*Capitulo 27*

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POV. DANIELA.

Deje el jabón aun lado y continúe lavando mi camisa escolar con las manos en la ponchera. Me había levantado temprano, como a eso de las 5:30..

Bueno, En realidad no dormí.

Ya había lavado mi falda, mis medias y mi corbata. Luego de que terminara de lavar mi camisa cosería el uniforme para que quede un poco decente, ya que los puercos esos me habían desprendido los botones tuve que hacer un milagro con los que quedaban.

Lleve un mechón detrás de mi oreja debido a que me molestaba gracias al viento de las siete de la mañana y continúe lavando la camisa.

-Oh, Daniela...

Escuche la voz de Jackson a mis espaldas pero ni me moleste en voltear a saludar.

-¿A qué hora te levantaste?

-Temprano.

-Hm...

Escuche los pasos fuertes de Hoseok subiendo las escaleras y rápidamente sentí la tensión en mis hombros. Me estaba estresando.

-Buenos días –Dijo él, acercándose a nosotros- ¿No piensas ir al liceo?

Tome el jabón y volví a pasarlo por la camisa la cual no se le quitaban las manchas, estaba mugrienta.

-Responde pues.

-Estoy lavando el uniforme, ¿No ves? –Lo mire, Hoseok relajo la mandíbula ante mi reacción.

Si... de seguro me veo miserable e irreconocible.

No por los golpes, No... Si no porque mi carita de ángel se había ido. Así como mi inocencia, así como mis ganas de vivir, así como todo lo bueno que me ha pasado.

-Si no tienes camisa puedo prestarte una, pero ve a vestirte o llegaremos tarde –Continúe lavando mi camisa con un cepillo, ignorándolo- No te preocupes por la falda, mi otro pantalón está limpio...

Deje las cosas en la ponchera de mala gana y decidí alejarme de ellos o me saldría de control. Escucharlos hablar o tan siquiera respirar me molestaba.

Entre a la habitación de Hoseok y tome su otra camisa junto con su pantalón y corbata, un par de medias y unos zapatos vans rojos que tenía aun lado de la puerta. Ya que ayer me vine descalza, no me dio chance de recoger mis zapatos.

Entre al baño y me comencé a desvestir para ponerme el uniforme de Hoseok. Tuve que doblar las medias para que me quedaran y al ponerme la camisa era como dos tallas más grande, solo se veían mis dedos en las largas mangas de la camisa, el pantalón si era de mi talla pero me quedaba ancho, y se me caía si no usaba el cinturón. Subí tanto como pude el pantalón hasta llegar a pocos centímetros sobre mi ombligo y me puse la correa, metí la palanquita de esa cosa la cual no se su nombre en el último orificio del cinturón y todavía me seguía quedando flojo.

Tengo la cintura muy chiquita, no puedo hacer más.

Metí mi camisa dentro del pantalón y al mirarme en el espejo del baño al instante me arrepentí, parecía una muñeca con la ropa de su abuelo. Jale la camisa de mala gana y decidí dejarla afuera, era mejor a nada. Arregle la corbata que me llegaba hasta mi vientre y me coloque los zapatos.

Deje mi cabello tal cual como estaba, hecho un desastre. Ni me moleste en pintarme un poco, me vale verga todo.

Salí del baño y allí estaba esperándome Jackson con mi bolso escolar, me miro pero al instante desvió la mirada hacia otro lado.

El profesor JeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora