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Era muy extraño que, en aquella parte de la ciudad, llegara la lluvia de la forma en que lo hacía. No es que aquella casa estuviera fuera de la vista del cielo. Ni mucho menos que se encontrara lejos de la civilización, pero para Hoseok, aquella casa en el lago representaba un refugio. Un mundo totalmente diferente, en donde toda clase de cosas podía obtener protagonismo.

Nunca fue una persona ambiciosa. Ni mucho menos, creía que era merecedor de todo. Pero siempre tenía presente que no podía conformarse con lo que la vida le había dado. Una vida llena de soledad y penurias. Los rezagos de la crueldad siempre estaban presentes a cada lugar que iba, como nómada peregrino en busca de paz. Pero eso, en vez de afectarlo, lo ayudaba a obtener fuerzas para continuar. Era un sobreviviente. Pero sobretodo, era una persona que siempre era leal a sus principios y creencias.

Aquellas aptitudes, lo había llevado a encontrarse en un mundo, donde los secretos, las traiciones y el poder, ocupaban el día a día de su existencia. Creyó que no llegaría muy lejos y que solo era una etapa más de su vida. Una de tantas en las que seguiría su camino. Pero para su sorpresa, encontró en ese mundo, una fascinación y solvencia que lo dejaron desconcertado. Se convirtió en alguien muy bueno en lo que hacía. Y lo único que pedían a cambio, era su mayor cualidad; lealtad.

Es por eso que ahora se encontraba en medio de una habitación en aquella casa del lago, contemplando la escena de las acciones de un hombre, cuya admiración había obtenido, pero ahora estaba consumido por el dolor y la desgracia. Aquellos tres hombres, que conocía mejor que nadie, se encontraban recostados en sillas, mientras trataba en lo posible de atenderlos. Los golpes habían sido muy certeros, pero por ahora era lo único que podía hacer. Más tarde lidiaría con la bestia que se encontraba en el ático.

Mientras revisaba las heridas del periodista, vio como este poco a poco iba retomando la conciencia. Sin tiempo que perder, dejo lo que estaba haciendo, para soltarle las manos de la silla en donde estaba atado, y ayudarle a reaccionar.

_ ¿Dónde estoy?

_ Estás de nuevo en la casa de antes. No te muevas, estoy tratando de limpiarte la sangre del rostro

_ ¿Qué sucedió con los demás? ... ¿D-donde esta Namjoon?

_ Él aún permanece inconsciente, al igual que el doctor Kim. Pero pronto se despertarán.

Jeon trago con fuerza, tratando de librarse del nudo en la garganta que no dejaba de atormentarlo. Su cuerpo dolía como los mil demonios, pero en lo 'único que podía pensar era en la agradecido que estaba al saber que no había muerto. O por lo menos, no aún.

_ ¿Qué paso con Min?

_ Está en otro lugar... meditando, si podría llamarlo de esa forma.

_ ¡Está loco! ¡Es un maldito psicópata! ... ¿Cómo pudo hacer esto? ¿Cómo pudo torturarnos de esa manera? Sobre todo, a Namjoon y al doctor. ¡Sobre todo a Taehyung que no tenía nada que ver en esto! Oh, ¡Dios santo, Taehyung!

El desespero se apodero de la mente del reportero. Las consecuencias de abrir esta investigación lo sobrepasaban. La idea de que alguien haya muerto por su culpa no dejaban de rondarle la cabeza. Había condenado a uno de sus más grandes amigos a un final tan trágico. ¡Y todo por su maldita investigación!

_ El señor Kim Taehyung está encerrado en el sótano de la casa. Aún sigue con vida, pero se encuentra resguardado por los demás hombres.

_ ¿Cómo es eso posible? ¿Cómo es que esto está pasando? ¡Él no tiene nada que ver!

_ En eso se equivoca, señor Jeon. El señor Taehyung es el principal causante de todo esto.

_ ¿Q-que? ... Debes estar bromeando. Algo como eso es imposible. Él no tenía mayor conocimiento de todo esto. Él solo-

_ Se equivoca. Era él el chivo expiatorio en el periódico. Fue precisamente él quien supo del paradero de nosotros en el hospital. Y fue el quien dio aviso a Lee Taemin de nuestra localización.

_ No, estás mintiendo. Eso, eso no puede ser posible. Yo...

_ Es la verdad, Jungkook

Kim Namjoon, se movía con un fuerte dolor en la espalda. Tenía las manos atadas y no podía reconocer el lugar en el que se encontraba. Al mirar a su derecha, su corazón se estrujo al ver a su amante inconsciente, con golpes en su hermoso rostro, recostado en un rincón de aquella habitación. Si hubiera sido más resistente, y mucho más cuidadoso, las cosas serían diferentes ahora.

_ Me di cuenta, no mucho tiempo después de que te fueras, que Taehyung era el infiltrado... Tampoco quise creerle al principio, pero me cercioré de que fuera verdad. Siempre quería saber cómo iba la investigación y estaba al pendiente de mis acciones y demás. Fui demasiado ingenuo para creer que todo saldría bien, pero como ves. Eso no es lo que sucedió.

_ Pero. ¿Q-que clase de motivos pudo haber tenido para traicionarnos? Los Min nunca hicieron algo contra él. No entiendo el odio hacia ellos.

_ En eso te equivocas.

Hoseok se acercó al hombre mayor, para desatarlo, mientras observaba al último de los hombres inconscientes. También tendría que sanarlo.

_ ¿Qué quieres decir con esto?

_ Quiero decir, que la historia de los Min, va mucho más allá de lo que todos conocen. Y es necesario que entiendan, para poder tomar una decisión.

PANDORA  - YOONMIN ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora