Capitulo 3 - Primera Parte

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DULCE

Los labios de Rosi besándome, mordiendo los míos; sus manos recorriendo mi espalda, su cuerpo casi desnudo, pegado a mí, me nublaron por completo la cabeza, su boca empezó un descenso lento, dejando la mía y siguiendo su camino hacia mi barbilla, el cuello, la clavícula; sus manos bajaron hasta mis glúteos, subieron a mi cintura desabrochando mi pantalón, sentí sus dedos acariciar mi se*xo con suavidad, recorriéndola toda, abriéndose camino entre mis labios vaginales, lo cual hizo sin dificultad puesto que estos ya esperaban ansiosos el contacto de otra piel, mi clítoris hinchado me regalo un placer infinito al ser acariciado por la punta de su dedo índice, y un gemido se me escapo, ella empezó a morder y besar mis senos por encima del sostén, para entonces ya estaba demasiado caliente, la rodee con mis brazos y la empuje a la pared, besándola desenfrenadamente, masajeando esos redondos pechos coronados por una aureola color chocolate, lamiendo su cuello, sus hombros, chupando sus pezones succionándolos,- ¡hazme tuya!- me dijo con voz trémula, la despoje de la única prenda que llevaba, y casi con violencia separe sus piernas, introduciendo mi dedo en su interior, ella dejo escapar un sonido grave, inteligible, mientras mi dedo índice Salía y entraba con fuerza y mi pulgar acariciaba su clítoris, mi otra mano apretaba parte de su trasero, empezó a gritar hasta que estallo en un orgasmo que tenso cada uno de sus músculos… entonces volvió a mí la razón y con ella la desazón, la solté casi de inmediato, apenas esperando a que se recompusiera y me deje caer en el borde de mi cama, ella se quedo aferrada a la pared y con los ojos cerrados aun con su respiración agitada, y el rostro relajado y sonriente.

Rosi: Te amo, te amo, - reía al tiempo que abrió sus ojos- me hiciste el amor, cuanto deseaba que me hicieras el amor.

Dulce: No hicimos el amor, fue sexo, solo sexo, y no debió pasar. – le dije fríamente.

Rosi: ¿porque haces esto?, ¿Por qué te niegas a sentir?- su mirada se nublo y su rostro se desencajo- no puedes negar que me sentiste.

Dulce: No me niego a sentir, por supuesto que sentí, pero no te confundas, sentí el placer que me puede proporcionar un cuerpo que me atrae, pero entiende Rosi que lo que tú quieres creer no es y que mi debilidad no significa nada a tu favor – estallo en lagrimas.

Rosi: llegará el día Dulce, en que sentirás en carne propia el dolor que me estas causando en este momento, y comprenderás la magnitud de tu crueldad y lloraras amargamente como lo hago ahora yo.

Rosi tomo su ropa y salió corriendo de mi recamara, escuche el golpe de la puerta principal, pase los dedos de ambas manos por mis sienes y solté un grito de ira, ¡porque carajos no puedo controlar mis instintos!, herí otra vez a esta mujer, falte a la palabra dada a mi mejor amigo, me falle a mi misma; dejándome caer por completo sobre mi cama.

ANAHI

Bendito el cansancio de mi cuerpo, porque si no fuera por él mi mente no me hubiese dejado conciliar el sueño, fueron demasiadas emociones para un día, Mi hermanita me soltó que sabe que me van las tías, que me gusta su cuñada y que esta es una mujeriega que se tira a todo lo que tiene tetas; pero lo que ella no sabe, porque ni yo misma lo alcance a comprender hasta anoche, es que lo de esta mujer no es un simple gusto, yo no creo en el amor a primera vista y esas chorradas, pero si en que a veces te pasa que te encuentras con alguien que hace que la química de tu cuerpo reaccione con mucha más fuerza, algo que tiene que ver con las feromonas que expiden nuestros cuerpos; jajajaja ¡pero qué hacéis Anahi!, piensas que el amor a primera vista es una chorrada y el análisis que acabas de hacer no te parece una muy gorda; en fin aunque todavía no sabía bien que iba a pasar, a algo estaba decidida y eso es a no ser el juguetito de esta guapa.

Tequila y LimonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora