Capítulo 44

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-¿Enserio vas a seguir ignorándome? -Pregunto Jungkook por quinta vez mientras nos dirigíamos al liceo.

Por arte de magia ya se sentía mejor y con ánimos para conducir, así que saco su camioneta blanca de su garaje y ahora íbamos de camino al liceo, con un tráfico del asco.

Cruce mis brazos en mi sitio, poniendo mi vista al frente. No quería hablarle ni mucho menos verlo, pero el muy hijo de su madre se había abierto su flequillo a la mitad y se puso una camisa formal blanca que JAMAS en la vida había visto pero que está BIEN pegada a su torso, había doblado las mangas hacia su ante brazos, luciendo sus hermosas y marcadas venas, haciéndome difícil la tarea de ignorar su presencia.

¿Cómo es posible que se vaya con esa pinta a trabajar? ¿Acaso no se ha puesto a pensar en las hormonas de otras personas? Hasta su perfume podría darle un orgasmo a cualquiera. Lo peor de todo es que su color de cabello va perfectamente con su look y los jeans que se había puesto hacían lucir perfectamente sus virtudes.

Desde aquí tengo unas inmensas ganas de sentarme en sus ricos muslos... Pero sigo molesta por lo de ayer.

Llego muy tarde anoche y además me hizo orinar en su cama.

-Daniela.

-Hiciste que me orinara.

-Ya te dije que no es orine.

-¡Lo sentí como orine, ME ORINE!

Jungkook soltó otra carcajada, más fuerte que las anteriores. Sentí mis mejillas caliente de la vergüenza y subí los pies a la guantera, importándome poco ensuciar su preciado carro.

-Vamos, pequeña. No tienes que ponerte así... Lo que dejaste salir no fue orine, es sencillamente agua. Agua que las mujeres botan al tener mucha estimulación en su punto G, ya que el punto G está muy cerca de la vejiga.

-CLAROOO, sale el científico y sabelotodo Jeon Jungkook. Kike el punto G cerca de la vejiga, "ni is iguii" blablablablalaaa -Lo mate con la mirada y seguí mi vista hacia la carretera. Escuchando de nuevo su encantadora risa.

Encantadora y molesta risa.

-Oye, Daniela -Me miro, pero yo no voltee a verlo- ¿piensas estar molesta también en clases? Ayer no te vi quejarte después que te orinaste.

Lo mire con mi peor cara al escucharlo decir tal cosa, sabiendo perfectamente que estaba en ese estado débil por su culpa. Jungkook escupió otra carcajada y yo quise abrir la puerta y salir del carro para que me atropellara un camión.

Lo odio.

-Eres tan linda cuando te enojas.

Mentira, lo amo. Pero sigo molesta.

-Me dan ganas de cogerte aquí mismo en el carro al verte hacer ese puchero.

Me hundí en mi asiento, queriendo ocultar mi cara de vergüenza. Jungkook aprovecho que el semáforo estaba en rojo y se estiro para tapar con su rostro mi campo visual, comenzó a mirarme con ojos saltones, resultándome difícil contener mi risita.

-Estas rojita como un tomate.

-¡Cállate tonto! -Lo aleje de mi para reincorporarme en el asiento- Seguiré estando molesta hasta que me demuestres que debes ser perdonado.

-¿Perdonado por darte el mejor orgasmo de tu vida? ¿Cómo?

-¡perdonado por hacerme orinar en tu cama!

-Gracias por perdonarme, me sienta MUUUUY arrepentido.

Jungkook escondió una sonrisa burlona en la palma de su mano, haciéndome quedar como la propia tonta frente a él.

El profesor JeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora