—Asique este era tu plan desde el principio... Me siento como una extraña, gracias a ti— le dije con enojo.
—¡Oh vamos! Solo no quiero hacer lo que cualquier chico hubiera hecho, y... Creo que esto es lo que tenía en mente
—No sabía que montaras a caballo, sorprendente dato señor Eastwood.
***
—¡Vamos Scott! ¡Tú puedes contra ese puñetero caballo!
Me sonrió. Lo juro. Y yo qué más pude hacer que sonrojarme.
A mitad del rodeo el caballo se sacudió tan fuerte que el sombrero de mi profesor salió volando.
Muchas chicas, impresionadas por él, intentaron cogerlo; pero fui más rápida y me lo puse yo.
***
—¡Y el ganador obviamente es... Scott!
La gente aplaudió, pero yo no me quede atrás y también grité. Él buscó entre el público al culpable de aquel grito, y sus ojos conectaron con los mios brillaron.
Pero la sonrisa solo apareció cuando subió su mirada y se encontró con su gorro en mi cabeza.
—Bien hecho Scott, no sabía que eras tan bueno...
—La verdad, la monta de caballo me impulsó a estudiar arqueología. Solía ir con mi padre al monte en busca de algún tesoro. Y cuando nos dejó, me prometí que haría su sueño realidad; bueno, el sueño de los dos.
—Yo no quería estudiar. Era la típica niña rebelde que pasa de todo. Hasta que no me cogieron en un trabajo por falta de experiencia; en ese momento me di cuenta de que necesitas conocimientos para poder conseguir trabajo, da igual cuál.
—Asique fue un golpe de suerte que te fueras por la arqueología...
—No la verdad, creo que estaba destinada o algo así. Siempre aprobaba historia sin ni siquiera abrir un libro.
—Por algo eres tan buena.
Después de un incómodo silencio, se me ocurrió una buena conversación:
—Scott— lo llamé. Me miró e hizo un gesto para que continuara— tu gorro— dije quitándome la prenda.
—Sabes qué— dijo girando el gorro entre sus grandes manos— quédatelo.
Me lo coloquó, y me acomodó un mechón rebelde detrás de mi oreja:
—Sé que te vas dentro de tres días, y... Quiero que te quedes esto para recordar los buenos tiempos que pasaste con el mejor profesor de arqueología del mundo.
Reí— Creo que mister Ego a vuelto
Esta vez reímos los dos.
—Además, te queda muy bien... Te hace parecer más campesina.
—Garcias... Me gusta como me queda
—A todos nos gusta...
Abrió los brazos y lo abracé fuertemente. Lo iba a echar de menos, demasiado.
—Te prometo que te iré a visitar.
—Eso dicen todas. Pero sé que lo harás, porque eres diferente; y que sepas que eso me gusta.
***5 años después***
—¿Eres idiota o que te pasa? ¿No ves que no puedes hacerlo de esa manera?
—¿Cómo quieres que lo haga entonces? ¡Es imposible!
—Dejame a mí entonces...
—¡Siempre lo haces tú Aileen!
—Eso es porque soy mejor que tú...
—¿Ah sí? Ya veremos— acto seguido me cogió como un saco de patatas y comenzó a caminar.
—¿A dónde me llevas?
No hubo respuesta. Aceleró el paso y en un momento no sentí más en hombro de Scott en mi estómago.
La cosa es que después de despedirnos, me di cuenta de que mi sitio estaba aquí en Texas; a su lado.
Llevamos saliendo 5 años. Pero también somos compañeros de excavaciones, nadie sabe que estamos saliendo. Pues es ese caso nos separarían. Y eso es lo que manos queremos.
—¡Scott cabrón!
—Admite que ha sido bueno— dijo riendo. Me había tirado al río.
—Ven aquí y ayúdame a salir por lo menos...
Cuando estiró una mano se la cogí pero en vez de agarrarme a ella, tiré haciendo que él también cayera.
—¡Bruta!
—Puede... Pero tú bruta— dije remarcando el tú.
Negó con la cabeza mientras reía. Me agarró de la cintura y me atrajo a su pecho.
—Para mí lo eres, para el resto del mundo solo eres la pesada que me acompaña...
Le pegué en el hombro y acto seguido agarre el cuello de su mojada camisa y junté nuestros labios. Jamás me cansaría de ellos.
—En estos momentos estoy aprovechando el tiempo para apreciar...
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One shots multifandom
FanfictionPequeñas historias de todo tipo, cada una con diferente sentimiento. PEDIDOS ABIERTOS