más urgente —Ian la miró divertido y con cariño, pero cuando se volvió para mirarme aquel brillo dejó de iluminar sus ojos. Me sentía tan disminuida, tan inútil. Bajé la mirada apenada y dejé escapar un suspiro aletargado.

—Si me necesitas estaré en...

—¡La cocina! —comenzó Cian, pero Callie lo interrumpió. Él la miró sonriendo y asintió.

—Bien, ¿qué te parece si preparo algo para comer, Callie? —ella entornó la mirada y sonrió.

—¿Sabes cocinar?

—Sí, las pastas son mi fuerte —Callie arrugó la boca y frunció la nariz.

—Debería decir que no, pero supongo que ese es un espectáculo que no me quiero perder.

—¿Puedo usar tu cocina verdad, preciosa?

—Por supuesto —Callie le dio un beso en la mejilla a Ian y él le guiñó un ojo. Mientras los dos se alejaban escuché claramente la pregunta que mi amiga le hacía a Cian en referencia a si podía cocinar desnudo. Ian arqueó una ceja y yo me encogí de hombros.

—¿Puedo entrar? —inquirió señalando el interior de la casa, di un salto y asentí.

—¡Claro! —cuando Ian ingresó inhalé el familiar perfume y sonreí nostálgica.

—¿Dónde está Mia?

—Está con Mili.

—¿Mili?

No recordé olvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora