26-Dylan O'brien

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—¡Hey hermano...!

CLACK

—¡Oh Dios!

Los dos miramos el instrumento de música en el suelo, hecho añicos. Por mi culpa. Ella ama, AMA su guitarra; y yo la acabo de pisar... Estoy muerto.

—Quiero que sepas que ha sido todo un honor ser tu amigo y hermano de otra madre— dijo Liam mientras me ponía una mando en el hombro.

—¡Pero no te quedes ahí hombre!— le grité— ¡Quiero que mi amigo y sus acompañantes sigan en su sitio y funcionando para cuando tenga hijos!

—Ay Dylan, no seas tan dramático— me dijo tranquilo— todavía tienes tres segundos antes de que Rachel entre por la puerta...

Le lancé una mirada deseando que rayos lásers salieran de mis ojos y acabaran con el idiota que se hace llamar mi mejor amigo. 

—¿Liam? ¿Dylan?— dijo una voz desde abajo— ¿Estáis ahí chicos?

Las escaleras chirriaron cuando Rachel comenzó a subirlas. Con gestos de puro nerviosismo conseguí que Liam me ayudara a guardar los restos de la guitarra bajo la cama. Para intentar "disimular" el rubio se subió a la cama y yo me senté en su escritorio. 

—¿Qué pasa hermanita?— los dos le sonreímos como posesos.

—¿Qué habéis hecho esta vez?

—Nada— dijimos al unísono.

—Ya... Voy a preparar las palomitas, con este día solo me apetece ver películas y comer.

—¡Eso es lo que haces siempre, no pongas la excusa del tiempo!— le gritó Liam levantándose de la cama,, haciendo que una de las cuerdas del instrumento sonara. Lo miré con terror y odio a la vez. Otra vez los pasos de Rachel. 

—¿Qué ha sido eso..._ su pregunta quedó suspendida en el aire cuando vio cachos de madera esparcidos por debajo de la cama de su hermano— Podéis empezar a correr... 

La rubia se apartó de la puerta y no perdí la oportunidad de salir corriendo, creía que mi fiel compañero me seguía pero el muy maldito se había quedado en la habitación. Corrí lo más rápido que pude hasta que llegué a un parque, la lluvia no fue muy buen aliado pues acabé mojando hasta los calzoncillos. 

Me refugié bajo un gran roble, y llamé a Liam: 

LIAM: Rachel ha salido a buscarte, se sentía mal por haberte hecho correr bajo la lluvia durante media hora. 

DYLAN: Joder, llámala y dile que estoy en el parque del roble.

Después de esa pequeña conversación, un coche negro paró cerca de mí. Cuando el conductor bajó la ventanilla pude ver a la hermana pequeña de los Sullivan sonriéndome. Sin pensarlo dos veces me subí al copiloto.

—Me alegro de verte— le dije dejando un beso en sus labios, pues sí, era mi novia— lo siento...

Rió— No te preocupes, tengo otras tres guitarras...

—No tienes ni idea del susto que me he llevado...

—Tampoco tienes idea de los mal que lo vas a pasar— la miré y automáticamente tiré de la manilla para abrir la puerta. Estaba bloqueada, y yo estaba encerrado— ¿De verdad creías que te ibas a salir con la tuya después de haberme roto la guitarra? 

Sin darme tiempo a responder aceleró. Presa del pánico me até el cinturón, pero la cinta hacía su función de no salir cuando alguien traba fuerte de ella. 

—¡Rachel para, vas a matarnos!— yo gritaba mientras ella solo sonreía y aceleraba más— ¡Si sobrevives dile a mi hermana que la quiero mucho! 

Las lágrimas amenazaban con salir, pero me negaba a pasar mis últimos segundos llorando. 

—¡También dile a tu hermano que morirá lentamente por no avisarme de que tu guitarra estaba en el suelo!— pude ver que nos acercábamos a un semáforo en rojo y cerré los ojos con fuerza esperando el impacto. Pero nunca llegó. 

—¿Qué has dicho?— giró a la derecha y paró frente a mi casa, que coincidencia— ¿Mi hermosa guitarra estaba en suelo del cuarto del idiota de mi hermano?

Asentí asustado, nadie podía saber lo que venía a continuación. Apagó el motor y golpeó el volante barias veces. 

—¡Ese hijo de mi madre se va a enterar!— me miró con una mirada de disculpa y continuó hablando— Joder, ahora soy yo la que lo siente Dyl. Encima cuando iba a pegarle me dijo que él no había sido, y me ha dejado venir a por ti. Se va a enterar... Tengo un plan de venganza— le mandé una mirada cómplice. 

****

—¿Todo listo?— le pregunté y ella asintió— pues bien, en marcha. 

EL plan era mojar a Liam con ayuda del factor sorpresa; le vaciaríamos un balde entero de agua con bichos de goma por detrás. Estábamos ya en la puerta de la casa de los Sullivan y Rachel me hizo una seña de que pasara primero. Yo cargaba el balde, Liam estaba en el sofá de espaldas a nosotros. 

Tres pasos más y vacié todo el contenido encima de él, reí al ver su cara. Él tenía cara de indignado, hasta que la pequeña rubia me disparó con una pistola llena de ketchup. Esta vez yo la miré indignado. 

—¡Eso no es justo! ¡Yo me he llevado el mayor susto!

—No lo creo, mira lo que esa monstruita me hizo— señaló la parte izquierda de su cabeza, donde se podía apreciar la falta de pelo.

—Dar gracias a Dios de que mi venganza acaba aquí, estoy cansada de andar haciendo travesuras... 

En el momento que se tumbó en el sofá me abalancé sobre ella, llenándola de besos; hasta que como por arte de magia acabó a horcajadas sobre mí mientras seguíamos con nuestra sesión de besos. 

—¡AH! ¡Parad ya hombre! No se come delante de los pobres...

Reímos y nos separamos— Sabes que te quiero a pesar de que tengas problemas de ira, ¿Verdad? 

Se limitó a reír y dejar un beso en la punta de mi nariz. 

One shots multifandomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora