-¿Estás bien?- la repentina pregunta hizo que en un acto de puro susto, diera un salto hacia la derecha; como si tratara de esquivar el sonido- Lo siento, no quería asustarte.
-¿Qué quieres?- le dije volviendo a acomodarme en la misma postura de las últimas tres horas. La espalda me estaba matando.
-Llevas aquí mucho tiempo, solo quería saber qué tal estabas y si necesitabas algo- lo miré incrédula y enternecida, aún había gente así de ingenua en este planeta; que mono.
-Si estuviera mal ¿No crees que me habría ido hace tiempo?- le respondí sin mirarlo, esos ojos aún llamaban mi atención.
-¿Quien sabe? Eres muy testaruda- dijo sentándose cerca de la valla que separaba nuestras casas-. Llevas casi tres horas ahí sentada.
-Tres horas que me han servido para pensar y estar en paz. Tres minutos que llevas aquí y me estás tocando las narices.
-No recordaba que fueras así de sensible Hali... No es malo ser sensible, que lo sepas- se calló, yo no dije nada, estábamos en silencio; incómodo.
-Habla.
-¿Qué?- preguntó mirándome.
-Es incómodo estar en silencio. Di algo, habla o yo que sé.
-¿Por qué no hablas tú?
-No tengo nada que contarte- me miró sarcástico-. Ni se te ocurra preguntar.
-Tampoco recordaba tu facilidad para enfadarte- río-, pero parece que tú te acuerdas muy bien de cómo era yo.
-Esas cosas jamás se olvidan.
-Tampoco me he olvidado de ti.
-No empieces- lo miré amenazante, pretendiendo acobardarlo para que dejara de mirarme.
-No me conoces, ya no soy el mismo. Jamás te hubiera preguntado algo de lo que sé que no quieres hablar- mi mente se llenó de recuerdos. Puede que para Finn solo nos separase una valla, pero para mí nos separaban todos los años que habíamos pasado evitándonos- Si fuera el mismo de antes no estaría aquí intentando ayudarte.
-No me estás ayudando en absoluto- de vuelta al silencio. Me dolía pensar que este incómodo silencio una vez fue tan cómodo y agradable que muchas veces nos juntábamos para no hacer nada juntos en silencio.
-¿Quieres que te ayude a saltarla?
-Sabes que aún sigue ahí dentro, ¿no?- lo miré, sus ojos conectaron con los míos. Sentí como si pudiera colarse en mí, como si pudiera leer mis pensamientos, claro que podía. Siempre ha sabido como me siento en cada momento, como manejo las situaciones... Me tenía estudiada, si mi yo de ahora fuera diferente ya lo habría mandado a la mierda, si lo hubiera superado no estaríamos en esta situación; pero yo no había cambiado ni el corte de pelo.
-Ha vuelto a pasar...- lo miré sorprendida- Os he oído discutir desde mi habitación. Sabes que puedes confiar en mí, Halina.
-No entiendo como es que si has cambiado tanto sigues siendo igual de positivo e iluso que antes- me acerqué a la valla para apoyarme en esta, la espalda me estaba matando.
-Solo he cambiado las cosas que no me gustaban de mí, el resto sigue igual... Ser positivo nunca ha estado en mi lista de cambios necesarios. Y eso de iluso me ha dolido, que lo sepas- reí amargamente-. Pero yo creo que el problema no es que yo sea positivo, es que tú eres negativísima: por ejemplo si tus juguetes cobraran vida te los imaginarías como Chuky o como Anabelle, no como Woody o Buzz.
-Estás comparándome con una película de hadas- le dije aburrida. Sentía que estaba detrás de mí mirándome fijamente, tenía una mano a la altura de mi cabeza y su aliento chocaba con mi nuca- Incluso si esto fuera algo así no lo parecería. Por lo menos a las bellas doncellas en apuros las encierran en sus cuartos y no fuera, en el jardín.
-Te estoy dando mi ayuda... Olvida toda la mierda por la que nos separamos y haz algo por una vez en tu vida- me di la vuelta quedando frente a frente- Tengo una escalera esperándote ahí atrás, vamos.
-¿Y si se entera?- enganché mi mano en la valla, muy cerca de la suya.
-Pues se las va a tener que ver conmigo, si te das prisa nadie va a salir mal...- asentí, no perdía nada. Es más puede que ganase algo después de todo. Finn se levantó, se alejó unos pasos y volvió con una escalera- Puedes hacerlo.
-Me duele mucho la espalda- le dije levantándome poco a poco.
-Aún tienes, el... la cosa esa... am... Ya sabes...
-Sí, aún asisto a fisioterapia- comencé a subir la escalera con cuidado, la espalda me mandaba pinchazos de dolor cuando hacía un simple movimiento.
Una vez pasé la valla, Finn me cogió de la cintura levantándome para poder bajarme. Sin pensarlo mucho lo envolví en un abrazo, tratando de hacerme entender porqué lo deje ir. Él hundió su cabeza entre mi cuello y mi hombro, lo sentí olerme y como acariciaba mi espalda.
-Eres una idiota- me dijo de la nada haciendo que quedara paralizada- Jamás entenderé porque te alejaste si donde mejor estás es conmigo.
-Creo que esta es una de tus nuevas facetas- dije contra su hombro- que por cierto voy a encargarme de cambiar.
Unos repentinos gritos hicieron que nos sobresaltásemos, después mi padre salió hecho una furia de la casa gritando donde mierdas me había metido. Finn hizo un gesto de silencio llevando su dedo índice a sus labios, agarró mi mano y nos metió en la casa. Aún con la puerta cerrada oía como mi padre maldecía a nuestros vecinos.
-Gracias- le dije con una pequeña sonrisa- Pero antes o después tendré que volver.
-Puedes quedarte a cenar... Seguro que todos se ponen contentos, se te extraña por el hogar de los Harries- sonrió causando que le sonriera de vuelta, ese momento me pareció el ideal para probar sus labios después de tanto tiempo sin haberlo hecho: nos encontrábamos en su salón, a oscuras, y volviendo al cómodo silencio que manteníamos antes.
-¿Con quién estás hablando, gemelo raro?- preguntó Jack encendiendo la luz. Entrecerré mis ojos intentando acostumbrarme a la luz- ¿Halina, eres tú Johnson?
-La misma- sonreí abriendo mis brazos para que viniera a abrazarme, pero en su lugar me besó. Así de la nada. Se separó de mí y me abrazó fuertemente, yo aún seguía en estado de shck- ¿Pero qué haces inútil de mierda?
-¿Qué? Creí que venías para hablar de nosotros...
-Jamás hubo un nosotros, Jackie. Por si no te acuerdas yo salía y me besaba con tu hermano- dije señalando al idiota que se había quedado parado sin hacer nada- ¿tú ni siquiera piensas reclamarme?
-Pero que dices, si Finn soy yo- me dijo divertido el gemelo que me tenía abrazada, giré a ver al otro descubriendo como se quitaba el maquillaje que cubría su lunar. Cerré los ojos y me dejé apoyar en el pecho del verdadero Finn.
-Creía que no ibas a picar- comentó Jack chocando las manos con su hermano.
-Os odio chicos.
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One shots multifandom
Fiksi PenggemarPequeñas historias de todo tipo, cada una con diferente sentimiento. PEDIDOS ABIERTOS