**Capítulo 48**

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Para las que aún se sienten incomodas porque yo, Arshez, estoy a cargo –temporalmente- Pues ahora me van a adorar, porque convencí a Gaby que actualizara el fic :* disfruten.

-¿Segura que es una buena idea?

-Claro que sí, ella ni entra a mi cuarto.

Mire la habitación de Kimberly y realmente era bonita, las paredes de color rosa, con dibujitos y calcomanías pegadas en la pared, peluches, ropa regada –eso no era lo importante- hasta ver en su mesita de noche nuestros vibradores de colores.

-¿Ya lo has usado?

Kim negó.

-Sí que pierdes el tiempo.

-Ay si, como si tú tampoco te cagas al usarlo.

-¿Quién le tiene miedo a los vibradores?

-¡Yo, chama! Seré muy perversa y con la mente súper cochina, pero yo JAMAS DE LOS JAMASES pierdo mi virginidad con un vibrador... Solo con-

-La verga de Jimin... -La mire, Kimi paro en seco- o ¿Prefieres que diga Markito?

Dejo el bolso en su cama y se dirigió a la puerta.

-No salgas, te traeré comida. Si por casualidad de la vida mi mamá llega y toca la puerta, no abras y metete en la cama.

-Dijiste que no entraba.

-Sí, pero a veces lo hace. Igual no te asustes, ya vuelvo.

Kimi salió sin más, dejándome sola en su cuarto. Y ahora es que me vengo a dar cuenta que esto es una pésima idea.

Una maldita locura. ¿Qué supone que haga? No puedo solo quedarme escondida en su cuarto y vivir de su comida, como una fugitiva.

We, sí que puedo, pero no es el hecho :v

Comencé a ojear sus papeles sobre el escritorio, desordenar algunas cosas y tocar algunos objetos que me parecían raros o interesantes. La verdad es que nunca he estado en su cuarto antes...

Vi sus vasos llenos de colores y marcadores y maldije a Kimi internamente. Hace dos meses le pedí que me prestara sus colores para decorar la cartulina para nuestra exposición del "color" y la muy estúpida me dijo Kike no tenía.

Y de paso, me encuentro con todas mis ligas para el cabello, las ligas que según yo se me habían perdido.

-Esta carajita...

La puerta se abrió de coñazo y casi me da un infarto.

Literal.

-Chama, mi mamá llamo. Dice que viene mañana al medio día. ¿Te quedas?-Pregunto Kimberly desde la puerta.

Esta pendeja

-Marica, no sé. Tengo que pedirle permiso a mi mamá –Me burle, haciéndola reír.

-Vamos a hacer tostones, llego la caja del clap y nos vino salsa de tomate y mayonesa. Según la vecina Kike es mala pero aja, eso va pa dentro.

-Dale, pero yo no pienso cocinarlos. La última vez me cayo aceite en la pierna.

-Gafa que eres.

*-*-*-*

Volví a sujetar el envase de la salsa en mis manos y lo exprimí tanto como pude, llenando todo mi tostón de salsa de tomate, Kimi me miro sorprendida.

-Chama, ¿No comiste ayer? –Pregunto burlonamente, yo negué- claro, comiendo yuca de bolas que te mueres de hambre.

-Bueno, ¿Qué te digo? Mi mamá no se acuesta con el jefe de calle para que nos regale dos cajas del clap.

El profesor JeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora