Lacey Bell huye de Johann como si fuera su asesino personal. Sin importar cuánto lo aparte, él regresa una y otra vez hacia ella por una razón ajena al resto: sus poderes mágicos.
Un día decide darle el beneficio de la duda y preguntar qué es lo que...
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Hay un pequeño nudo en esta vida sin sentido que me tiene confundida e intrigada. Si el código de corazones en el que se basan los hermanos Sallow dicta que no pueden tener novias para calificar a las chicas sin armar líos, ¿cómo es que Ilay sale con Savanna?
¿Será que en verdad se enamoró? Si es así, ¿por qué continúa jugando con las demás? Hay algo turbio oculto detrás de todo esto, quiero descubrirlo.
El impacto de unos dedos contra mi mejilla borra esa idea tan pronto como llega. Admito que no estaba preparada para esto un lunes por la mañana apenas entrar al pasillo de la escuela. Presiono mi mejilla colorada para ver los ojos de Savanna destellando en cólera.
—¿Cómo te atreves a difamar a mi novio de esa manera? —grita con una voz tan chillona e histérica que me cuesta reconocerla.
Cada chismoso o curioso nos encierra en un amplio círculo para comprender a qué fue ese golpe repentino.
—¿Difamar? —cuestiono aún aturdida por la bofetada.
—El estúpido artículo que escribiste en el periódico —elucida sacudiendo el pedazo de papel frente a mí—. Dices mentiras, eso jamás pasó, él no es así.
La entiendo. Yo tampoco quise creerlo al principio. Ilay es tan convincente con su actuación de adolescente enamorado, caballeroso, vehemente, cariñoso y decenas de cualidades bonitas que descubrir que es una simple fachada es algo muy difícil de tragar.
Sin embargo, yo no miento, yo cuento lo que vi y lo que su propio hermano me confesó.
—¿No te dio un collar a ti?
—Por supuesto que no, ¿cómo crees?
Mmm... Eso es muy sospechoso y extraño...
Diviso a Ilay unos metros cerca de nosotras, detrás de unas chicas que intentan ver cada movimiento, ciertamente su altura destaca entre el gentío.
—Todo lo que está escrito en esa noticia es verdad y si no me crees puedes preguntarle a cualquier otra chica que veas con un collar así —toco el dije que tontamente sigo llevando en mi pecho—. Savanna, me conoces hace tiempo, no tendría ningún sentido estafar a las personas con algo que no es cierto.
—Y porque te conozco dudo de tu veracidad —revisa la masa de adolescentes para enmarcar una sonrisa maliciosa—. Hace algunos meses Lacey me pidió que le diera la mayor cantidad de información posible sobre Ilay y que le ocultara su relación con Chad King. No lo entendí al principio, pero seguí sus indicaciones porque se lo debía —vuelve a mí con esa mirada inquietante—. Lo hacías porque estabas enamorada de Ilay y cuando te enteraste que no te correspondía quisiste desquitarte con él mediante a una noticia falsa.
Es momento de defenderme, pero, ¿qué puedo hacer cuando la mayoría de lo que dijo pegó en el clavo? Sí quería la información porque el chico me traía loca y también escribí el artículo porque estoy dolida y quiero que todos puedan ver al verdadero Ilay Sallow.
