Capítulo 34 ♡

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La noticia se hace pública: Chad King y Lacey Bell rompieron oficialmente

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La noticia se hace pública: Chad King y Lacey Bell rompieron oficialmente.

Hay algunos que tienen sus dudas y murmuran un "es muy raro" o un "creo que ella tiene la culpa" a lo largo del pasillo de la escuela. Mientras otros se sorprenden, aludiendo a cuánto les gustaba la pareja.

Y sí, es extraño entrar y no tener que sostener la mano de alguien más o ser cariñosa al punto del empalago o fingir en general. Porque, aunque la que está frente a los estudiantes ahora sea un mero personaje, ese personaje no tiene el deber de acoplarse a otro más a partir de ahora.

Estoy en la boca de decenas de chicas y chicos saltando de lengua en lengua como un ridículo juego de la mancha. Todos miran, todos cuchichean, todos juzgan, pero nadie pregunta. Prefieren quedarse con su propia versión a descubrir qué fue lo que realmente pasó.

Está bien, supongo. Millones de veces yo he hecho lo mismo. No puedo culpar a una persona por un crimen que también he cometido.

—Chad me agradaba —comenta Maia con un puchero—, pero que terminen significa que te unirás a nosotras, ¿verdad? —me toma por el gancho para caminar hasta el aula.

—¿Te refieres a besar a chicos sin compromiso? No lo sé, Mai, no creo que eso sea lo mío —declino con una mueca de resignación.

—No sabes lo que es bueno —asegura Chloe azotando su cabello lacio—. Oye, no es mala idea. Podemos recomendarte a los que besan mejor. Sí, en definitiva, eso sucederá.

¿Pasar por la incomodidad que tuve que soportar en los dos chicos anteriores? No, gracias.

No es que sea muy quisquillosa con el tema, pero tener la saliva de cientos de chicos en mi boca no es algo que me atraiga. El sólo imaginar todos los gérmenes que saldrían de allí me dan ganas de armarles una comunidad.

Todavía estoy incrédula con el hecho de que Ilay no me dijera nada después del beso. ¿Sería posible que no notara que fue mi primer beso?

—¿Recuerdas a Aaron? —le cuestiona Maia con un leve empujón.

—O Stefan.

—Oh, y ni hablar del chico de la última fiesta que llevaba un piercing en el labio. ¿Cómo era su nombre? ¿Erick?

—Cierto —sus párpados se abren más mostrando sus irises verduscos que se llenan de recuerdos—. Ese sí que sabía...

—Mmm... No sé si quiero eso para mí —intento eludir el tema otra vez. En vano.

—¿Por qué? Ahora estás soltera, no tendrás ninguna bronca con nadie.

Las preguntas de Chloe siempre tienen otro sentido, como si quisiera inquirir más allá. Bate sus pestañas y alza una ceja. Sí, está usando su perspicacia conmigo.

Pero, ¿cómo salgo de esta? Pude atrasarlo durante algunos meses, ya no tengo excusas.

—Porque estoy interesada en alguien más.

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