Capitulo 2 - Tercera Parte

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ANAHI


Cuando la vi dirigirse hacia mi y extenderme la mano, me moleste, ¿pues que se cree?, pasa de mi con la mayor facilidad del mundo y ahora quiere ser amable; pero no me dio oportunidad de nada, sonriéndome me miro con esos ojazos y me tomo la mano, sentí la firmeza con que sus manos tomaron mi cintura, casi mecánicamente mis manos apretaron sus brazos saltando, sentí sus labios rozando mi piel, la cercanía de nuestros cuerpos me provoco un calorcillo que me recorrió el cuerpo cual mariposillas revoloteando en todo mi ser, tomando fuerzas de no sé donde levante mi cara y mis ojos se encontraron directo con los suyos, por un momento pensé que terminaríamos besándonos, por lo menos yo lo desee, pero repentinamente ella me soltó, se dio la media vuelta y se fue, regresándome instantáneamente a la cordura, pero qué diablos, ¿qué has estado a punto de hacer Anahi? ¿a caso te has vuelto loca?


Que fuerte, esto ya no podía cuestionármelo, la atracción que sentía hacia esta mujer era demasiado intensa como para continuar en la negación, ¿y qué si la vi por primera vez hace apenas unas horas?, me estaba pasando y ya, no tenia caso seguir cuestionándome el porqué, total tampoco es que estuviera enamorada, era atracción simplemente, muy intensa sí, pero simple atracción, inconveniente, poco apropiada es verdad, pero que ganaba yo negándomela. Ricardo, Mariana y Poncho después de amarrar los caballos se habían ido a buscar leña para armar la fogata, y ella bajaba alforjas que supongo traían alimento y bebidas, Rosi la ayudaba pero ya no se veía tan sonriente como todo el camino, muy al contrario se notaba ira en su rostro, y ahora extrañamente Dulce parecía pasar de ella, no se habían dirigido la palabra desde que llegamos. Yo me perdí en mis pensamientos mirando ese maravilloso paisaje, siempre he sido amante de la naturaleza y estas tierras eran naturaleza iluminada por un cielo profundamente azul que ahora empezaba a adquirir tonos rojizos, según me dijo Poncho aquí los lugareños acostumbraban pescar, pero ahora mismo no era buen momento por lo que habíamos traído vivieres.


Ricardo: Que pasó cuñada, ¿verdad que valió la pena el esfuerzo de volar a once mil pies?


Anahi: Si que lo valió, esto es hermosísimo Ricardo, no sabes cuánto te agradezco que hayas arruinado mis planes vacacionales.


Ricardo: No me agradezcas todavía, cuando vayamos de regreso lo haces- me mira de una forma extraña y siento como duda en si continuar hablando, pero de inmediato noto la decisión en sus facciones y continua- Any hay algo que necesito decirte.


Anahi: Si dime.


Ricardo: Lo que le dije a Mari, hace un rato, sobre mi hermana y Rosi, - me estremecí y creo que lo noto porque su mirada adquirió más firmeza- Dulce es lesbiana – me soltó- desde los dieciséis años se asumió como tal ante todo el mundo, en principio no fue fácil para nadie, pero ella no se inmuto y defendió su forma de ser y sentir como lo ha hecho con todo aquello en lo que cree, mi hermana… - titubeo de nuevo, y yo me desespere, pero trate de disimular- ella es un gran ser humano, honesta y buena, apasionada, ama a su familia por encima de todas las cosas, es buena amiga… pero en el amor.. en el amor, no es una buena opción, ¿tú me entiendes?- Dios porque me estaba diciendo esto, acaso tanto se me estaba notado, pero no me dejo interrumpirlo al parecer adivinando mis intenciones – Dulce no es de relaciones largas, ni de comprometerse, con nadie, tampoco se le da la fidelidad, es decir, ataca todo lo que puede y después lo deja atrás. Eso pasó con Rosi, bueno más o menos porque debo reconocer que Dulce no tenía ninguna intención con ella, pero Rosi se aferro y mi hermana no pudo o no quiso resistirse, y al final hizo lo que siempre hace, de eso hablaba con Poncho en camino hacia aquí.


Nuestra charla se vio interrumpida por mi hermana que se acerco en ese momento, y yo me quedé con un desconcierto y también preocupación, no entendía muy bien porque me decía todo aquello, si era solo por excusarse y que también a mi me quedara claro que él nada que ver con Rosi, pero si así era ¿por qué darme tantos detalles?, ahí me venía una punzada en el pecho, porque significaba que me lo decía porque había notado que me estaba babeando por su hermana y quería evitarme el mal rato con ella.

Tequila y LimonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora