51-Kellin Quinn (MARATÓN)

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Dedicado a @patymerryash ¡disfrútalo! Mientras escribía este capítulo se me han ocurrido más ideas para hacer otro capítulo sobre Kellin, por lo que puede que pronto lo publique. 

—Me gusta esto, pero no creo que a tus fans les guste.

—Son mis fans, les gusta todo lo que me gusta a mí. ¿No has visto más fotos que suben a las redes cuando se tatúan una de nuestras frases?

—Sí, pero es diferente...— me miró expectante— A ver, para ellas su Crush tiene novia. Es como para mí enterarme de que Matthew Daddario tiene novia.

—Uff, eso acabaría en un ataque fangirl con muchos kilos de helado.

Dijo riendo, yo le golpeé el hombro juguetonamente y subimos a nuestra habitación de hotel. Acabábamos de llegar a Maui, íbamos a pasar una semana aquí de vacaciones antes de la gira de Sleeping with the Sirens.

Íbamos a pasar toda la gira juntos, pues soy la estilista de los chicos, pero Kellin quería un tiempo a solas. Esa es la razón por la que estamos aquí.

—Me encantas estás vistas...— susurró mirando por el gran ventanal que daba a la playa.

Me acerqué por detrás y enrollé mis brazos en su cintura, creando una especie de abrazo. Él se giró un poco y pasó uno de sus fuertes brazos por mi hombros, acercándome más a él. Cerré los ojos al sentir como acariciaba mi cabello y debajo un beso en él.

Ese momento me recordó la realidad: estaba en Hawaii, con mi novio, disfrutando de las vistas y agradeciendo la cercanía del otro. Kellin me hacía muy bien y gracias a un simple tropiezo hace cuatro años nos conocimos.

Gracias a aquella estúpida piedra he podido conocer medio mundo, ganar dinero haciendo lo que más me gusta, y he podido aprender a amar a alguien más que a mí propia persona.

—Doy las gracias a esa puñetera piedra que me hizo caer frente a ti...

—Yo doy gracias a esa torpe chica que no se dio cuenta de que la calle estaba en obras y siguió mirando su móvil para ver frente a mis pies...

Levanté la cabeza y me puse de puntillas para poder besar esos labios que me esperaban juguetones muchas noches y muchos días.

—Voy a darme una ducha, el viaje me a dejado agotada.

—Espero que la ducha te recargue las pilas, porque hoy a la noche paz es lo único que no vas a tener.

Cuando ya estaba por entrar al baño me gritó eso para después darme una palmada en el culo, haciendo que diera un pequeño salto y le viera reír. No pude evitar sonrojarme, lo cual causó más risas de su parte.

La ducha fue verdaderamente relajante, me desestresó. Una vez fuera, enrollé mi cuerpo en una pequeña toalla blanca y salí a la habitación. Vi al cantante encima de la cama con el móvil haciendo nada.

—¡No me saques fotos, idiota!

—¿Qué, no puedo sacarle una foto a la mujer de mi vida?

—Sí, ¡pero no cuando acaba de salir de la ducha!

—Pues no le veo sentido, estás más guapa mojada.

—¡Y desnuda!

—También, pero eso sólo es un extra.

—Está demente...— dije riendo mientras apretaba la toalla más a mí pecho.

—Así me amas...

—Desgraciadamente no sería capaz ni de respirar sin ti.

—Ohh...— se acercó a mí intentando robarme un beso, pero lo aparté.

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