72-Noah Centineo

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-¿Cuándo pensabas decírmelo?

-No lo tenía pensado.

-Deja de mirar a la nada, Hannah. ¡Mírame!- cogí sus mejillas e hice que dirigiese su mirada a mis ojos- ¿En que cojones andabas pensando?

-Estabas lejos y yo... Yo me sentía muy sola- dijo empezando a llorar.

-Esa no es una excusa... ¡No es un puta excusa, Hannah!- me levanté bruscamente del sofá asustándola- Que yo esté de tour a seis mil kilómetros no significa que puedas andar acostándote con todo lo que se mueve.

-Relájate- dijo deteniendo por un momento su llanto.

-No me digas que me relaje, porque no me voy a relajar. ¿A ti te parece una excusa? Porque a mí me parece ridículo- las últimas palabras fallaron debido al llanto. 

-Ha sido un error, ¡Compréndeme! Llevaba cinco meses sola en este maldito apartamento, ¡Me estaba muriendo! Estas cuatro paredes cada vez se hacían más pequeñas, necesitaba aire.

-¡Pues haber salido a la calle! Te dabas una vuelta, salías con tus amigas, te ibas a casa de tu madre o ¡yo que sé! Lo que no entiendo es porqué esa necesidad ¡De acostarte con tres personas!

-¡Estaba necesitada!- me gritó mientras se levantaba.

-¿¡Te crees que yo no!? Pero aguanté porque te quería. Las veces que me quedaba solo o aburrido mientras viajaba pensaba en formar una familia. Era una bonita visión. Ahora solo quiero que te vayas de mi casa.

-¿Y a dónde voy? No tengo a nadie en Canadá- se acercó a mí tanto como le fue posible.

-Seguro que a alguno de tus novios no les importaría tener a su putita personal viviendo con ellos- las palabras salieron sin filtro, y mi cara sufrió las consecuencias. 

-Sé muy bien que he actuado mal, pero esa no es razón para que me faltes el respeto- estábamos tan cerca que incluso podía sentir su aliento chocar contra mis labios. 

-¿Tú no me faltabas el respeto cada vez que te venías a nuestra cama con otro hombre?- Hannah tragó duro y bajó la mirada- Siento mucho que esto haya acabado así, de verdad creía que tú eres la indicada.

-Resulta que el universo tiene otros asuntos para nosotros. 

-Te equivocas; ya no existe un nosotros- ante mis palabras, la rubia cogió su bolso y antes de salir por la puerta principal dijo:

-Me pasaré mañana a por mis cosas.

-¿Vas a querer que te ayude con todo, o va a venir algún amigo?

-Vete al infierno- dijo con asco y enfado.

-Supongo que allí nos veremos entonces-  rodó los ojos después de secarse una lágrima traicionera y salió de mi apartamento. 

One shots multifandomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora