-Thea, ¿hay examen de filosofía la semana que viene?
-Sí, Nick. El martes.
-¡Jodeeerrr!- se quejó él, a lo que yo me reí- Bueno pues no me queda otra que estudiar... Solo...
-Sí bueno, como todo el mundo- pude ver cómo por detrás del chico Layla, mi mejor amiga, se daba un facepalm- Yo tengo que irme ya, adiós.
-Adiós...
-¿¡Pero a ti qué te pasa!?- me gritó mi amiga al salir del instituto- ¿Cómo que adiós? Tengo que enseñarte a saber cuándo alguien está ligando. No sé cómo lo haces pero ligas más que todas nosotras sin darte cuenta...
-Yo no ligo...
-No, pero se te acercan. ¡Lo haces sin querer y eso es lo peor! Mira que sola estoy yo...
-Vaya, menudo vacío...
-¡Ay! No lo digo por eso- dijo pasando un brazo por mis hombros- tienes que lanzarte.
-Espero que te estés refiriendo a lanzarme a la piscina, porque sino...
-Te lo digo enserio, ¡Le gustas! Puedo verlo en las caras que os ponéis. ¡Te lo juro!
-Ya pero que tú me lo digas no sirve de nada, además quién se gustaría de mí teniendo a las incompetentes "animadoras".
-Pues él, la verdad me sigue haciendo gracia que las llames animadoras...
-Es que lo son, no animan a nuestro equipo pero si a los amigos de los jugadores. Son algo así como animadoras de levantamiento.
-Eres imposible- se carcajeó- pero ya está bien. Quiero que mañana quedéis para estudiar,y te le lances. Suponiendo que no se te lance él primero.
-No.
-¿No?
-No.
-Sí, no me discutas. Estoy cansada de saber que puedes tener a alguien que te haga feliz y que no lo tengas por miedo. Tienes 19 años y no has tenido novio, ¡ni siquiera has dado tu primer beso aún!
-¿Te avergüenzas de mí?
-No, Thea no. Es solo que no me gusta verte como una marginada.
-¿Gracias por preocuparte?
-Entiéndeme, quiero una cita doble con James y contigo...
-Está bien- accedí al ver como juntaba sus manos y ponía cara de perrito mojado abandonado- pero si me hace la cobra me debes una.
-¡Pues claro! Te quiero, te quiero, te quiero...- dijo besando mi mejilla.
-Espero que Nick me diga lo mismo...
******
-¿Con que empezamos?
-Bueno, pues tenemos examen de filosofía. Así qué ¿qué te parece si empezamos por ahí?
-Buena idea.
Después de una hora intentando explicarle que es la filosofía según Platón, tomamos un descanso.
-¿Entiendes ya algo?
-Algo sí, pero todavía no tengo claro unos conceptos.
-Está bien, tenemos tiempo. Aún son las seis.
-Sí, sobre eso... Podríamos tener más tiempo, ya sabes para explicarme lo que queda...
-Sí, claro. ¿Qué días te vienen bien?
-Todos por estar conmigo- lo miré ojiplática- No quiero decir que... Ya sabes... No pienses que yo...
-No, no. Está bien, sí te entiendo. Yo tengo este finde libre si quieres- asintió dándome a saber que a él también le venía bien- Oye antes de volver a empezar con esta mierda, te quería preguntar una cosa. ¿Quieres venir a cenar el Sábado con James, Layla y conmigo?
-¡Claro que sí! Me encantaría.
-En ese caso, continuemos.
No sé en qué momento, pero acabamos demasiado cerca.
-¿Te importaría apartarte un poco?
-Oh sí lo siento- dijo separándose.
"Mal"- me reprochó mi consciencia que casualmente tenía la voz de Layla-" Muy mal Thea, deja que se acerque. Prometiste lanzarte"
-No te lo decía a ti- le dije al ver que se apartó- decía por las malas ideas y vibraciones... Que ya sabes... Molestan al estudiar...
-Que rara eres... Me gusta.
-Gracias hombre- reí.
-Joder tienes los dientes perfectos.
-Despues de tres años con aparato no esperarás que me quedarán mal, ¿no?
-No, pero son perfectos. Conozco a muchas personas que han tenido aparato y los tienen así...
-Es porque soy un regalo de Dios.- comenté.
-Uy ese ego...- los dos reímos y golpee su hombro. El me devolvió el golpe, pero lo que no esperó era que yo le hiciera una llave y lo tumbara de cara al suelo.
-Uy esa técnica...
Sin esperar a que acabará la frase salió de mi agarre y me dejó inmovilizada contra el suelo. Él se sentó encima de mí y agarró mis muñecas con una mano.
-La pena de tener cuerpo de pitufo...
-Y bien que os gusta a todos.
-Pues sí...
Con estas palabras aflojó su agarre en mis muñecas, aproveché y saqué mis manos para después colocarlas en sus mejillas.
Tragó duro y cerró los ojos. Posó una mano en mi espalda e hizo fuerza hasta dejarnos a los dos sentados, quedando yo entre sus piernas.
Acaricié lentamente sus mejillas y note sus hoyuelos cuando sonrió. Acerqué mi cabeza a la suya, tres centímetros más y mis labios perderían la virginidad.
Cuando un solo centímetro nos separaba, la puerta se abrió. Haciéndome a mi saltar y a él caer.
-¿Interrumpo algo?- preguntó su madre. Nosotros negamos- Bien, os traigo galletas.
Cuando su madre salió ninguno de los dos dijimos palabra. Pero no hacía falta, ya que las miradas lo decian todo.
-Ya me tengo que ir- dije leyendo el mensaje de mi padre diciendo que ya debía regresar.
-Espero acabar lo que empezamos en la cita del sábado.
-No lo dudes.
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One shots multifandom
FanfictionPequeñas historias de todo tipo, cada una con diferente sentimiento. PEDIDOS ABIERTOS