81- Paul Lahote II

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Dedicado a BabbaluMolina y AdrianaPeralta817

Espero que lo disfrutéis!!


-Deja de dar tantas vueltas- dijo Paul enfadado, de nuevo.

-Vale, dejad que lo aclare todo- comencé-. Primero Sam me llama por ayuda, llego al bosque en donde me entero de que sois hombres lobo, soy golpeada por alguno de vosotros dos, me despierto en casa con la cabeza vendada y ahora estamos hablando sobre lo exagerada que estoy siendo. ¡Qué día más bueno!

-Entiendo que estés enfadada o confusa... O como quiera que os pongáis las chicas en estas situaciones. Pero tienes que prometernos que no vas a decir nada- dijo Sam levantándose para agarrarme mientras me miraba serio. 

-Bastante tenemos con Bella- añadió el que consideraba mi mejor amigo. Reí amargamente, me deshice de su agarre y me aparté a un lado de ambos. 

-No podéis decirme que ya está, que me calle y que olvide todo. 

-¡Pero serás estúpida!- gritó Sam enojado- ¿¡No entiendes que nos estás comprometiendo?! 

-Sam, vete- dijo Paul-. Yo me encargo de ella. 

Paul agarró a Sam en un intento de calmarlo. Sam simplemente me miró, me amenazó de nuevo y se fue. Después el moreno se acercó a mí, posó sus manos en mi cintura y me atrajo a su cuerpo.

-No es bueno que sepas más- comentó suspirando-. De verdad que no es bueno. Nada bueno te llega si sabes más de lo que deberías. 

-Solo quiero entenderte mejor- respondí apoyando tanto mis manos como mi cabeza contra su pecho-. Que sepas que estoy enfadada de que no me lo hayas contado antes, podría haberte ayudado. 

-No tienes tanto control, Mave- apretó aun más sus brazos en mi espalda-. Hay cosas que ni siquiera gente como tú puede controlar. Tampoco es algo fácil de entender y olvidar. Pero tienes que prometer que no dirás nada. 

-Te lo prometo- dije levantando la cabeza para mirarlo-. Pero tienes que prometerme que me contarás todo lo que te pase. 

-Sabes que no debo hacerlo- rió amargamente-. Me gustaría poder contarte todo desde el principio pero no puedo. 

-¿Por qué no? Siempre me has contado todo. Casi siempre- me retracté.

-Pues porque no y punto. Porque lo digo yo- bufé y me aparté de nuestros abrazo. 

-Si vas a seguir ocultándome mierda como esta puede que sea mejor dejar de... Bueno ya sabes, dejar de contarnos nuestras penas- dije apenada. No quería dejar de hablar con Paul por nada del mundo, solo era una pequeña prueba de su flexibilidad mental, la cual sabía que no llegaba muy lejos. 

-Vas de farol, te conozco- levanté las cejas sorprendida. Puede que me hubiera prestado más atención de la que creía-. Vamos, Mave; ambos sabemos que ninguno de nosotros quiere acabar con esto.

-¿Esto?- pregunté sorprendida- ¿Hace cuento que piensas que se ha convertido en algo más? 

Podía notar que se había puesto nervioso. Era una buena señal pues de esa manera me aseguraba ser importante. Lo malo era que nos habíamos desviado del tema y este nuevo tema no me gustaba en absoluto. 

Paul suspiró pero no dijo nada, por lo que opté con seguir mi plan y darme la vuelta para irme. Mi mano sostenía el pomo de la puerta, todo parecía ir a cámara lenta, Paul agarró mi muñeca y volvió a tirar de mí hacia él. 

-Los dos sabemos que siempre ha sido algo más- susurró contra mi nariz- era considerablemente más alto que yo por lo que era lógico que hablase contra mi frente/ nariz.

-No lo creo- dije intentando reprimir mis ganas de dejarlo ahí plantado-. Aunque no deberíamos de descentrarnos: no hemos zanjado el tema de tu secretito. 

-Podemos dejarlo para otro momento, ¿No te parece?- vi como sonreía socarronamente y se agachaba un poquito más hasta quedas a la altura de mis labios. 

-Me parece que eres un idiota- casi no me dio tiempo a acabar la frase pues sus labios chocaron con los míos. 

Fue un beso lento, ninguno quería que el momento acabara. Era como si hubiésemos estado años esperando a que sucediera, y cuando una vez sucedió necesitábamos tiempo para asimilarlo. 

No sé cuánto tiempo nos pasamos de pie en mi salón disfrutando el uno del otro, solo puedo decir que fueron los mejores minutos de mi vida. La verdad es que me hubiera quedado ahí para siempre, nadie nos molestaba, ni siquiera su extraña condición. 

-¿Esta es tu manera de hacerla callar?- la ronca voz de Sam hizo que nos sobresaltásemos, accidentalmente le mordí el labio demasiado fuerte y este comenzó a sangrar- Debería tomar apuntes, maestro. Nos llaman, Paul. Debemos irnos. 

-Lo siento yo...- dije por lo de su labio. 

-No te preocupes- respondió dejando un último beso en mis labios-. Ya arreglamos esto después. 

Sin nada más que decir ambos se marcharon. Allí me quedé yo: sola, con la cabeza adolorida y los sentimientos hechos un lío. 

One shots multifandomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora