ANAHI
Me estoy odiando en este momento por ser tan imbécil… cómo es posible que con solo aparecerse me mueva el mundo, ayer por la mañana me sentía feliz y ahora mismo no sé ni que siento… no te mientas Anahi… que solo con verle te ha vuelto la vida… la vida de verdad… pues sí, pero para que… para que me mate otra vez… porque con ella no puedo esperar otra cosa… y es que soy tan tonta que no puedo dejar de sentirme feliz de haberla visto de nuevo, de sentirla cerca otra vez, pero también muero de miedo, miedo a no poder resistir la tentación de volver a estar en sus brazos, de dejarme llevar por mis ganas de ella, ya pague ese precio, no creo soportar otra vez ese dolor…. ¡pero si ya me duele joder!… el saberla aquí tan cerca y tan lejos ya me duele.
Pilar: buenos días dormilona – me extendió una taza de café.
Anahi: pero si ni he podido dormir.
Pilar: pues claro, ¿y es que como con lo que te ha pasado ayer?
Anahi: Pilar ¿qué me paso ayer? – a ver si ella me lanzaba una luz en este caos.
Pilar: ayer se te apareció el amor y te azoto para que no le saques la vuelta, el amor de verdad, ese con el que todas soñamos y que rara vez se encuentra y con la suerte de ser correspondido.
Anahi: pero tú que estás diciendo… ¿correspondida? que no tía… no te confundas, solo porque has visto esa mirada y sonrisa encantadora… que así es ella… y claro por eso es fácil caer rendida a sus pies… porque te hace sentir especial, adorada… pero nada… que no, Dulce es incapaz de amar.
Pilar: pues yo creo que si te ama.
Anahi: te equivocas, alguien me dijo una vez que Dulce no es para mí, que no es para nadie… y tenía razón… no es mala… no es deshonesta… porque aunque cuando está contigo de verdad te hace sentir amada… nunca te lo dice porque nunca lo siente.
Han pasado dos días y no he sabido nada de ella… pero es que como siempre mi mente dice una cosa pero todo el resto de mi ser me pide otra… y es que estoy al punto de la desesperación por que no me ha buscado… pero que esperaba, si ha sido solo el momento de verme y luego paso de mi, claro… la cantidad de mujeres que estarán ahora mismo tras ella, Tess y Ana me han vuelto loca con preguntas acerca de Dulce… me inquieta tanto interrogatorio.
Pilar: mujer pero que no oyes que están llamando… -casi me gritó dirigiéndose a la puerta.
Escuche una voz y un acento que me resulto familiar… pero no, como sería eso posible, me levante como autómata a verificar que ya alucinaba en serio.
Pero no, ahí estaba de pie frente a mí sonriendo con dulzura esa mujer menudita de mirada tierna.
Chelito: niña Anahi que gusto verla le traigo un encargo, ¿si podemos pasar?
Anahi: pero Chelito… claro, claro pasen – dije extendiéndole los brazos.
Ella me abrazó y me entrego un sobre mientras un grupo de meseros entraba empezando a colocar en nuestra pequeña mesa cazuelas de barro y platos.
Chelito: niña necesito que me preste su estufa.
Anahi: ¿la estufa? si claro… claro- dije sin entender, ella me sonrió y tomándome de las manos sacudió el sobre.
Chelito: léala y así entenderá mejor, mientras yo empiezo a calentar.
Pilar: vamos yo le acompaño.
Abrí el sobre muerta de los nervios y empecé a leer.
Mi amor:
Han sido 48 horas de ansiedad y desesperación para no salir corriendo en tu busca… pero necesitaba darte algo muy especial antes de enfrentarte y decirte lo que siento, algo que no deje dudas en ti de la sinceridad de mis sentimientos y he querido darte lo que más había amado hasta ahora, pero es tan grande que no pude traértelo todo, así que solo puedo darte un pedacito de mi México… España volvió a conquistar México barbie.
Completamente tuya
Dulce.
Mis lagrimas empezaron a correr… estaba temblando y apenas pude sentir los brazos de Pilar abrazándome.
Pilar: pues me temo que la razón la tengo yo tía, porque mira lo que te ha mandado esta mujer… oye que cualquiera manda flores o chocolates.
Chelito: vengan a comer niñas ya está todo listo.
Nuestra mesa estaba cubierta por un mantel precioso de manta bordada que le quedaba muy grande por cierto, adornada por un precioso arreglo de las mismas flores silvestres que me hacían flipar en los jardines de la hacienda y una gran jarra de vidrio soplado llena de agua de tamarindo, dos platos de barro que contenían birria… cuando la he visto he llorado todavía con más fuerza… ¡birria!... se ha acordado… casi grite…
Chelito: si y también hay tamalitos dulces de elote con canela y piña y chilaquiles niña, son de chile del que no pica, pero siéntense que se les va a enfriar.
Anahi: ¿pero es que de verdad Dulce ha hecho esto para mí?
Chelito: si niña nomas para usted, no fue fácil que doña Esther me soltara, pero mi niña no le dejo de otra y ha sido un correteadero para poder viajar y don Samuel movió todas sus influencias para sacar pronto mis papeles para poder venir… mire que nada mas por ella fui capaz de subirme a esa pajarote de fierro… pero ya siéntese y ya no chille que las lagrimas agrian la comida.
Pilar: jooo esto esta exquisito…
Anahi: si es delicioso… Chelito siéntese por favor y cuénteme cuando ha llegado usted.
Chelito: pues hoy por la mañana de aquí niña, que para mí es de noche, ando toda "cuatrapeada", en "cuantito" llegué me puse a cocinar… qué bueno que les gustó – dijo agradecida de ver nuestras caras de placer al comer- me va usted a perdonar señorita Anahi… pero pues yo soy gente de campo, ignórate y pues yo no le entiendo mucho a eso de que a mi niña no le cuadren los hombres, como es la costumbre y que "ora si" como son las cosas de verdad "pos" prefiera las muchachas… pero yo la quiero mucho, ella es tan buena, un poquito alebrestada eso sí, pero es muy buena y la mera verdad es que yo nunca antes la había visto así por alguien… de verdad que la quiere mucho a usted.
Anahi: ojala yo estuviera tan segura como usted Chelito – la tome de la mano correspondiendo en todo lo que vale esa expresión dulce en su rostro.