*Capìtulo 6* -EDITADO-

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-Jungkook-

Daniela sonreía como carajita en tienda de Barbie, mientras veía como decoraban su helado de cuatro sabores. Mora, Ron con pasas, Oreo y Menta. Con bastante chispitas de colores y gotas de chocolate. No había que destacar que me cobraron más por echarle doble ración de leche condensada, pero no me importó.

Con tal de ver esa sonrisita de felicidad, lo valía para mí.

La vendedora se lo extendió con cuidado de no desbordar nada de la canasta de galleta y Daniela la aceptó dando brinquitos. Tal cual niña pequeña. Siendo ella a fin de cuentas.

No me dio sentimiento cuando la vi probar de aquella pequeña paleta. Tampoco latió con fuerza mi corazón cuando clavó sus ojos en mí mientras lo hacía. Se veía demasiado hermosa disfrutándolo, eso no me estaba provocando nada.

Pero que puto mentiroso soy.

Luego de morder levemente la paleta de madera, tomó otra porción de helado y la llevó a mi dirección, ofreciéndome mientras hacia ese sonidito de "Hm" que me volvió loco.

Ese puchero me incita a besarla.

Negué porque no quería arruinarlo. Realmente soy un ser lambucio y terminaré por comerme todo su helado.

Daniela volvió a hacer puchero.

Esto no está saliendo como yo esperaba. Se supone que saldríamos, le daría su recompensa por salir bien el examen y todo estaría bien. No que me iba a poner todo marico, nervioso y embobado por esa mirada angelical suya.

Sin más, abrí la boca, dejando que ella me diera un poco.

El helado está bueno. No sé si es porque la paleta tenía micro partículas de su saliva, pero estaba bueno.

Sus ojitos brillosos me miraban con mucha atención, como si estuviese contemplando algo maravilloso. Y la verdad es que yo me sentía igual. La estaba viendo a ella...

Quiero tomarla de sus lindos cacheticos y besarla.

Ya va...

¿Qué coño?

Sacudí mi cabeza. Jeon Jungkook, contrólate.

-¿Te gusta? –Susurró, tan bajito que por un momento me quise acercar y preguntarle que había dicho. Pero, me detuve antes de hacerlo, porque estaba bajando demasiado hacia su rostro y francamente no sabría de mi autocontrol ahora.

Estoy enfermo.

-No, la verdad no –Mentí, siguiendo con mi caminar y teniendo la esperanza de que ella también lo hiciera. Miré por encima de mi hombro y resultó que sí, disfrutando de su canasta de helado e ignorando cualquier cosa a su alrededor.

Jeon Jungkook, estás loco.

Ella de seguro te ve como su profesor favorito, alguien que simplemente aprecia mucho y es su mayor inspiración. No confundas eso, coño 'e tu madre, ¿No ves que es una niña? Tiene diecisiete putos años y la conoces desde que tiene trece, ¿Qué mierda te pasa?

-De pana, Jungkook, estás enfermo... -Me dije a mi mismo, dándole la razón a la voz de mi subconsciente. Fue un grave error haberla traído al centro comercial. Es decir ¿Los profesores hacen eso con sus estudiantes? ¡De bolas que no! Así que no entiendo como coño de la madre a mí se pudo ocurrir semejante estupidez.

Es una salida normal, tampoco dramatices.

-Coño, mamawebo, decídete pues... -Me quejé de mí mismo, hasta que caí en la conclusión de que estaba hablando solo y que Daniela me estaba diciendo cosas desde hace varios segundos y yo no le estaba parando bolas.

El profesor JeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora