ANAHI
Estoy preparando un viaje romántico, tenemos ya tres semanas de novias y ardo en deseos de hacer el amor hasta el cansancio pero quiero que sea especial, creo que a Dulce le sucede lo mismo. Pensando en un sitio que se le asemeje un poco al paraíso mexicano en donde estuvimos juntas por primera vez, estudio varias opciones.
Ana: pues yo te recomendaría Sevilla o Barcelona ¿podría ser no?
Teresa: Todavía no entiendo cómo has podido perdonarle.
Anahi: eso no está a discusión Tess.
Pilar: Jodeeer ya quisiera yo verte diciéndole que no a esa diosa Teresa.
Teresa: jo no es para tanto…
Pilar: si mal no recuerdo la primera vez que le has visto se te cayo la mandíbula al suelo.
Teresa: Ya vale… pero que se ha portado muy mal con Anahi y que no entiendo como rechaza a alguien como Silvia por una tía que seguramente le pintara cuernos en la primera oportunidad.
Anahi: ¡Joder! Teresa, ¡basta ya!... te quiero amiga pero no me gustan tus comentarios sobre mi novia, para ya con eso, te lo digo en serio.
Ana: ¡Altea! – pegó un grito.
Pilar: ¿y a ti que te pasa tía?
Ana: Que es romántico, ahí podrían disfrutar como pareja.
Por lo menos Ana termino con la discusión y la opción era más que buena, Altea es una ciudad de pocos habitantes, es muy bella y se encuentra en la costa del mar mediterráneo.
Pilar estaba feliz con mi relación y Ana parecía también empática a mi dicha, pero Teresa desde que se entero de ésta no había hecho otra cosa que reñirme y criticar a Dulce, cualquier oportunidad era buena para meterme dudas sobre mi novia o reprocharme que ya casi no nos viéramos. Pilar me decía que no le tomara mucho en cuenta y que era natural que la mayor parte de mi tiempo libre deseara pasarlo con Dulce.
Silvia también aprovechaba cada oportunidad que tenia para hablarme de sus sentimientos y pintarme un panorama negro con mi novia.
Silvia: ¿te marchas ya?
Anahi: si ya termino mi turno.
Silvia: también el mío, ¿te llevo a tu piso?
Anahi: no gracias, además no voy para allá.
Silvia: ¿otra vez te está esperando la mexicana? –llené de aire mis pulmones antes de responder.
Anahi: ¡no Silvia!, Dulce no ha venido por mí, ya he perdido la cuenta de las veces que hemos tenido esta misma conversación, de verdad que no quiero herirte pero me estoy cansando, detesto que llames a mi novia "la mexicana" con ese desprecio.
Silvia: no te cabrees Any, lo digo porque me importas, esa mujer te hará daño otra vez, la gente no cambia y me duele que vayas a sufrir de nuevo… yo si te amo.
Anahi: por enésima vez Silvia, no voy a discutir mi vida contigo, respeta mi relación, respeta mi vida y déjame en paz.
Silvia: Te amo Anahi, no me pidas que me quede como si nada cuando veo como arruinas tu vida.
Anahi: pero yo no te amo, amo con locura a esa mujer como la llamas tú, para ya, ¿dime de qué modo te lo pido?
Me marche de ahí cabreada, en el trayecto a las oficinas de la empresa de Dulce me fui calmando, ya antes había estado ahí con Mariana, quería darle la sorpresa, en la recepción me indicaron el camino Sentada frente a un escritorio se encontraba una chica muy guapa y bien vestida que en principio fue amable al cuestionarme que se me ofrecía, cuando le he dicho que buscaba a Dulce su expresión cambio lo mismo que su tono.