PANDORA - YOONMIN ADAPTACIÓN

INTERLUDIO

El humo del cigarrillo invade todo mi cuerpo haciéndome estremecer, mientras, atentamente, observó a través de la ventana. No suelo hacerlo, pero esta noche necesito todo el control suficiente que mi psique dominante pueda proporcionarme. La hora aún no ha sido marcada a través del reloj, sin embargo, espero paciente porque eso es precisamente lo que he hecho. Esperar.

De repente, escuchó como las voces de mi mente susurran su nombre sin darme alguna tregua. Pero no me quejo, no podría. Yo también hago parte de su ansiedad. Caminó hasta la silla de mi escritorio con la única intención de relajarme. Sin embargo, no lo consigo. Y no lo hago porque sea débil, aunque de solo pensarle me vuelvo uno de ellos, es porque también soy consciente de que le he causado demasiado daño.

He sido un maldito egoísta. Y sé que debería dejarlo ir. Alejarme totalmente y otorgarle una nueva vida. Pero la sola idea de seguir sin él me enloquece. Y el saber que tal vez, alguien más llegué a tocarlo o amarlo hace que desista con la intención de mirar atrás.

Solo yo conozco tu dolor. Solo yo soy consciente de tus heridas y tus miedos. Mis ojos han visto tu alma y han decidido que no podrían apartarse de ti. Mis manos saben cada parte de tú cuerpo, el olor de tu cabello y la de tu piel. Sé la forma en que arrugas tu nariz y la manera en que juegas con tus dedos. Lo sé todo y a la vez, siempre logras sorprenderme. He caído totalmente por ti.

La verdad de esas palabras me envuelve por completo. He dejado de torturarme y ahora mis recuerdos juegan libres por mi mente para así, prepararme para nuestro encuentro. Sin embargo, no dejó de tener miedo y es por eso que llevo algo de alcohol a mi garganta. Estoy cometiendo tantos errores ahora, porque sé que odias estos vicios, pero han sido ellos lo que me han mantenido cuerdo durante todo este tiempo, obligándome a continuar.

Pero debes estar tranquilo. Porque en cuanto te tenga de nuevo en mis brazos. Ya nada podrá doblegarme. Solo si tú lo deseas. Porque siempre he sido tuyo y de nadie más. En cambio, daré paso a la bestia, quien aún cautiva, debe revelar la verdad. Y para hacerlo, tendrá que sacrificarse. Seré de nuevo el monstruo que todos temen y con ello, retomaré la paz que necesito.

Salgo de mis cavilaciones al escuchar una serie de pasos acercándose. Inconscientemente, una sonrisa aparece en mi rostro. La puerta se abre revelando a una de las personas en quien más he puesto mi confianza y al verle, sé que, de nuevo, no me ha fallado.

_ Acaban de llegar _ menciona sin prisa. Me observa y está tan atento a mi reacción que no se da cuenta de que leves gotas aparecen por su rostro. Él está igual de ansioso, pero también como yo, sabe que no es momento de apresurarse.

Sin más que perder, me deshago de los demás cigarrillos que guardaba en mi traje. Guardo el whisky que estaba sobre mi escritorio y caminó hasta llegar a él. Aún no he dicho nada y sabe que no lo haré hasta que terminé de informarme.

_ El señor Jeon y el señor Park estaban fuera de la habitación cuando llegamos. Nuestra unidad nos informó que habían salido desde la mañana hasta hace unas horas. Chimin se encuentra inconsciente y el periodista ha sido trasladado a una de nuestras bodegas.

_ Lleva a Park a mi habitación. Iré a ver a Jeon primero. _ La sola idea de saber que ha estado junto a él me hace estremecer, pero trato de calmarme. No obstante, eso no parece ayudar. Hoseok lo nota y me detiene antes de salir de mi despacho.

_ Él no se ha acercado a Chimin de alguna manera, Yoongi. Solo lo ha acompañado hasta aquí _ dice mientras sus ojos hacen contacto con los míos. Dice la verdad, y eso me calma un poco.

Le doy un asentimiento y ambos salimos del lugar. Dando inicio a mi redención.