MAITE
Maite: ¿pero como que Anahi no está aquí Poncho?
Poncho: Lobo no me ha dicho gran cosa, como comprenderás no tiene cabeza para mucho, esto que ha pasado es terrible morena, solo sé que tu amiga piensa que Lobo le está siendo infiel con su secretaría y que no le ha tomado ni una sola llamada.
Maite: ¿pero cómo?... es que no entiendo nada… las últimas veces que hable con Any la sentía tan feliz, tan segura de su relación, ¿Qué pudo haber pasado para que piense eso? dime la verdad Poncho ¿Dulce le puso el cuerno a Anahi con su secretaría?
Poncho: pues ella dice que no, que no comprende de donde saco eso Anahi, ésta muy dolida con la actitud de tu amiga, súmale eso al dolor por el que está pasando, son tres días ya Maite, y Anahi según Dulce ya debe estar enterada de lo que le está pasando y ella no se ha comunicado para nada, aun si pensara que Lobo le puso cuernos por lo menos en una situación así una llamada... ¿digo, no?
Maite: Es que eso es lo que no me checa, conozco a Anahi, es una persona súper sensible, no dejaría que la rabia le ganara en estos momentos, además no solo es Dulce, ella se relacionó aquí directamente con los abuelos, con el propio Samuel y sobre todo se apego muchísimo a María.
Poncho: ¿entonces?
Maite: entonces… pues algo muy raro pasa aquí, ni a mí me ha tomado las llamadas, ¿sabes qué?, me voy a Madrid, me tiene que dar la cara, tengo que saber por qué tanta indolencia.
Poncho: ¿Qué, que? estás loca May… ¿cómo que te vas a Madrid?
Maite: Si me voy ahora mismo, en el primer vuelo disponible.
Por lo menos corrí con suerte encontré vuelos casi a la par de Guadalajara a México y de México a Madrid, ni siquiera le avise a Anahi que iba hacia allá, no estaba en condiciones de permitirle que intentara evadirme así que decidí caerle por sorpresa y no darle tregua, sigo sin creer que Anahi este haciendo esto de manera consciente, tengo casi la certeza de que no está enterada de lo que está pasando, por más que Poncho me diga que Dulce le aseguro que si lo sabe, que antes de viajar de Tokio hacia acá le dejo un mensaje en su buzón de voz, además de que la secre - que es la manzana de la discordia - se encargaría de ponerla al tanto, en primera nadie oye nunca sus mensajes de voz y en segunda eso de la secre… mmmm… esto apesta, hiede.
Tengo que esperar dos horas para abordar el vuelo a Madrid, mi cabeza es un manojo de ideas distintas, estoy intentando que me cuadre toda la información que tengo, que por cierto no es mucha, cuando una voz dulce me saca de mis pensamientos - ¿me puedo sentar aquí? – la miré sin responder, extrañada, se trataba de una chica de figura menuda, estatura normal, con un rostro precioso; largos cabellos negros le caían sobre los hombros hasta la cintura, lacios con un corte moderno, su mirada expresaba picardía, coquetería, esas dos ventanas marrones oscuras me hicieron estremecerme – que poca madre la tuya Maite, no es éste el mejor momento para ligar - ¿ligar?, ¿me gusta esta niña? Es una chavita – che decime si me puedo sentar, es que no hay lugar – volvió a decir sonriendo ante mi evidente nerviosismo. – Siéntate- pude responderle finalmente.
Hola – expresó extendiéndome su mano.
Maite: hola – al contacto con su piel la mía se erizo ¿qué carajos me pasa? Heyyy yo tengo novio.
Romina: ¿y vos para donde viajás? - pregunto sonriendo con esa expresión segura en su rostro.
Maite: ah... Voy a España – ni siquiera sé porque le respondí, es una chica lindísima sí, pero una desconocida, nunca soy tan imprudente.
Romina: Ahhh mirá vos vas y yo vengo, estoy esperando el transbordo, voy para Monterrey ¿así se llama?
Maite: ¿Monterrey?
Romina: y si… voy a una facultad que está en ese lugar, me gane una beca – dijo esto con el seño fruncido, como con fastidio.
Maite: no pareces muy feliz.
Romina: que te digo, sin ofender pero no me gusta tu país – dijo aquello con tanto desdén que sí me ofendió, no sé porque, no soy del tipo súper nacionalista, pero me ofendí y me enojé.
Maite: ¿y entonces qué haces aquí? – la mire directo a los ojos y mi voz sonó desafiante.
Romina: para logar el objetivo de hacer mi maestría en Francia tuve que aceptar esta beca, es casi un requisito – la sonrisa que se dibujo en su cara denotaba que realmente se estaba divirtiendo con mi molestia y eso me enfureció aun mas.
Maite: ¿conoces México?
Romina: no – dijo encogiéndose de hombros, mirándome directo a los ojos con amplia sonrisa.
Maite: ¿y cómo aseguras que te disgusta tanto algo que ni siquiera conoces?
Romina: porque sé que acá no nos quieren a los argentinos – recargó ambos codos sobre la mesa y se inclino hacia mí con gesto divertido y seductor.
Maite: en México viven muchos argentinos, muchos extranjeros, creo que estás equivocada, en este país recibimos al extranjero como si fuera su casa – dije con seriedad recargándome al igual que ella sobre la mesa y enfrentándola.
Romina: y bueno, en algo avanzamos, porque vos me gustás y sos mexicana - por un momento me quede sin habla, esta chiquilla me estaba retando, su lenguaje corporal, su mirada, esa sonrisa seductora y sarcástica a la vez, y… lo peor de todo es que quería aceptar el reto, la deseaba desde que la vi, su belleza natural, con ese aire seguro y su vestimenta tan setentera, tan especial suya, me siento profundamente atraída hacia ella, pero por otra parte me choca su actitud… y está Poncho, ¿Por qué es que me siento tan atraída por esta chica?
Maite: yo me despido, en un momento tengo que abordar, espero que le encuentres el chiste a mi país porque si no va a ser un suplicio tu estancia aquí, cuídate y bye – busqué darle la tonalidad mas indiferente que pudiese a mi voz tratando de evitar que algo me delatara frente a ella, en realidad el deseo desaforado de tomarla de la mano y guiarla hacia algún sitio más privado y hacerle el amor me estaba consumiendo, yo no soy así, ese nunca ha sido mi estilo, no sé que me estaba sucediendo con esta chica.
Romina: ¿y te vas a ir así nomas?, ¿no me vas a decir tu nombre, ni tampoco me vas a dar tu numero?… - tiró de mi brazo con suavidad acercando sus labios a mi oído, susurrándome aquellas palabras, yo me le coloque de frente.
Maite: Mira lo que son las cosas mi chava, a mi me fascinan los argentinos, pero tú no me gustaste, bye – me incorpore alejándome con rapidez de aquella tentación pero no pude vencer la de girarme y verla por última vez, ella reía completamente divertida haciéndome un ademan de adiós con la mano y me lanzo un beso, aquello me provoco sentimientos contradictorios, me encanto esa actitud tan fresca y me encabrono, lo bueno es que no la volveré a ver.
Llegando a Madrid decidí que lo mejor sería comprar los boletos de regreso enseguida, así que me dirigí a una de las agencias antes de abordar un taxi, compre boletos con destino a Guadalajara para ambas, algo me decía que Anahi viajaría conmigo y dejé listo lo del regreso. Contábamos apenas con unas horas, así que me encamine hacia su departamento, esperaba que por la hora la encontrara en casa.