EMILY
No podía dimensionar el dolor de Abby, ni siquiera podía tolerar el dolor cuando intentaba ponerme en sus zapatos. La idea de perder a un hijo era inconcebible. No podía imaginar un segundo de mi vida sin ver la sonrisa de Mia. La sensación de pérdida era admisible para cualquier persona, estás programado para saber que en algún momento vas a perder a tus padres, a un hermano, incluso al amor de tu vida, pero no un hijo.
Nunca un hijo.
Porque lo lógico es que los padres mueran antes, es doloroso comprender esa verdad, pero es lo más normal. En ningún caso te preparas para perder a un hijo, porque, aunque fuese una alternativa un padre daría su propia vida por proteger a un hijo.
No era justo que un niño muriera, era arbitrario que una enfermedad tan perra acabara con la existencia de un niño que tenía toda una vida por delante.
Bill abrazaba con fuerza a Abby mientras ella lloraba desgarrada, los dos arrodillados sobre el césped sin importar que la lluvia empapara y la tierra embarrara sus ropas. La ceremonia fúnebre terminó hace un rato, pero nadie se movía.
Los padres de Abby estaban a un costado, mientras que Alex estaba mucho más adelante, casi al lado de Abby y no se movió nunca del lado de ella. No se quitó las gafas, pero sabía que no podía ocultar las lágrimas que se deslizaban por sus mejillas.
Sabía que estaba llorando porque sus hombros no dejaban de temblar.
Desde aquella noche él no dejó de sentir culpa por la muerte de Tommy. Se encerró en su habitación y no me dejó entrar. Estuvo todo el día sin comer, sin dejar entrar a nadie. Ni siquiera cuando llamé a Luke para que me ayudara. La única que logró ingresar fue Mia con Mimí y me reconfortó el alma cuando logré escuchar una débil risita de Alex.
Estuvieron por más de seis horas encerrados y cuando Mia salió dijo que había hecho dormir a su padre.
Le pedí a Mili que acostara a Mia y luego entré en la habitación. Solo usaba el pantalón del pijama y se había dormido encima de las cobijas. Me acerqué al armario y saqué unas mantas y lo tapé. Me senté al lado de él y procuré no despertarlo cuando aparté algunos mechones de sus ojos.
Me quedé al lado de él durante toda la noche esperando que no despertara y pudiera descansar un poco más.
Unas horas después fui a mi habitación y me quedé dormida. Mili me despertó para avisar que Alex acababa de salir, me levanté de un salto y llamé a Luke.
Me dio la dirección del cementerio y no dudé en ir. Estaba segura que no había nada que reconfortara a Abby, pero quería estar con ella en este momento tan difícil.
Y ahora Luke y Callie estaban junto a mí. Poco a poco las personas se fueron retirando, hasta que solo quedamos los seis.
Me arrodillé al lado de Abby, abracé brevemente a Bill y luego estreché con fuerza el cuerpo de mi amiga. Ella se apretó a mí y lloró con más fuerza. No sabía qué decir, no sabía qué se decía en momentos como estos por lo que me dediqué a rodearla con mis brazos y que dejara salir todo su dolor.
—Mi niño, Emily... mi niño se fue —sollozó.
—Abby...
—La cama, su ropa, todo sigue conservando el olor de mi hijo —lloró desgarrada.
—Todos estamos contigo.
—Eso no me devolverá a Thomas, ¡nada me devolverá a mi niño! —la abracé con fuerza para que llorara todo lo que quisiera—. ¿Por qué mi hijo? ¿Por qué mi niño?
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No recordé olvidarte
RomanceLa vida de Emily Evans siempre tuvo un propósito, ser feliz. Incluso cuando llevaba a cuestas un corazón roto y un pasado que pretendía olvidar. Sin embargo, la vida nunca fue justa para Emily, y cuando el pasado se entremezcla con el presente solo...