Capítulo 50 ♡

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3 meses después

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3 meses después...

La vida suele dar giros inesperados que resultan tan peligrosos como fascinantes. Al fin y al cabo, cada problema que se nos presenta y la forma en la que decidimos solucionarlo es lo que nos forja como personas. Véanlo como una constante prueba de personalidad, inteligencia, moralidad o cualquier factor que afecte esa decisión.

Es interesante.

—La primera taza de la mañana para mi mejor clienta —canturrea Rony trayendo consigo el desayuno a mi mesa preferida—. ¿Estás emocionada?

—¿Por el último día de clases? Para nada, son el inicio de unas vacaciones y todavía nos quedan dos años más para terminar la secundaria así que... —me encojo de hombros en un gesto de indiferencia.

—No, no me refiero a las vacaciones, sino a lo que harás hoy —elucida con una de esas sonrisas paternales que lo obligan a achinar sus ojos grises.

—Oh, eso —recuerdo y asiento comprendiendo la pregunta—. Por supuesto que lo estoy, no veo la hora de que suceda.

—Suerte, campanita —desea antes de volver a su lugar para atender a otro cliente.

Doy un suspiro para calmar mis precipitadas emociones que se me abalanzan de la nada. De mi bolso descubro un libro para acompañar mi café matutino. "En tus manos" escrito por Kayla Tracy es mi lectura actual.

Embelesada entre las letras y las páginas pierdo la noción del tiempo y no es hasta que veo al basquetbolista saliendo de su casa cuando noto que es hora de ir al colegio.

Leve resumen: Ilay sigue siendo un idiota.

Él todavía ilusiona a las chicas para conseguir un beso, sigue jugando con ellas hasta destruirlas con la clasificación de los collares de corazones. También hay que concederle que su belleza continúa perpetua en sus irises, cabello y cuerpo en general. Es impresionante el número de chicas que parecen incrementar por la entrenada labia del guapo, de verdad, los números asustan.

Por otro lado, Savanna no terminó con él, incluso cuando Ilay es capaz de serle infiel frente a su cara, ya sea coqueteando con sus amigas, publicando juegos en sus redes con el fin de ligar o besando a muchachas de otros grados en el centro del patio de recreos. Así es que la sociedad de chismosos la coronó, literalmente, reina de los cuernos.

He de admitir que no estoy de acuerdo con el término porque entiendo lo que es amar a alguien al punto de que sus defectos no se llamen así, sino virtudes que el resto rechaza. Probablemente esté ciega y se esté causando daño a sí misma de esa forma, aunque, ¿quién soy yo para juzgarla?

Si ellos quieren mantener esa extraña relación con perdones e infidelidades de por medio, está bien por mí. Ilay no acepta que podría recibir ayuda de un terapeuta para superar su trauma familiar y Savanna no quiere caer en la realidad de que su novio sólo la está usando, dejando en claro que ella tiene un problema con asumir las cosas o tener un mínimo de amor propio para dejarlo.

Sumergida en el arteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora