5-Dylan O'brien I

4.5K 88 22
                                    

Estaba a punto de entrar a mi nuevo instituto, sí voy a ser la nueva. La cosa es que mi padre, no podía cuidarme y me ha mandado con mi tía.

Él es un gran empresario y siempre ha estado planificando mi futuro. Desde siempre mi familia ha esperado que me quedara con la empresa, pues está ha pasado de generación en generación.

Mi tatarabuelo la fundó hace... Bueno, muchos años. Después mi abuela la heredó, luego mi padre y se supone que ahora me toca a mí.

Solo hay un par de problemas:
1-Odio, pero con todo mi alma y mi ser, las matemáticas. Son lo peor que me ha podido pasar; y lo peor es que todos saben lo mala que soy.

2-No me gusta ir a trabajar arreglada, quiero decir todos los días tacones, minifaldas, camisas... Soy más de ser profesora he ir con zapatillas y jersey.

Porque sí, quiero ser profesora; de filosofía en concreto. Y todos lo saben.

Es mi segundo año, en a carrera de filosofía. Me enfadé mucho cuando mi padre me dijo que me había inscrito en la carrera que él quería; pero mi abuela, me desinscribió y me apunto a la de filosofía.

El primer año mi padre se creyó que iba a la de él, pero en verano todo se desmintió y se encerró en su trabajo.

No me hacía caso así que me mandó con mi tía. Puede que sea una drogadicta, pero me apoya y eso es lo más importante. Además le estoy ayudando a dejar las drogas, una ventaja de estudiar lo que yo estoy estudiando es que aprendes a convencer a la gente.

Y lo estoy probando con mi tía, y vaya que funciona.

Volviendo a la realidad, mi tía se ha despedido de mí hace unos minutos, pero yo sigo parada en la entrada como una tonta. Creo que ya es hora de entrar.

Es un instituto como cualquier otro, feos pasillos llenos de taquillas y gente.

Lo primero que hago es ver los típicos grupos: están los jugadores buenorros y deportivos, las animadoras con ellos, los grupos normales, la gente sola, los grupos raros... Pero hay algo que llama mi atención.

Y es que hay un chico solo, parece buena gente, pero esta solo. Hasta los raros o frikis (me considero una de ellos) están en grupos, pero él no. Qué raro.

Bueno hay gente de todo tipo ¿no?

Miró mi horario y tengo... Matemáticas. Genial. Un lunes a primera hora matemáticas. Yuju. Enserio que guay.

No tengo ni idea de dónde está el aula. Solo me queda una opción: preguntar.

Descarto la idea de ir a donde el chico solitario, como lo llamaré de ahora en adelante.

Opto por ir a donde el grupo con camisetas super guapas de Star Wars, The Game of Thrones...

—Hola, perdonad, pero amm... Soy nueva y no sé dónde queda la clase de matemáticas,¿Podríais decirme donde está porfavor?— todos me miran con una sonrisa, no sé si es porque yo también llevo una camiseta friki o porque me he sonrojado al pregúntales.

—Claro yo tengo matemáticas también, si quieres podemos ir juntos— yo solo asiento tímida, la verdad es que es muy guapo— Soy Dylan por cierto, y esto son Sabrina, Max, Cameron, Clint y Martha.

-Uff... Demasiados nombres para un par de segundos, yo soy Layla. Encantada chicos.

—Igualmente, veo que a ti también te mola este rollo friki ¿no?

—Pues claro, ¿no es obvio?— digo señalando mi camiseta de Batman.

Reímos y después Dylan me indica que ya es hora de ir yendo. Pero cuando estamos a punto de irnos los del equipo se acercan. Todos sueltan un suspiro que no logro entender.

—Mira a quién tenemos aquí, el grupo de bichos raros y una bonita y pequeña nueva alumna.

—Cariño si quieres nosotros te podemos acompañar a tu aula, no hace falta que te juntes con gente así.

De reojo vi como el grupo de "amigos" que acaba de hacer se alejaba, pero agarre a Martha y hablé:
—Tienes razón, no hace falta que me junte con gente así, me es necesario. Además sois demasiados ya ¿no? Y tenéis demasiado poco flow, no os vendría mal ir a una peluquería a teñiros bien el pelo.

Dije eso y me di la vuelta, todos se quedaron con la palabra en la boca y mis amigos con una sonrisa sincera.

La verdad cuando nos separamos para ir a las clases de cada uno, y me quede sola con Dylan, me sonrojé bajo su mirada.

—Ha sido impresionante lo que has hecho, todo el mundo se suele ir con ellos. Gracias.

—No hay de que, además, si hubiera querido ir con ellos les hubiese preguntado desde el principio. Pero no me transmitían buenas cosas, además lleváis mejor ropa que la de ellos. Por cierto yo también tengo una sudadera de Stilinski.

***

Ya han pasado seis meses desde que vivo con mi tía, y la verdad todo va viento en popa. Mi tía ya ha dejado las drogas, mis amigos son los mejores, me encantan mis estudios a parte de que mis notas son buenas, esta vida es la que me gusta.

Mi padre después de seis meses va ha venir a vernos. Estoy tranquila se que se va ha alegrar, porque al fin y al cabo soy su única hija no le queda otra.

Acaba de sonar el timbre y mi tía ha ido a abrir. Estoy en pijama pero da igual hoy no iba a salir, además Dylan vendría a explicarme matemáticas. A él se le dan genial y eso es aprovechable.

—Layla, ¿¡Qué pasa!?

—¡Dyllll!

Después del saludo que hicimos, nos pusimos en la cama para empezar la lección.

Al de un rato se oye un estruendo abajo, y los dos asustados salimos de la habitación.

—Papa, ¿Qué estás haciendo?

No parecía mi padre, tenía los ojos rojos y la vena de la frente a punto de explotar.

—¡Tu hija de la gran puta, te vas a venir conmigo y vas arreglar el desastre que has causado!— me agarró del cabello tan fuerte que me arrastro junto a él.

—¡PARA, PARA POR FAVOR PAPÁ!

—¡Cállate! ¡No te mereces llamarme así!

—¡Dylaaan!

One shots multifandomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora