Capítulo 30 ♡

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¿Alguna vez se pusieron a pensar en las vidas de los demás?

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¿Alguna vez se pusieron a pensar en las vidas de los demás?

No lo digo de una manera chismosa o empática. Va más allá que rumores, chistes o ironías.

Cada quien tiene sus propias historias, sus propios amores y sentimientos. Todos tenemos distintos conocimientos, hobbies, actitudes, gustos, complejos, capacidades, físicos, familias y podría seguir nombrando hasta que la lista sea infinita.

Yo soy fiel creyente del hecho de que jamás conoces a una persona por completo, siempre habrá ínfimas cosillas que desconocerás porque son aburridas, irrelevantes o simplemente esa persona no quiere que las sepas.

Es impresionante estar un día llevando la vida de alguien más, alguien que ni siquiera conocemos.

Tengo la suerte de comprobarlo gracias a los poderes de Johann.

Otra vez hubo un pequeño desperfecto con los dibujos mientras estábamos en la clase de arte. Adolfo pidió que dijéramos algo bueno de la obra del compañero que tengamos en frente y, como era de esperarse, detrás del atril enfrentado con el mío se ocultaban los ojos azules de Johann Tracy.

Él mencionó algo acerca de cómo mis dibujos son coloridos y que eso le agrada. Yo me vi obligada a responder con la verdad, que él tiene un gran talento y no hay una línea que le salga mal porque cada obra de arte es preciosa.

En el momento que una sonrisa se asomó en sus labios nos transportamos a una de sus pinturas. No sabemos qué lo provocó o por qué aparecimos con otros cuerpos diferentes a los nuestros.

Nuestras manos están entrelazadas, nuestras piernas colgando hacia el mar mientras estamos sentados sobre un puente de madera viendo el atardecer violeta. El cabello del supuesto Johann es de color rubio platino, tiene algunas pecas en la nariz y las mejillas, también un cuerpo muy bien trabajado. En cambio, yo estoy pelirroja y mi piel es tan blanca que me asusta. Pero oigan, tengo el trasero prominente que siempre deseé.

En fin, es la utópica escena que se ve espectacular para ser retratada. Por eso es uno de los antiguos cuadros de él y llegamos hasta aquí.

Tan rápido como puedo, intento deshacernos del toque que mantenemos, sin embargo, no puedo tomar el control de ningún movimiento. Estoy dentro de su cabeza, puedo ver lo que ella, mas no tengo el poder de cambiar las acciones que la chica hace automáticamente.

Es semejante a ver una película; tú tienes tu propio juicio y sabes qué debería pasar, pero no puedes cambiar las acciones de los protagonistas. La diferencia radica en que yo sí puedo sentir, oír y divisar todo lo que la muchacha y Johann también con el rubio.

—Dustin —pronuncio con una voz que suena aguda en mi oído. Siento un corriente eléctrico en mi cuerpo y entonces entiendo que detrás del romanticismo de la gente en el cuadro existen sentimientos verdaderos—, tengo que decirte algo. Tal vez no es el momento o estoy siendo demasiado inoportuna porque tú estás ocupado con... muchas cosas y yo con mi trabajo en el restaurante, pero...

Sumergida en el arteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora