Capítulo XXVI

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ALEX

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ALEX

—...y me gustaría aprovechar que no podré ver a Callie esta noche, ¿te parece? —alcé la mirada para contemplar a Luke confundido. Desde que llegó a mi consulta no le presté atención. Estaba un poco perdido en mi mundo, pensando y analizando cada detalle de los últimos meses de mi vida. Emily me dejó hace un par de meses, y aún no podía comprender porqué de un día para otro, ella me dejó de querer. Al principio fue una jodida tortura sobreponerme al quiebre, no soportaba despertar en las mañanas y ver el espacio vacío que había en mi cama.

Estuve dos meses sin poder tolerar su ausencia, nunca dejé de extrañar la locura que representaba Emily Evans en mi vida. Los dioses parecían estar complotados con ella, porque desde que me dejó, la vida no se me daba bien. Iris no me hablaba con la misma frecuencia que antes e incluso dejó de ser amable con Brianne, porque sí, ella seguía siendo mi amiga. Brianne de cierta manera ocupaba el lugar que Emily dejó vacante, pero si Brianne me provocaba un ligero sismo, Emily con su personalidad avasalladora generaba terremotos que desordenaban mi vida.

Cuando les expliqué a mis padres del quiebre con Emily lamentaron la noticia, pero no me hicieron la vida a cuadros como Iris, ni me retiraron la palabra. Mi adorable tía había ido al hospital y me dio la perorata de mi vida. «¿Cómo se te ocurre dejar a Emily por Brianne? ¡Es que no hay comparación, muchacho idiota!» Y la lista de epítetos era infinita. Si ella supiera que si de mí dependiera jamás habría terminado aquella relación, jamás habría herido a su sobrino consentido, pero no me sentía cómodo ventilando esa parte de la historia que ella desconocía.

Fruncí el ceño cuando la pelota que usaba para relajarme me golpeó en la frente, miré a Luke mientras éste hacía equilibrio sobre la silla en la que estaba sentado.

—¿Qué diablos sucede contigo? —preguntó.

—¿Por qué?

—No escuchaste nada de lo que dije.

—Estoy agotado —murmuré cubriendo mi rostro con las manos mientras masajeaba la frente.

—¿Tienes turno esta noche?

—No.

—Entonces deberías ir con nosotros —lo miré entrecerrando los ojos—. Las chicas dijeron que Brianne confirmó.

—¿Confirmó qué?

—Nos reuniremos todos esta noche. Brianne dijo que ambos irán.

—No sé qué fue lo que ella dijo, pero conmigo no ha hablado.

—Deberías dejar de ser tan frío con ella.

—¿Frío?

—Conmigo eres un poco más amoroso que con ella.

—¿En serio soy más afectuoso contigo? —ironicé—. Porque el último tiempo lo único que he querido es pegarte unas trompadas por ser tan rompe pelotas con respecto a Brianne.

No recordé olvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora