No estaba lista, ¿okey? Siempre supe que no estaba preparada. Pero, ¿y si nunca lo estaré?
Savanna Dupeyron: una chica de dieciséis años recién cumplidos. Su cabello es negro, tiene unas ondas que lucen de comercial y le llegan hasta el ombligo. Su nariz es pequeña, lo cual luce atractivo por sus ojos y labios grandes. Tiene un aura despreocupado que inspira confianza. Su familia es algo que adora y su mayor pasatiempo es coleccionar pétalos de distintas flores. A primeras luce como la típica niña dulce que no mata ni una mosca, pero detrás de esa faceta suya está su verdadera identidad. Es arriesgada, intrépida y tiene un atisbo de misterio que suele gustar.
No creo poder considerarla mi "amiga" y sé que soy muy molesta con quién considero mis amigos y quiénes no. Quizá se estaba ganando ese puesto, después de todo, ella me invitó a su fiesta.
Pero ahora, en su pijamada, considerando el secreto que me ocultó, veo imposible una amistad entre nosotras. Ella es de las pocas que puede saber lo que me ocurre, no a ciencia cierta, sino a base de conjeturas que cualquiera con dos dedos de frente podría armar.
Savanna sabe que estoy enamorada de Ilay Sallow y se empeñó en ocultarme que ella es su nueva novia.
Novia. ¿Es que entienden lo que eso significa? Tal vez estoy dramatizando todo como siempre, pero ella me ocultó todo este tiempo que estaba saliendo con el chico que le pedí información. ¿Acaso le era muy difícil confesar que mantiene una relación amorosa con él?
No, en definitiva, no estaba preparada para una bomba como esa.
Por otro lado, ¿Ilay de verdad se enamoró de alguien al punto de arriesgarse de esa manera? ¿Sería posible que todo eso de los dijes no le importara ahora? ¿Qué pasó con la regla de los hermanos Sallow de quedarse detrás de la línea sólo para calificar?
—¿Y hace cuánto están juntos? —cuestiono con una sonrisa que me sabe a falsedad.
—Dos semanas —elucida Savanna. Mueve sus piernas distraída mientras está sentada en el regazo de él.
Dos semanas. Eso explica por qué últimamente él ha estado distante conmigo. A veces lo encontraba por los pasillos y quería saludarlo, lo de siempre, él pronunciaba mi apodo de una manera casi repulsiva, su semblante estaba tan serio que me dolía su trato. Lo primero que pensé fue que seguía dolido porque rechacé sus besos más veces de lo que otra lo hizo. Creí que era una cuestión de orgullo y dignidad.
Ahora veo que se trata de otra chica.
Sin embargo, hay algo en la mirada de Ilay que me confunde. Sus irises claros están fijos en mí, sostiene una expresión abatida y siento esa vibra de arrepentimiento emitida por su cuerpo. No son ilusiones mías, él se lamenta de que lo descubra.
Sé que al pensar en ello a la única que hago daño es a mí. Pero, ¿podría haber, aunque sea, una mínima probabilidad de que Ilay haya llegado a sentir algo por mí?
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Sumergida en el arte
Teen FictionLacey Bell huye de Johann como si fuera su asesino personal. Sin importar cuánto lo aparte, él regresa una y otra vez hacia ella por una razón ajena al resto: sus poderes mágicos. Un día decide darle el beneficio de la duda y preguntar qué es lo que...