DULCE
Dios he pensado tanto en este momento, en lo que le voy a decir y ahora mientras espero a verla aparecer me estoy muriendo de los nervios y todo lo que había pensado se me borro, mi mente me esta traicionando, hay tantas cosas que necesito decirle, explicarle, pero sé que piso terrenos muy escabrosos no será fácil que confié en mi, que me crea lo que siento por ella ¿Cómo borrar de su mente la última imagen que se llevo de mi en México? Y es que tratar de explicarle que nada paso con esa mujer no me servirá de nada al contrario puede jugarme en contra, porque aun cuando no se consumaron las cosas es injustificable lo que hice, no sé qué le diré pero se lo diré hoy, aquí estoy esperándola en las afueras del edificio donde trabaja, no he querido esperar a que llegue a su departamento, muero por verla y necesito decirle lo que siento, estoy tan ensimismada en mis pensamientos que no me doy cuenta de que tengo a alguien frente a mí si no hasta que me habla con un tono muy poco amable.
Silvia: Dulce ¿no? Ese es tu nombre… - le sonreí sarcástica al reconocerla.
Dulce: "eit" ese es mi nombre -la mire directo a los ojos respondiéndole el reto que me lanzaron los suyos.
Silvia: ¿y se puede saber que haces aquí?
Dulce: ¡mmm!... no - le respondí mostrándole la mejor de mis sonrisas e hice gala de todo el sarcasmo del que soy capaz.
Silvia: pues si lo que estas buscando es a Anahi ya te puedes ir marchando… por que ella no se irá contigo….
Dulce: ¿de veras? – le dije burlona.
Silvia: te lo aseguro – me miró con verdadera fiereza.
Dulce: Pues que me lo diga ella.
Silvia: te lo estoy diciendo yo.
Dulce: híjole mi chula, pues me vas a disculpar la grosería pero a mí lo que digas tu me vale madres… para que me entiendas me da lo mismo. – sin dejar de mirarle fijamente.
Silvia: pues no debería "valerte" guapa porque yo no te voy a permitir que te le acerques a mi mujer.
Dulce: ahhhh ¿pero es tu mujer? jajajajaja
Silvia: aunque te cause mucha risa mexicanita… así que será mejor que te vayas por dónde has venido y no regreses porque esa mujer ya tiene dueña, te enteras.
Dulce: jajajaajajaja ¡híjole! españolita… no se va a poder… porque esa mujer si tiene dueña y NO eres tú.
Silvia: ¿entonces tú? – le vi sonreír burlona.
Dulce: no responderé algo que ya sabes, ahhh y NO te la voy a dejar, NO me voy a ir, vine por lo que es mío, mío, te enteras – la mire desafiante.
Silvia: pues te advierto que yo tampoco voy a desaparecer, me convertiré en el peor rival que hayas imaginado.
Dulce: Órale, estamos advertidas las dos.
En ese preciso momento vi salir a mi barbie, sus ojos azules se abrieron como platos al vernos juntas, le sonreí en un intento de calmarla porque su expresión era de susto, no quería que pasara por ningún momento desagradable causado por mí.
Anahi: Hola Dulce- me dijo con voz temblorosa, evidentemente nerviosa por la situación- ¿Qué haces aquí?
Dulce: vine por ti barbie- la tome por los brazos acercándome hacia ella bese su mejilla.
Anahi: Silvia, te hacia fuera de la ciudad.
Silvia: decidí quedarme y pasar mis vacaciones contigo – la tomo del brazo jalándola hacia ella pero mi barbie con delicadeza se soltó y cruzo sus brazos.
Anahi: perdonen no las he presentado, Dulce ella es Silvia una compañera de trabajo y amiga… Silvia ella es Dulce… - vacilo sin saber que decir y aproveché ese momento para terminar de poner las cosas en claro completando la frase inconclusa.
Dulce: La mujer que cruzo el atlántico para estar contigo barbie…
Anahi: e este… bueno pues eso… yo…
Silvia: pues te has tardado demasiado ¿no te parece?
Dulce: disculpa Silvia, "amiga y compañera" de Anahi, eso es algo que no te corresponde a ti juzgar.
Silvia: ¡Tu a mi no me dices que puedo o no juzgar!
Dulce: ¡si te metes en lo que no te importa te digo lo que me venga en gana!
Silvia: ¡Me importa, porque yo a diferencia de ti si amo a Anahi y no voy a permitirte que le destroces la vida!
Anahi: ¡basta! dejen de actuar como si yo no estuviera… ¡a ti ya te he dicho de todas las maneras posibles que mi vida es cosa mía y no permito intromisiones! – dijo enfrentando a Silvia- … y…y tu… - volviéndose a mí con el rostro enrojecido- ¡deja de ser tan engreída¡…. ¡¿qué es lo que quieres?¡… ¡¿demostrar que después de ti ya no puede haber nadie más?¡…!¿que no puedo desear otras caricias que no sean las tuyas?! … ¡¿qué tu sola presencia es capaz de voltearme el mundo de cabeza?!... ¿sabes qué? – su voz queda sonaba a lamento y resignación- …tienes razón… no hay nadie más… mi piel no quiere otras caricias que no sean las tuyas… después de ti no hay vida… por un momento creí que se podía pero has llegado y... no, no hay… ¿contenta?... tienes razón…. ¿podrías perdonarme la vida y dejar este juego cruel? ¿será que saberlo será suficiente para que tu vanidad no sufra estragos?
Dulce: Mi amor ¡no! mi amor, Anahi yo te amo – la sujete con fuerza de los brazos mirándole a los ojos- las cosas no son así, yo tampoco puedo ni quiero estar con nadie que no seas tú, la única razón por la que vine aquí fue por ti…. Yo te amo…. sin ti no tengo vida…
Ella no me quiso ni mirar, se zafo y subió a un taxi… corrí tras ella pero no pude alcanzarla… ¡por Dios como fui tan estúpida para no controlar mis impulsos!…. ¡Cómo no controle estos celos que me están matando!… ¡¿pero cómo se puede controlar esta fiera interna que me surge al pensar que esta tipa o cualquier otra la mire, o me la toque?!… carajo la rabia y los celos han dado al traste con este anhelado momento, deseaba decirle tantas cosas… y todo salió tan mal… ¡carajos¡…. me ha dicho que es mía…. que sigue siendo mía… me lo gritó a la cara con tanto dolor que sus palabras fueron cuchillos que se me clavaron todos certeramente en lo más profundo de mi… estoy aterrada…. Aterrada de no poder romper ese muro que yo misma construí entre las dos.