Capitulo 4 - Segunda Parte

779 28 0
                                    

DULCE

Abrace a todos y cada uno de manera mecánica deseando llegar hasta ella, cuando la tuve frente a mí me quede inmóvil, ¡por Dios estaba nerviosa!, pero ella rompió la barrera colgándose a mi cuello y yo la abrace con todas mis fuerzas, mi corazón empezó a latir desbocado cuando sentí en mis brazos el temblor de su cuerpo, sentía la necesidad de sentirla mía y la apreté con más fuerza, le dije que la faena había sido para ella, sentí la emoción que provocaron mis palabras y me confirmó que había sentido temor a que algo me ocurriera en el ruedo, la acaricie con una ternura de la que nunca me creí capaz con una mujer, ella está a punto de decirme algo, presiento que todas mis defensas están a punto de caer pero en ese instante se aparece Manuela interrumpiendo ese momento en que pareciera que no soy yo, en principio no puedo reaccionar y cuando estoy a punto de hacerlo se presenta Carlota, estaba por mandar a las dos intrusas a volar cuando Anahi se comporta demasiado amigable con Carlota y eso me fastidia, entonces una señal de mi cerebro me dice que así está mejor y empieza de nuevo el jueguito entre nosotras. Pero también ha llegado el momento de poner las cosas en su sitio con Manuela.

Manuela: ¿Nos vamos ya mi amor?

Dulce: Manuela, si quieres ir a la fiesta estas invitada pero antes tu y yo tenemos que aclarar las cosas, yo no soy de nadie y tu y yo no somos pareja, novias ni nada que se le parezca, salíamos juntas, nada más.

Manuela: pero es que yo pensé… tenemos más de una semana viéndonos casi todos los días.

Dulce: a ver, cuando tu y yo empezamos a salir te dije que yo no era de relaciones serias, ¿no?, que no me comprometía a nada contigo y me dijiste que tenias eso perfectamente claro.

Manuela: pues si pero eso fue al principio, durante el transcurso de los días las cosas han podido cambiar.

Dulce: No insultes mi inteligencia, tú has armado todo el teatrito de hace un rato para fastidiar a Anahi y de paso a mí.

Manuela: pues sí, es que me pudre ver como la tratas, como la miras y quiero que se dé cuenta de que no eres para ella.

Dulce: pues lastima Manuela, la estábamos pasando bien.

Manuela: Por lo menos dime en mi cara que me estas mandando a volar por esa pinche vieja.

Dulce: Te estoy mandando a volar por qué no me gustan los panchitos ni que digan que tengo dueña, adiós Manuela, si quieres venir a la fiesta eres bienvenida, pero no conmigo ¿te queda claro?

No sé qué carajos me está pasando, ni por qué hice lo que hice en el ruedo ni por qué le hable así a Anahi; por qué me sentí así con ella y en este momento no quería saber, lo único que quería era un tequila, toda la familia se había marchado ya, solo me esperó Poncho y partimos a la hacienda, llegue y me fui directo a mi casa a cambiarme de ropa, solté mi cabello, me puse una falda y una blusita de tirantes y sandalias de piso, quería comodidad. Salí rumbo al espacio en donde se desarrollaba la fiesta que ya estaba en su apogeo, estaba allí medio pueblo, mis abuelos felices, María correteando con otros chiquillos, Mariana, Ricardo, Poncho y Rosi en una mesa, Anahi en otra con Carlota y Maite, todos comían, había carnitas, birria, tostadas, enchiladas, guacamole; mis tripas me reclamaron, me serví un buen plato y me senté aislada a comer, mi abuelo se acerco a mí con su mirada tierna.

Abuelo: ¿Ya encontraste tu correa huarache?

Dulce: Viejito mula – le dije sin dejar de comer.

Tequila y LimonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora