Capitulo 5 - Tercera Parte

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ANAHI


Desde el instante en que le vi llegar a donde estaban todos con ese aire seguro que siempre tiene, todos mis esfuerzos se fueron por el caño, ya no pude hacer otra cosa que mirarle, mirarle sin importarme que Carlota se diera cuenta, sin importar los consejos de May, mis ojos no obedecían solo ansiaban deleitarse con ella, con su figura, con esas largas y bien torneadas piernas, su cintura bien acentuada por el perfecto tamaño de sus caderas, sus senos de mediano tamaño, pero como siempre sus ojos, esos ojos que me embrujan y mi cuerpo traicionero vibra ante su sola presencia, así esté a tantos metros de distancia, en cambio a ella se la ve tranquila, sonriente como casi siempre, ni siquiera me ha buscado, no he visto una señal de interés por mi ausencia, sus ojos permanecen en dirección a todos y a nadie… espera, espera… se le ha acercado un tío… y ella le sonríe, se levanta y… ¡¿se va con él?!, ¡*******! Anahi todo te sale al revés, ¿pero que no se suponía que la que tendría que estar ardiendo en celos es ella?, todo mi cuerpo adquiere vida aparte alimentado por la cólera y camina solo hacia donde están todos, May me mira intentando calmarme, pero nada puede hacerlo, no puedo dejar de verla divertida con el tío ese que se la come con los ojos, le acaricia el cabello y ella lo permite, ¡¿Por qué coños lo permite?!... no entiendo nada, que no se supone que no le van los tíos.


Maite: Any quita esa cara mujer… ¿en qué quedamos? – me hablo al oído.


Anahi: ¿pero es que tu le has visto?


Maite: no digas nada, que ahí viene, al ratito hablamos y has todo como quedamos… sí puedes Anahi, sí puedes.


Sentirla… su cercanía, joder, no fue fácil controlar los estremecimientos de mi cuerpo y de mi voz, pero creo que no ha ido tan mal. Ella fue… ¿cálida conmigo?… si sentí calidez en su mirada y en su voz… y como siempre mi imaginación juega conmigo y creo haber notado un dejo de tristeza al sentir mi frialdad, sus palabras hacia Carlota fueron corteses pero sonaron irónicas, claro que eso no necesariamente tiene que ver conmigo, ellas siempre se han odiado. De cerca pude ver cansancio en su rostro, me da rabia no poder preguntarle donde es que ha estado estos días, May casi me lleva volando a la habitación cuando nos separamos del resto del grupo.


Maite: Hayyy Any me han entrado unas ganas de matarte, pero que suerte has tenido de que Dulce no volteara a verte cuando por fin se hizo presente, porque si lo hubiera hecho lo habrías arruinado todo.


Anahi: ¿suerte? dices que eso fue suerte, ¡paso de mi May!, con toda la facilidad del mundo, pasa de mí, no le intereso nada ¡¿y tú le llamas a eso suerte?! – Ella me miraba divertida, cosa que a mí me enfureció mas- ¡no le veo la gracia tía! ¿va a ser necesario que fo*lle con Carlota frente a sus narices a ver si así por lo menos se rasca?


Maite: ¡claro! – sonó como comprendiendo mi reacción-… es que tú no la viste cuando llego.


Anahi: si le he visto… le he visto desde que llego.


Maite: no Any tú la viste cuando llego con nosotros no cuando llego a la playa, creo que solo Poncho y yo la vimos, te vio con Carlota amiga y le cayó como bomba.


Anahi: ehh… ¿Cómo?.. ¿en qué momento?


Maite: llego al pie de la playa la vi desde que nos empezó a buscar con la mirada y cuando no te ubico empezó a buscarte y te vio con Carlota jugueteando en el mar… créeme amiga que estaba enojadísima, se fue al bar y estuvo bebiendo un buen rato, supongo que para calmarse. Algo tienes que tener muy claro Any, Dulce no va a perder los estribos fácilmente, en serio vas a tener que poner mucho de tu parte para que eso suceda.

Tequila y LimonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora