DULCE
La salud de mi abuelita me preocupa mucho, no hemos tenido más remedio que mantenerla sedada casi todo el tiempo, no alcanzo a imaginar el dolor por el que está pasando, mi mamá no se le ha despegado, todos lloran a mi alrededor y yo no puedo darme ese lujo, mi familia me necesita fuerte, sin mi abuelo y sin mi tío, me toca a mí ver que todo funcione en la hacienda y en la destiladera, así como estar al pendiente de los movimientos de la empresa tanto aquí como en España, mi padre no tiene cabeza para nada mas ahorita, las buenas noticias si es que se les puede llamar así, son que los cuerpos de mi tío y primos fueron recuperados, ahora solo falta cumplir los trámites para trasladarlos hacia aquí.
Si no fuera porque mi nana me insiste en que coma no lo haría, me siento fuera de mí, aparento una tranquilidad que estoy lejos de sentir, soy una tormenta interna; el dolor de la perdida por la que estamos pasando y mi perdida personal. No puedo dejar de pensar en Anahi, me aterra haberla perdido y mas sin motivos, por primera vez en mi vida me entregué sin condiciones, completamente; por primera vez no miré a ninguna mujer que no fuera la mía, pero como dice Melesio, "crea fama y échate a dormir", nunca confío en mí ¿acaso puedo culparla?, ¡sí! si puedo, no puede ser que no haya sentido mi amor por ella.
Poncho: Lobo hay alguien preguntando por ti en la estancia.
Dulce: ¿alguien? ¿quién, no dijo su nombre?
Poncho: híjole Lobo, mi mamá solo me dijo que te avisara, la mera verdad no se me ocurrió preguntar, creo que es una chava.
Dulce: ok voy, te haces cargo mientras de que carguen bien las "piñas".
Poncho: de veras que me sorprende como puedes tener cabeza para esto ahorita.
Dulce: alguien se tiene que hacer cargo Pantera; voy y vuelvo.
Me encamine a la casona pensando quien podría estar buscándome… ¿Marce?... no, no lo creo, está en plena recuperación, no he querido avisarle siquiera en las condiciones en que me encuentro por no agregarle problemas a su situación.
Dulce: ¡Carmen! – Realmente me sorprendió verla ahí - ¿paso algo en la negociación en Tokio?
Carmen: no, no Dulce, perdona por presentarme así, pero no pude soportar el estar lejos de ti en estos momentos, solo he venido para verte y… - su expresión tímida me conmovió.
Dulce: no, no te preocupes… te agradezco mucho el detalle de venir hasta acá.
Carmen: ¿Cómo estás?... que pregunta tan tonta la mía – se sonrojo avergonzada.
Dulce: no te avergüences, de verdad que te agradezco mucho la preocupación, no estoy bien como comprenderás, pero estoy intentándolo, debes estar muy cansada por el vuelo, déjame pedir que te preparen una habitación.
Carmen: no, no quiero dar molestias, me quedare en un hostal, si alguien me puede llevar a uno por favor.
Dulce: no, por supuesto que no, te quedas aquí.
Carmen: gracias, de verdad espero no causar molestias.
Dulce: no para nada, al contrario, creo que me caíste del cielo, perdona pero voy a abusar de tu estancia aquí, hay mucho trabajo y me vendrá de maravilla que me ayudes si no te molesta.
Carmen: no por supuesto – me sonrió.
Ordené que la llevaran a una habitación y me disculpe con ella, tenía que regresar a ocuparme del cargamento.
Poncho: ¿y quién te buscaba Lobo?
Dulce: Carmen, mi asistente.
Poncho: ¿la chava con la que supuestamente le estas siendo infiel a Anahi?
Dulce: ajam – Poncho me miro detenidamente, antes de volver a hablar.
Poncho: Lobo, ¿y qué hace ella aquí?
Dulce: en realidad no lo sé.
Poncho: Lobo… dime la verdad ¿tienes algo con esa chava?
Dulce: ¡no! – respondí exaltada.
Poncho: no te encabrones, pero es muy extraño que siendo tu secretaría se haya presentado aquí así nada más – suspire antes de darle respuesta a sus dudas
Dulce: siente algo por mí… pero nunca, de verdad Poncho, nunca he estado con ella.
Poncho: ¿y Anahi sabe de los sentimientos de tu secre hacia ti?
Dulce: no... bueno, la verdad es que siempre tuvo desconfianza de ella, desde que la conoció se dio cuenta del interés de Carmen por mí.
Poncho: ¿y se va a quedar aquí?
Dulce: pues sí, no me parece bien que si vino hasta aquí la deje irse a un hotel.
Poncho: mmm Lobo creo que estás haciendo mal, si la chava te gusta o te interesa pues bien, pero si no, te vas a meter en mas líos con tu novia.
Dulce: hay Pantera a estas alturas ya ni sé si tengo novia y no, Carmen no me interesa, pero me parecería una grosería no darle un buen trato después de que ha venido hasta aquí.
Poncho: uuuhhhh Lobo, Lobito me parece que te vas a meter en problemas con Anahi.
Dulce: Anahi no está aquí Poncho, Anahi ni siquiera me ha tomado una llamada, su desconfianza y sus celos han sido más fuertes, tanto que ni siquiera le ha importado por lo que estoy pasando y ni siquiera sé de dónde sacó que le estoy siendo infiel.
Poncho: tú me dijiste que le dejaste un mensaje en su cel. y que la chava ésta, tu asistente le informaría de lo que sucedió, ¿por lo menos le preguntaste que pasó cuando hablo con Anahi?… si es que hablo con ella.
En ese momento caí en cuenta de que no le había preguntado nada a Carmen, ni siquiera me paso por la mente hacerlo y es que no tengo cabeza con todo lo que me cargo en este momento - Poncho notó algo en mi expresión.
Poncho: y es que si lo piensas un poquito Lobo, está muy raro que esa chava haya venido hasta aquí, digo no me has dicho gran cosa pero si está interesada en ti y sabe que tú tienes novia ¿cómo fue que se animo a venir? – mi mente empezó a elucubrar, a hilar ¿cómo no se me ocurrió antes llamar a Carmen para preguntar si había hablado con Anahi? nunca supe si habló con ella; ¿cómo no pregunté nada ahorita?, simplemente me pareció agradable la idea de alguien en quien apoyarme, más que emocionalmente en el trabajo – raro ¿verdad Lobo?
No respondí, continuamos con la labor de enviar la carga de "piñas" a la destiladora, de momento eso era lo más importante, en cuanto regresara a la casona cuestionaría a Carmen. Las ideas que se acumularon en mi mente me hicieron sentir por momentos estúpida ¿será?, no, es que es absurdo, no puedo creer que esas cosas pasen, sería una pe*ndejada estar en ésta situación por… sacudí la cabeza, no puede ser.
Poncho: ponte buza Lobo, me extraña que siendo araña… tú que conoces tan bien a las mujeres ¿de verdad no te parece que te tendieron una trampa? – inquirió Poncho adivinando mis pensamientos.
Dulce: ¿no se te hace… demasiado novelesco Pantera? – dije con expresión de sentirme ridícula de pensarlo, pero aun más de haber caído en algo así – él solo se encogió de hombros.
Poncho: ya casi terminamos aquí, porque no vas y sales de dudas.
Sí necesitaba desesperadamente salir de dudas, así que le encargue a Poncho los últimos detalles y me encamine a la casona.