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Los Min - parte IV

5 meses después

Cuando has visto de cerca a la muerte, ya nada puede asustarte. El infierno se convierte en un leve parque de diversiones donde decides pasar tu tiempo libre. Y la oscuridad de la noche, ya no atormenta tu sueño. Para Yoongi, estar de pie en medio de esa calle viendo los autos pasar, sujetando un cigarrillo en una de sus manos, mientras escucha a lo lejos la intensa música del bar, ya no lo aturde como hubiera sido en el pasado. Ahora, era una persona diferente, más maduro, más consciente ... más letal. Y solo podía agradecer a esas dos personas que se hacían llamar sus padres.

Mirando en el pasado, nunca pensó que algo así le sucedería. Sus crimines y pecados lo habían condena siempre y, aun así, en medio de torbellinos de sentimiento y la pérdida de su pequeño, llegó una luz al final del camino dispuesto a salvarle de nuevo. Era gracioso como la vida se enseñaba con él y no lo dejaba ir. Supuso que, de alguna forma, aún necesitaba cumplir sus promesas. Es por eso que el destino, en su juego maldito, le había dado las herramientas necesarias para hacerlo. E iba a cumplir con su cometido.

Sin que se diera cuenta – o eso hizo creer a sus hombres – escuchó los pasos de alguien acercándose por detrás. De inmediato, una leve sonrisa apareció en su rostro, porque el aroma a frutos rojos que tanto le embriagaba se hizo presente.

_ No deberías estar en tu hora de trabajo _ preguntó sin haberse dado la vuelta. No era necesario, después de todo sabía que aquella chica no perdería el tiempo para ponerse al frente y encararlo.

_ Este es mi trabajo, ¿no lo crees?

Con una sonrisa, la joven de cabello largo y ojos profundos se acercó hasta estar a unos pocos centímetros de él. Con parsimonia y unas manos lascivas, envolvió el cuello de aquel hombre, cuya belleza no podía dejar de admirar. Desde el mismo instante en que cruza aquella habitación y lo vio sentado al lado de la ventana, cayó perdidamente enamorada de él. No obstante, sabía que esta clase de negociosos, el amor no tenía lugar.

_ Supongo que tienes razón, pero sabes que está noche no he venido a divertirme contigo.

_ Lo sé, lo sé. Eres un aguafiestas. _ soltó la joven con un puchero en sus labios. De inmediato, se alejó un poco para mirar el rostro el hombre presente y darle lo que necesitaba.

_ Está en su oficina. Desde que llegó no la ha abandonado, Hyun, uno de sus guardaespaldas me informó que ha estado hablando por teléfono casi toda la noche y que tiene planes de encontrarse con su distribuidor. Al parecer, un nuevo cargamento desde Singapur llegará en unos días y está tratando de hacerse con la mayoría de las vírgenes.

Yoongi solo asintió a la información dada por la joven, mientras sacaba un nuevo cigarrillo de su saco. Aún no sabía cómo ella podía tener acceso a esa clase de información, pero nunca le había fallado antes. Así que decidió confiar. La misión de esta noche, dependía de ello y no podía darse el lujo a equivocarse. En todo caso, de ser una trampa, ya lo resolvería.

_ Bien. Necesito que entres de nuevo al bar y te cerciores que las mujeres se encuentren en la habitación de espera. No dejes que ninguna salga ni siquiera que se asomé a los pasillos. En cuento sean las 11pm tomarás tus cosas y saldrás por la puerta trasera, uno de mis hombres te estará esperando. Entrarás en el auto y te iras. Nos encontraremos en el lugar acordado. ¿entendido?

La mujer asintió en respuesta para luego disponerse a caminar, no sin antes girarse y regresar ante el hombre para plantarle un beso en sus labios.

_ Mantente a salvo, ¿de acuerdo?

El hombre asintió y la mujer se escabullo de nuevo dentro del bar a unos pocos metros de ahí. De inmediato, Yoongi caminó hasta llegar de nuevo dentro de su auto y cerrar la puerta tras de sí.

PANDORA  - YOONMIN ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora