41-Michael Fjordbak

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-Mamá, yo creo que sí tengo problemas, que no los tengo, debería de ir a donde alguien especializado. No a donde la orientadora del instituto. 

-Hija, no es más que una hora con ella. Además es solo para relacionarte con tus compañeros...

-Creo que soy lo bastante mayor y sensata para elegir amigos.

-Bueno, ¿Sabes qué? Vas a ir aunque no quieras, no discuto más.

-Menuda mierda.

-Y cuidado con tus palabras- me dijo mientras salía de la cocina.

Os explico, a mi madre se le a cruzado por la cabeza la idea de que estoy sola y me hace falta compañía. No soy una persona muy sociable pero no tengo enemigos, soy una más del montón. 

Por lo que me ha obligado a ir con la orientadora de mi instituto. Lo peor es que tengo que ir una hora antes de que empiecen las clases.

El camino al instituto en pocas palabras es frío y solitario, la causa; mi madre dice que igual me junto con alguien en el camino.

Pero la pregunta es ¿quién va a ir al instituto una hora antes por gusto? ¡Pues nadie! Porque la gente normal aprovecha para dormir hasta el último minuto.

Al llegar a la puerta de la orientadora, vi que había un chico esperando fuera. Estuve a punto de tocar cuando me dijo:
-Está ocupado, tiene una reunión con el director.- asentí y me senté a su lado- Soy Michael- me extendió una mano. Yo lo miré y para mi sorpresa respondí.

-Blyana- le cogí la mano y la agitamos al mismo tiempo.

-Nunca te había visto, ¿es tu primera cita?

-Sí a mi madre me a dado un brote de maternidad a mis 17 años... ¿Y tú, por qué vienes aquí?

-Problemas. Soy problemático.

-Ya decía yo que tú cara me sonaba...

-Espero que para bien.

-No exactamente...

-Que directa.

-Ya te he dicho que estoy aquí por antisocial.

-Y yo que por problemas, creo que puedo adivinar la idea que tiene la loca esta para nosotros...

*****5 meses después*****

-¿Hago cena para tres?- me preguntó mi madre.

-No, ¿por qué?

-Creía que Michael iba a venir.

-Mamá, que sea mi amigo no quiere decir que vaya a venir a cenar todos los días...

-Ya pero os lleváis tan bien que creo que le gustas, y el te gusta a ti...

-De ninguna manera.

-Solo un poquito...

-Solo estoy con él porque la orientadora nos los recomendó. Y tampoco es para tanto, no nos llevamos tan bien. 

-Si tú lo dices...

Pasé de mi madre y fui a la cocina a por los platos. Después de aquella primera reunión, nos recomendó pasar tiempo juntos. Dijo que nos iba a venir bien ya que éramos muy diferentes, dijo que nos completabamos el uno al otro.

No creía que fuera a funcionar, pero al parecer lo ha hecho. Me considero bastante cercana al chico de ojos azules.

-¡Ay!- chille al golpearme con la mesa en la cadera- eso te pasa por andar distraisa...

Susurré para mí, lo que no esperaba era que una profunda voz se riera de mí a mis espaldas. 

-No sabía que tan distraída podías llegar a ser...

-¿Qué haces aquí Michael?- le dije mientras me sonaba la cintura.

-Tú madre me a invitado a cenar. Por cierto, te va a quedar marca ahí.

-La voy a matar...

-¿Por qué? Si me adoras.

-Eso lo dirás tú...

-Pues no, lo dice tu madre.

Tapé mi cara con las manos para que no viera mi sonrojo. ¿Por qué las madres tienen la manía de dejar a sus hijas en ridículo cuándo pueden?

-Que mona estás sonrojada...- dijo posando sus manos sobre las mías y apartandolas- no te cubras la cara, todos tienen derecho a ver qué parece que estás esculpida en mármol.

-Para por dios- dije riendo y golpeando su hombro.

-Solo digo la verdad...- me acercó a él tirando de mi cintura.

-Aish...- me quejé cuando sentí una punzada en la herida.

-¿Te duele?

-Una poco.

Sin decir nada más, me llevó a la cocina, me subió a la isla y subió mi camisa.
Cogiendo un paño mojado, comenzó a pasarlo lentamente para bajar la inchazón.

Yo me perdí en el tacto de su piel contra la mía, y en sus facciones concentradas. No podía creer que la situación aquella estuviera pasando realmente. Jamás imaginé que nadie quisiera curar algo en mí, tocarme.

-¿Por qué lo haces?

-Me gustas- soltó. Lo miré, me miró. Dejó el paño a un lado y acercó su cabeza a la mía.

-¿Qué?- dije posando mis manos en su pecho.

-Que. Me. Gustas. Blyana.

-Es que yo... Yo no...

Antes de que pudiera acabar farfullando cosas juntó nuestros labios. Jamás imaginé que pudieran saber tan bien, tampoco pensé que él quisiera tener un momento como este conmigo.

-Joder.

****

-¡Hey Michael!- le dije al llegar al instituto. Él estaba esperándome en la entrada como todos los días.

Resumiendo la cena de ayer; mi madre nos pilló en la cocina y (vamos a dejar esto entre nosotras) ya ha planeado hasta nuestra boda.

-¿Michael?- le dije al ver que me hacía una mueca y me daba la espalda. ¿Qué cojones?- Eh, ¿qué te pasa?- lo giré bruscamente y me empujó. Me sentí dolida.

-No me toques. Estar con alguien como tú perjudica mi reputación.

-Pero si ayer...

-¡Ayer! ¿Crees que lo hice por gusto? Explícame quien querría besarte si no fueras parte de una apuesta. Fácil ¡Nadie!

No pude aguantar las lágrimas, así que por primera vez en mi vida las dejé salir delante de alguien que no fuera mi madre.

Las sequé después de asegurarme que las había visto, me di la vuelta y me fui a casa.
Hay gente que no merece la pena, Michael Fjordbak era una de esas personas; y no iba a desmoronarme por alguien así. Soy más fuerte que eso.

One shots multifandomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora