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Los Min – parte II

POV YOONGI

Nunca me he acostumbrado al silencio. De hecho, nunca he sabido cómo manejarlo. Simplemente ha estado ahí a mi alrededor durante mucho tiempo, solo siendo invadido una vez que empecé mi camino de no retorno al infierno.

¿En qué me he convertido?

En nada. en absolutamente nada. soy un pedazo de carne, cuya decisión de vivir se ve reducida a una mínima esperanza de poder encontrarlo. A él, a Jimin.

Sin embargo, ya no estoy tan seguro.

Siento que he recorrido un largo camino. Uno, en donde más avanzo, más caigo en la oscuridad. Las voces en mi cabeza se han llevado eso y la tranquilidad que antes lograba tener, ya no está. No siento nada, no oigo nada. soy NADA.

Es por eso, que cuando caigo en la inconciencia, me dejo llevar a ese mundo de recuerdos en donde solo estamos él y yo. Juntos, en una vida diferente, en un lugar diferente. Él me sonríe mientras sostiene mi mano entre las suyas. Ambos caminando por la playa de un mar lejano. No sé aún como puedo imaginar uno si nunca lo he visto en la vida real, pero no trato de justificarlo. Tan solo lo siento a él ahí, tan hermoso y tan mío. Veo como las olas irrumpen contra nuestros pies, el sonido del viento alrededor de nosotros. La forma en que su cabello es alborotado y su camisa se mece revelando parte de su figura. Siento que mi corazón late con tan solo verlo llevar sus mechones rebeldes fuera de su rostro y como frunce su pequeño ceño, mientras la arena entra en sus pies.

El me observa, porque ambos por alguna razón nos hemos detenido. Toma mi rostro y me atrae en un beso que no decido ignorar, no podría de todos modos. Sus labios saben a sal y al dulce sabor natural de su cuerpo. Su cuerpo se estremece y junto al mío, dejamos que la sensación tan placentera nos consuma.

No puedo evitar soltar una sonrisa, porque la realidad de saber que él es mío y, sobretodo, que lo tengo entre mis brazos, es suficiente para que mi corazón se acelere de nuevo. Somos libres, estamos juntos y nada podría separarnos. No obstante, como si hubiera realizado una invocación al mismo demonio, el retrocede y todo se vuelve oscuro. Mi cuerpo se tensa y mi respiración se hace cada vez más fuerte, provocando que quiera hacer cualquier cosa para retener el momento. Sin embargo, no logro conseguirlo. Solo escucho su voz a lo lejos, susurrándome.

_ Encuéntrame

Abro mis ojos, mientras siento mi cuerpo retorcerse de dolor. Siento punzadas en todas partes y la resequedad se hace espacio en mi boca. Mi corazón bombea como un frenético sin darme tregua a descansar. Es entonces cuando miro alrededor, y me doy cuenta que no me encuentro en aquella habitación oscura en el sótano de aquel bar. No, es un lugar totalmente diferente.

Estoy en una habitación más limpia de lo que alguna vez he estado durante los últimos meses. Las sabanas que me cubren se sienten suaves y esparcen un olor tan agradable que estoy seguro que nunca he sentido antes. La ventana a un costado de mi revela un sol brillante a puertas de entrar en la tarde, mientras que una breve brisa corre por ella.

Trato de moverme, quizás para saber si realmente puedo hacerlo, comprobando que no puedo en el mismo instante en que intento sentarme. Así que resignado, vuelvo a mi posición de antes, tratando de recordar los sucesos que me han llevado hasta ahí. Flashes de las pasadas semanas se hacen presentes en mi mente. El sonido de la multitud gritando y aplaudiendo, mientras gotas de sudor se abren paso por mi cuerpo. Mis puños apretados, y la adrenalina corriendo a través de mis venas. La imagen de un yo en una esquina, mientras no dejo de patear a un cuerpo inconsciente, solo me hace estremecer  Sin embargo, solo eso es lo que provoca, estremecimiento sin saber él por qué.

PANDORA  - YOONMIN ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora