Capitulo 8 - Cuarta Parte

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Anahi: ok amor… pero y Manuela.


Dulce: ha de Manuela tuviste la culpa tú bonita.


Anahi: jajajajaa pero que morro el tuyo tía.


Dulce: ¡siiiiii!, tuviste la culpa tú, estaba tan enojada y tan despechada que me agarre de Manuela, a poco crees que sentía muy bonito de verte muy agarradita de la mano de Rosi y andado con ella para todos lados; o qué es eso de tentarme y dejarme ahí toda entrada; o cuando te besé y me diste en la cabeza…¡porque no te apetecía!...


Anahi: jajajajajajajaja


Dulce: y te ríes de mi.


Anahi: no amor, me rio de que lo recuerdes ¿te digo algo? ni siquiera sé de donde saque las fuerzas para poder hacer todo eso que me has recordado porque me moría porque me besaras y por estar contigo. Pero no se me daba la gana que jugaras conmigo.


Dulce: así que preferiste hacerme rabiar de los celos.


Anahi: ¿te daban celos? –dije con emoción.


Dulce: ¡me moría de los celos!… me da una rabia solo recordar el día de la charreada que te largaste sin más con Carlota y luego verte ahí con ella toda arrumaqueada.


Anahi: arrumaque? Jajajaja


Dulce: ahí toda acaramelada, muy agarradita de la mano, dejándola que te hablara a la orejita.


Anahi: jajajajajajajaaja ¿pero me has mirado?


Dulce: pues claro que te mire… que pensabas.


Anahi: pues la verdad yo estaba enojada y frustrada porque parecía que a ti te importaba poco con quien y que estuviera haciendo.


Dulce: pues estaba que me cargaba la chingada, por qué crees que mande a María a que rescatara a nuestra Barbie.


Anahi: esa noche fue maravillosa, fue tan especial.


Dulce: si bonita, también para mí lo fue.


Anahi: pero al día siguiente me desayune la noticia de que te habías marchado a por una chica.


Dulce: mmm cierto bonita, nunca te hable de Marcela.


Anahi: ¡no! – dije con los celos volviéndome a quemar las entrañas.


Dulce: mi amor – me abrazo notándolos – Marcela es mi mejor amiga, mi única amiga, además es heterosexual, le gustan más los hombres que a los leones la carne.


Anahi: pues si pero has salido corriendo tras ella.


Dulce: Salí corriendo por que tuvo un accidente, su hermana me llamo para avisarme que estaba muy mal, pensamos que se moría, - al escuchar esto me sentí culpable por que en verdad odie a esa chica – estuvo en coma mucho tiempo… además te voy a decir algo que seguro te complacerá escuchar.


Anahi: a ver dime.


Dulce: en cuanto he sabido que estabas en Vallarta con Carlota y Rosi, me volví loca de celos y ahí sí que nada me importo y salí prácticamente corriendo para estar contigo.


Anahi: ¿de verdad te has puesto celosa?


Dulce: ¿tú qué crees?, celosa es poco, no sé cómo no golpee a Carlota, de veras no sé de donde saque la fuerza para controlarme y es que no soporto que te toquen amor, no lo soporto.


La bese con pasión al escucharle decir esto, en eso llego la comida que me significo un alivio porque en este recordatorio no quería llegar a uno de los momentos más dolorosos de mi vida, no quería saber nada de aquella mujer que vi en sus brazos, solo pensarlo me produjo un malestar estomacal que ella noto.


Dulce: ¿estás bien barbie?


Anahi: si amor estoy bien.


No quería tocar ese tema, es demasiado doloroso, además de que ella no sabe que estuve más tiempo en México, ni que estuve en su piso aquel día, el resto de la tarde fue maravilloso, entre remembranzas, besos, caricias, abrazos y más besos y más caricias.

Llegamos al edificio donde vivo y nos quedamos dentro del coche un buen rato besándonos, adoro la suavidad de sus labios, son tan ricos, carnosos y besa tan bien, se siente deliciosa su lengua hurgando mi interior enredándose con la mía, sus manos se deslizan por mi espalda mientras las mías acarician su cuello, ese simple contacto me excita, me hace desearla con locura pero también quiero quedarme así eternamente. Ella baja del coche para abrirme la puerta y una vez fuera de éste volvemos a entregarnos la una a la otra en un abrazo intenso, nuestras bocas se vuelven a encontrar insaciables; nos separamos a regañadientes para volver a entregarnos con la misma furia en el interior del elevador y de nuevo frente a la puerta de mi piso, quiero pedirle que entre pero también me gusta esta actitud de ella que me vuelve a besar y me abraza con fuerza para soltarme y decirme que es hora de que entre.


Dulce: Barbie es hora de que vayas a la cama amor, seguramente no has dormido casi nada.


Anahi: de hecho no he dormido nada, pero no quiero que te vayas – dije mimosa enterrándome más entre sus brazos y pecho.


Dulce: ni yo quiero dejarte pero serán solo unas horas, mañana vengo por ti okey, ¿se te antoja ir al cine? yo hace años que no lo hago.


Anahi: contigo me apetece ir a donde sea cariño.


Dulce: bueno vengo mañana, comemos juntas y nos vamos al cine ¿va?


Anahi: vale.

Su boca se acerco a la mía que le esperaba ansiosa y entreabierta permitiéndole la entrada a esa gloriosa lengua que me hacia subir al cielo, que esos brazos me aprieten se me está volviendo un vicio y dejarla ir es tan difícil. Ya en la soledad de mi habitación me desvisto para colocarme el pijama, me acuesto para que mi mente me lleve a revivir cada minuto que he pasado con ella durante el día.

 

Tequila y LimonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora